Consejos para estimular sentidos secundarios y primarios de los niños

Debes empezar a trabajar estos sentidos con nuestros hijos desde edades tempranas

Laura Cerrillo, Logopeda y docente
En este artículo
  1. Cómo trabajar los cinco sentidos secundarios de los niños
  2. La importancia de estimular el tono muscular y la coordinación

Cuando hablamos de sentidos, probablemente te venga a la cabeza los cinco sentidos básicos de vista, olfato, oído, gusto y tacto. Pero ¿sabías que existen más de cinco sentidos? ¿Sabías que estos cinco sentidos solo son los secundarios? ¿Cuáles son realmente los sentidos primarios? A partir de aquí, podremos responder a la tercera e importante pregunta que seguramente te viene a la cabeza: Cómo conseguimos estimular todos los sentidos primarios y secundarios de los niños desde edades tempranas.

Cómo trabajar los cinco sentidos secundarios de los niños

estimular los sentidos secundarios y primarios de los niños

Aunque solemos utilizar la terminología de 'estimulación global y de los sentidos' tanto desde centros educativos como sanitarios y, probablemente, ya en nuestras casas gracias a las redes sociales y a la actualización continua de información. Pero es probable que no nos hayamos detenido a pensar qué significa exactamente tanto estimular como los sentidos.

En el post de hoy de Guiainfantil.com os informaremos con detalle de las características de cada sentido y de cómo estimularlos de forma lúdica, ya seáis padres o bien cuidadores. Y, para ello, vamos a empezar a conocer cuáles son los sentidos secundarios. 

- El sentido visual (la vista)
Debemos asegurar que el entorno más inmediato de nuestros hijos esté impregnado de gran variedad de colores y formas. Empezando inicialmente por objetos de contrastes evidentes y, poco a poco, con la mejoría de sus capacidades cromáticas y vista a distancia, ampliando su repertorio menos inmediato. También es importante estimular su visión y atención mediante todos nuestros gestos, tanto faciales como incluso corporales.

- El sentido olfactivo (el olfato)
Debemos asegurar una correcta higiene de nariz desde pequeños para facilitar tanto su respiración nasal como su olfato, ya que un buen desarrollo de este sentido favorece su interés por la comida; por todo esto es importante familiarizarlos de pequeños, impregnando sus objetos de olor; bañándole con fragancias y fomentando la presentación de la comida antes de ofrecerla directamente en la boca. Es importante recordar que existen multitud de olores tales como frutales, cítricos, mentolados, dulces, humados, florales, etc.

- El sentido auditivo (el oído)
Deberemos también rodearles de estímulos melódicos, ya sea en forma de voz hablada e, incluso, mediante canciones con el objetivo de atraer su atención e ir añadiendo nuevos aprendizajes auditivos. En este punto es bueno señalar que los más pequeños suelen sentirse más atraídos por la voces y sonidos dulces, agudos, finos y con gran curva melódica, resultando desagradables los sonidos monótonos y estridentes.

- El sentido táctil (el tacto)
Deberemos realizar asiduamente masajes durante el baño con el agua y, posteriormente, con cremas todas las partes de su cuerpo, especialmente las más sensibles, como la planta de los pies (para desensibilizarlo y facilitar la deambulación), la palma de las manos (para desensibilizarlo y facilitar la manipulación de objetos) e, incluso, la cara y su boca mediante higiene (para desensibilizarlo y facilitar también su exploración oral). También es importante presentar diferentes texturas por todo su cuerpo: cremosas, blandas, ásperas, etc.

- El sentido gustativo (el gusto)
Deberemos presentar los sabores desde edades tempranas, tanto directamente con los alimentos como mojando objetos en diferentes sabores como dulce, salado, ácido, amargo, etc.

La importancia de estimular el tono muscular y la coordinación

sentidos primarios del bebé

No podemos olvidarnos de fomentar también sus habilidades de equilibrio y coordinación (sistema vestibular y propioceptivo), situadas en el oído interno. Esto lo haríamos mediante la rutina diaria de control postural y motor, pudiendo provocarle con estímulos de interés que genere todo tipo de movimientos de elevación, rotación, deambulación, línea media, etc.

En el caso de los más pequeños se puede realizar a través de movimientos de balanceo variados o, también, se pueden encontrar gran cantidad de materiales divertidos para su desarrollo, como balancines, columpios, toboganes, rotadores e, incluso, todo tipo de obstáculos para mantener su equilibrio.

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