¿Qué tipo de madre eres con tus hijos? Test para saber cómo es tu maternidad

Descubre la madre que eres con un poco de autocrítica y también con un poco de humor

Sandra Llorente, Periodista
En este artículo
  1. El test con el que sabrás qué tipo de madre eres
  2. ¿Mamá koala o mamá osa?

Cuando una mujer se convierte en madre y está tan metido de lleno en su nuevo rol es complicado hacer autoanálisis y determinar si lo estamos haciendo bien o mal. Quizás podríamos por preguntar a nuestros hijos qué tipo de madre somos, pero ellos siempre nos van a ver con el filtro del amor y puede que no sean muy objetivos (a no ser que estén enfadados con nosotros, je, je, je). En Guiainfantil.com hemos creado un test para que te autoexamines y sepas qué tipo de madre eres para tus hijos y cómo es tu maternidad.

El test con el que sabrás qué tipo de madre eres

qué tipo de madre eres

La maternidad no es como nos la cuentan en las películas. Cada mamá la vive de manera diferente y nuestros instintos pueden llegar a sacar partes que ni siquiera conocíamos de nosotras mismas.

A veces podemos tender a ser madres más protectoras (mamás gallina) o madres que defienden a nuestros hijos a pesar de todo (mamás osas). Puede que no nos queramos despegar nunca de nuestros hijos (mamá kanguro) o que sepamos con certeza que nuestros hijos son perfectos por mucho que otros se empeñen en decirnos que no (mamá lechuza).

En fin, no podemos evitarlo, somos las madres que somos y eso está muy bien, aunque a veces no está mal reflexionar sobre el tipo de mamá que somos para no pasarnos y que nuestra conducta no acabe por afectar a nuestros hijos. Te proponemos un divertido test para que puedas identificar qué tipo de mamá eres, pensar un poco sobre ello y, por qué no, reírte un rato de ti misma. ¡Vamos allá!  

- Mamá gallina
Evitas lo más posible que tus hijos compartan tiempo con otras personas, porque sabes que contigo no estarán mejor que con nadie más. Te pasas la vida buscando la manera de que tu casa sea más segura, a prueba de cualquier accidente ocasional que pueda suceder. Ser precavida, para ti, no es una obligación, es un hecho y una forma de vida. Le haces un escáner a todos sus amiguitos, incluso a sus padres, y aunque no lo reconoces en voz alta, eres de las que piensas que las malas influencias para tus hijos no son buenas.

Si te identificas con ser una mamá gallina, debes saber que el exceso de protección puede llegar a afectar a tus hijos. En tu caso, se trata de encontrar un término medio y aprender a confiar en tus hijos, deja que ellos sean quienes tomen las elecciones de su vida, solo tienes que acompañarlos (y protegerlos, pero desde una posición menos invadida).

 - Mamá lechuza
No aceptas las críticas hacia tus hijos, porque ¡son perfectos! Si en la escuela no sacan buenas notas, le echas la culpa a los profesores, seguro que no enseñan bien o le tienen manía. En casa, se merecen nada más que lo mejor, así que te desvives porque estén siempre impecables, tengan toda la ropa y juguetes que quieran y no tengan que hacer nada de nada. Eso sí, si un día por sí mismos recogen su habitación, te pasarás un mes presumiendo a las mamis de lo increíbles que son tus hijos. ¿Te suena de algo?

Es natural sentirse orgullosas de nuestros hijos, pero a veces no querer ver cuándo se equivocan puede revertir su desarrollo social. Si nunca aprenden a pedir perdón o a reconocerse en el fracaso, pensarán que todo lo que hacen es perfecto y cuando salgan a la vida real se llevarán un gran chasco. Las mamás lechuza tienen un aspecto positivo y es que cuando lo hacen de manera moderada, logran impregnar una autoestima sana en sus hijos. Sin embargo, si son demasiado lechuzas, acaban por ayudar a desarrollar en sus hijos una sobre autoestima que puede desembocar en actitudes incluso abusivas sobre los demás.

- Mamá canguro
Desde el momento que tu pequeño o pequeña nació te autoconvenciste de que has nacido para ser madre y que tu único propósito es hacerle feliz. Por eso, vas con tus hijos a todas partes: a comprar el pan, a las clases de yoga, a la peluquería... En ocasiones dejas de hacer muchas cosas en tu vida porque no son cosas que se puedan hacer con niños. Tus pequeños se han acostumbrado a tenerte ahí pese a todo y ante todo, y les encanta estar pegados y encima tuya. Seguramente pienses que has desarrollado un vínculo especial con ellos que nadie más tiene, y por supuesto que es así, pero si te has tomado demasiado en serio lo de ser mamá canguro, quizás es hora de reflexionar en dos aspectos: ¿saben ser autónomos tus hijos? Y ¿hace cuánto que no piensas en ti?

Querida mamá canguro, sabemos que todo lo haces con el corazón, pero tus hijos también necesitan despegarse un poco de ti para aprender a socializar y relacionarse en este mundo. Además, te mereces algunos descansos de vez en cuando. No eres mala mamá porque te des un capricho de vez en cuando o un espacio para ti misma y dejes a tus pequeños con el papá o los abuelos. ¡Respira!

¿Mamá koala o mamá osa?

qué clase de madre eres con tus hijos

Si no te has identificado con ninguno de los tres tipos de arriba, ¡no te preocupes! Aún nos quedan dos clases de madre que quizá encajan más contigo.

- Mama koala
Desde el momento en que te convertiste en mamá nunca has vuelto a dormir igual y te pasas el día zombi con sueño y cansancio. Lo haces lo mejor que puedes, pero siempre tienes una sensación de un agotamiento que no comprendes. Tienes unos hijos demandantes, lo que significa que no paran ni un momento, tanto a nivel físico como cognitivo. ¡No puedes más!

A veces te gustaría tirar la toalla y esos sentimientos te hacen sentir tan mala mamá y, en vez de darte un respiro, haces todo lo contrario y te ocupas de aún más cosas de las que ya haces. Mamá koala, la única manera de recuperar la energía perdida es descansando. Aprende a delegar, no tienes que hacerlo todo, puedes de vez en cuando ser una madre menos perfecta y comprar el disfraz de tus hijos en vez de coserlo. Recuerda que si tú te sientes bien, tus hijos también.

- Mamá osa
Cuidado con quien se mete con tus hijos porque eres capaz de sacar las garras y usarlas hasta las últimas consecuencias. ¿Que un niño le ha quitado un juguete a tu hijo? Que tiemble, porque le dirás cuatro cosas bien dichas y después probablemente acabarás teniendo una discusión con su mamá o papá. ¿Que tu hija se ha comportado mal en la escuela? Cuando vayas a dirección la defenderás con uñas y dientes, incluso aunque no sepas lo que ha pasado. Puede que llegando a casa regañes a tu pequeña, pero nadie más en esta vida puede hacerlo.

Relájate mamá osa, sabemos que tu pequeña es tu mundo y que necesita quien la defienda, pero quizás no está de más bajar el tono un poco y dejar que tu hijo/a se explique un poco y también aprenda a defenderse por ella o el mismo. Tus hijos saben que estarás ahí para defenderlos cuando lo necesiten, porque te conocen y ya se lo has demostrado muchas veces, así que espera a que te pidan ayuda. Además, también necesitan aprender a solucionar sus problemas por sí mismos y de una manera más cordial. Recuerda siempre que eres un ejemplo para ellos, y si te pones siempre como una osa enojada cuando los defiendes, así es como ellos actuarán en el futuro.

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