Cuáles son las etiquetas más dañinas que ponemos a los niños (sin querer)

Etiquetar a tus hijos, sobre todo si es por su género, limitará su comportamiento y sus sueños

Alberto Soler, Psicólogo
En este artículo
  1. Por qué poner etiquetas a los niños les perjudica
  2. Estas son las etiquetas más dañinas para los niños
  3. Cómo las etiquetas de género influyen en la conducta infantil

¿Alguna vez le has dicho a tu hija que tiene que ser una niña buena y obediente? ¿Y a tu hijo que es un niño vago? Aunque lo hacemos sin querer, estas son algunas de las etiquetas más dañinas que ponemos a los niños muy a menudo. A pesar de que nuestro cerebro necesita poner etiquetas para ordenar la realidad que nos rodea, las etiquetas pueden ser muy perjudiciales para los pequeños.

Y es que los niños acaban por creerse que son vagos o que tienen que ser siempre sumisos para ser buenos, lo que limita su comportamiento y perpetúa estereotipos de género muy peligrosos. A continuación, analizamos cómo influyen las etiquetas a los niños y las niñas.

Por qué poner etiquetas a los niños les perjudica

Perjudicar a los niños al ponerles etiquetas

Cuando catalogamos o etiquetamos a un niño en algo, aunque nos parezca que sea adecuado para él o ella, en realidad estamos creando una distorsión para su presente y futura identidad, pues no sabrá desligarse de esa etiqueta que se le ha impuesto y la va a tener consigo para siempre.

Los padres, los maestros y los demás adultos en general también, utilizamos estas etiquetas a diario, casi sin darnos cuenta. A veces son etiquetas tan comunes (y que se nos escapan tan fácilmente por la boca) como que un niño es bueno o malo, que es mentiroso, que es un vago, que es tonto, que es un malcriado, etc.

Estas son las etiquetas más dañinas para los niños

Las etiquetas más dañinas para los niños

Ninguna etiqueta (incluso las que consideramos etiquetas positivas) son aceptables para los niños. Pero hay que recalcar que existen dos tipos de etiqueta que son más dañinas y severas que otras. Estas son:

- Las etiquetas que se ponen desde dentro de la familia
Las interacciones y relaciones que poseemos dentro del núcleo familiar (con nuestros padres, hermanos, abuelos, primos, tíos, incluso amigos muy cercanos) son las más significativas que se tienen en toda la infancia. Por ello, las etiquetas que los niños reciben de su círculo más íntimo son más peligrosas, pues proceden de sus personas de referencia. El niño pierde, de cierta manera, la seguridad de llegar a casa y amortiguar todas las malas cosas de su alrededor.

- Etiquetas asociadas al género
Estas etiquetas se refieren a aquellas palabras o términos despectivos que se le colocan especialmente a niñas o a niños según su género, como una manera de discriminarlos. Es decir, son burlas hacia los pequeños cuando no hacen lo que se suponen que son 'cosas de niños' o 'cosas de niñas' según como lo considera la sociedad patriarcal.

El carácter más peligroso con estas últimas etiquetas es que, las personas tienen interiorizadas cómo 'deben' - según la mentalidad tradicional y obsoleta- comportarse los niños y las niñas, desde prácticamente el momento de su nacimiento. Entonces, al tener estas creencias, las personas cambian la manera de tratar a una niña y a un niño de manera drástica. Y esto, por lo tanto, también afecta a la manera en que estos niños y niñas se pueden relacionar con los demás, cómo ven sus propias funciones dentro de la sociedad.

Cómo las etiquetas de género influyen en la conducta infantil

Los padres ponemos etiquetas a los hijos

¿Qué sucede cuando el comportamiento se ve afectado por estas etiquetas? Pues que se crean estereotipos de roles de género, con lo que los niños crecen e interiorizan. Pero esto va mucho más allá de 'los niños no lloran' o 'las mujeres pueden estudiar ingeniería'.

Se trata de reforzar la idea de que a las mujeres se les puede valorar más por su belleza y a los hombres por sus capacidades, creando así una brecha sobre las oportunidades que se adquieren en el futuro o la manera en que se deben relacionar con los demás.

Por ejemplo, en el futuro, las niñas pueden centrarse más en cultivar su belleza, siguiendo estándares rígidos sobre estética corporal hasta llegar a obsesionarse con ello. Así como niños que crecen con la idea de que deben ser el mejor de todos para ser un futuro 'proveedor' y mantener a su familia. Es por ello que estas son consideradas como una de las etiquetas más dañinas de todas para los niños.

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