Niños demasiado tranquilos y relajados

Niños pasivos que no se alteran por nada

Borja Quicios, Psicólogo educativo
En este artículo
  1. Cómo se comporta un niño tranquilo
  2. ¿Es realmente tu hijo tranquilo?
  3. Qué hacer si tu hijo es muy tranquilo

Desde que nacemos nuestro temperamento viene marcado por los genes. Así los niños desde que son bebés pueden tener tendencia a ser nerviosos, inquietos, hipnóticos, irritables, asustadizos, tranquilos, etc.

Estas tendencias pueden moldearse gracias a la educación que se le dé al niño y el ambiente que le rodea. Así se desarrolla el carácter del pequeño. Por lo tanto, temperamento y carácter no son lo mismo, siendo la suma de ambos lo que dará lugar a la personalidad del niño.

Cómo se comporta un niño tranquilo

Niños muy tranquilos

Los niños que se caracterizan como tranquilos no suelen llorar nunca y son relajados. Además, no se alteran por los cambios que se dan a su alrededor, no les molesta el ruido ni la luz. Son niños que suelen dormir bastante. No les importa estar haciendo la misma actividad largo periodo de tiempo.

Algunos padres se muestran preocupados por la “pasividad” que muestran a la hora de moverse. Al no haber movimiento (no gatean, ni andan mucho), el desarrollo motor suele ser más tardío de lo que es habitual en otros niños.

¿Es realmente tu hijo tranquilo?

Muchas veces identificamos al hijo como nervioso o tranquilo sin matizar. Cuando valoramos el carácter del niño hemos de hacerlo de manera realista y sin dejarse llevar por valoraciones subjetivas, ya que hay señales que nos pueden hacer ver a un niño como relajado cuando realmente no es así.

Confundir estas señales depende del carácter del adulto que esté al lado el niño. Es decir, si el progenitor es bastante tranquilo o sobreprotector es más probable que defina la conducta del pequeño como nerviosa o intranquila si éste no para de moverse y explorar, sin pensar que puede que el niño esté pasando por una fase en la que el movimiento sea clave para desarrollar sus capacidades motoras y cognitivas. Como por ejemplo, cuando el niño tiene alrededor de los 12 meses.

Por otra parte, que el niño obedezca siempre lo que le dicen sus padres sin quejas ni rabietas no le define como tranquilo. Muchos niños obedecen por el temor de ser rechazados por sus progenitores. Esta aparente tranquilidad y madurez esconde su inseguridad.

Qué hacer si tu hijo es muy tranquilo

Si se tiene un hijo tranquilo y relajado podemos seguir algunas pautas y consejos:

- Aprender a educarlo sin caer en la sobreprotección ya que necesitará aprender habilidades para poder defenderse en un futuro.

- Además es importante entender que aunque el niño parezca dócil y flexible, no debemos pasar por alto sus límites ya que necesitan ser educados tanto con disciplina como con amor.

- Es importante que no se le preste atención solo cuando llore. Al hacerlo se le anima inconscientemente a quejarse.

- Aunque el niño no lo pida es clave que los padres hablen y jueguen mucho con el niño. Si no se hace le faltarán los estímulos necesarios para su desarrollo.

- Los padres deben animar a sus hijos a manifestar sus necesidades y opiniones. Se les enseña que su opinión cuenta y a defenderse.

- Los adultos no deben presionarles con frases como por ejemplo, “qué bien se porta siempre”. El niño se sentirá con la obligación de cumplir siempre las expectativas.

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