Padres adictos a las nuevas tecnologías y cuál es su impacto en los niños

¿Qué ocurre cuando los padres se olvidan de sus hijos por su adicción al celular, al móvil o la tablet?

Fabiola Hernández Pérez, Periodista y editora
En este artículo
  1. La adicción de los padres a las nuevas tecnologías afecta a los niños
  2. Señales de que podrías ser una madre o un padre adicto a las pantallas
  3. Consecuencias para los niños de tener padres adictos a las pantallas
  4. 11 efectos negativos para los hijos de tener padres adictos a las pantallas

Si los padres somos un espejo para los niños, ¿qué les estamos mostrando? Hace unos días comía con mis hijos en un restaurante y de pronto llegó una familia. Los dos padres con su hijo se sentaron en la mesa de al lado. Acto seguido, los padres sacaron su móvil, mientras el peque gritaba, se subía a la silla, tiraba la servilleta al suelo. No consiguió llamar su atención. Por 30 largos minutos, sus padres navegaban abstraídos por la red, ajenos a lo que pasaba. ¿Qué pasa con los padres adictos a las nuevas tecnologías y cuál es su impacto en los niños?

La adicción de los padres a las nuevas tecnologías afecta a los niños

Padres adictos a las nuevas tecnologías

Para ser honesta, me entristeció ver esa escena porque me imaginé el día a día de ese peque, que gritaba desesperado por conseguir unos minutos de charla con sus padres. Y me hizo pensar: ¿qué les estamos enseñando a nuestros hijos? ¿Hasta dónde puede llevarnos la locura por permanecer conectados a las redes las 24 horas del día? ¡Y claro que me ha pasado también!

Tengo culpa por sacar el móvil, sin embargo, trato de estar lejos de las pantallas cuando comemos o cuando estamos viendo una película porque la adicción nos puede rebasar y hay algo que nunca nos van a poder devolver: el tiempo que perdimos mientras nuestros hijos crecían. Sus risas, sus juegos, sus frases ingenuas porque de repente ellos crecen y no hay marcha atrás.

Serán entonces los hijos quienes nos ignoren y los padres quienes intentemos llamar la atención de nuestros hijos. Serán ellos quienes se conecten a las redes y se aíslen del mundo, tal y como vieron que hacían sus padres. Y no hace falta que pase mucho tiempo, ya que cada vez es más normal ver a niños pequeños con un smartphone o una tableta en la mano 'para que se entretenga'.

Se calcula que una de cada 1,000 personas tienen dependencia del móvil y la mitad de los menores de 17 años aseguran que NECESITAN el celular para su día a día. Se acuestan con él y se levantan con él. Con este panorama, ¿cómo será el futuro de nuestros hijos? ¿Cómo se relacionarán con los demás? Y lo que más nos preocupa a los padres: ¿cómo se relacionarán con nosotros?

Señales de que podrías ser una madre o un padre adicto a las pantallas

Señales de que eres un padre adicto a las redes

Expertos advierten que cuando los padres son adictos a la tecnología, los pequeños experimentan sentimientos de abandono, baja autoestima y dificultad para regular sus emociones. Además, pueden mostrar conductas desafiantes, ansiedad y retraimiento, ya que interpretan que sus padres prefieren estar con una pantalla antes que prestarles atención.

Lo anterior afecta su desarrollo emocional, su rendimiento escolar y su capacidad para establecer vínculos seguros. Sin duda, la tecnología forma parte de nuestro día a día, pero cuando su uso se convierte en una distracción que interfiere en la relación con nuestros hijos se transforma en un verdadero problema. Estar 'presentes físicamente' no significa estar disponibles emocionalmente.

Así, es de vital importancia reconocer las señales de una posible adicción a las pantallas para recuperar la conexión familiar. Entre ellas tenemos:

  • Revisar el teléfono constantemente. Es una de las señales más evidentes porque se hace incluso durante las comidas o el tiempo de juego con los hijos. Si cada pocos minutos lo miras, tus hijos lo perciben y sienten que compiten con el teléfono por tu atención, generando frustración o tristeza.
  • Sentir ansiedad o irritación si no tienes acceso al móvil. Si olvidarlo en casa o quedarte sin batería te provoca malestar, entonces puede haber una dependencia emocional o psicológica. Esta sensación de 'no poder desconectar' es característica común de la adicción digital.
  • Contestar mensajes o mirar redes sociales mientras tu hijo te habla. Aunque parezca inofensivo, esta actitud transmite que lo que ocurre en el teléfono es más importante que lo que tu hijo te platica. Con el tiempo, los niños pueden dejar de intentar comunicarse contigo.
  • Priorizar el tiempo en redes o en el trabajo digital sobre el tiempo familiar. A menudo se cae en la trampa de justificarlo diciendo que 'es necesario responder al instante', pero en la práctica, ese tiempo perdido sustituye momentos de conexión, conversación o juego con tus hijos.
  • Justificar el uso excesivo diciendo que 'es por un momento'. Esta es una de las excusas más comunes. Sin embargo, ese 'momento' se extiende más de lo previsto. Aprender a poner límites y establecer rutinas de desconexión es enseñar con el ejemplo y fortalecer el vínculo afectivo.

Consecuencias para los niños de tener padres adictos a las pantallas

Consecuencias de que los padres sean adictos a la tecnología

El uso excesivo de dispositivos tecnológicos por parte de los padres afecta la dinámica familiar y tiene consecuencias en el desarrollo emocional y social de los niños. Cuando un niño percibe que sus padres están más atentos al teléfono que a él, interpreta que su presencia no es lo tan importante. Esta sensación marca su autoestima y cómo se relacionará con los demás en el futuro.

Otra consecuencia es la aparición de problemas de conducta o rebeldía para llamar la atención. Cuando los niños no logran captar el interés de sus padres, recurren a comportamientos desafiantes, berrinches o travesuras para conseguir una reacción. No lo hacen por maldad, sino como estrategia para obtener lo que necesitan: atención y conexión emocional.

Los hijos de padres adictos a las pantallas imitan los hábitos digitales poco saludables que observan. Si ven que sus padres pasan horas frente al móvil ellos querrán hacer lo mismo. Crecen creyendo que el entretenimiento, la comunicación y la compañía es de una pantalla, limitando su capacidad para disfrutar del juego al aire libre, la lectura o las actividades con sus padres.

Además, estos patrones aumentan el riesgo de desarrollar dependencia tecnológica al llegar a la adolescencia. Cuando los niños no aprenden a gestionar el aburrimiento o a disfrutar del tiempo que están sin pantallas, es más fácil que busquen refugio en los dispositivos y redes sociales. Esto puede afectar el rendimiento académico, su patrón de sueño y equilibrio emocional.

11 efectos negativos para los hijos de tener padres adictos a las pantallas

Efectos negativos del uso de la tecnología en niños

Cuando como papás pasamos más tiempo mirando una pantalla que a nuestros hijos, se rompe algo más que la comunicación y las consecuencias de ello se reflejan en la conducta, la autoestima y el desarrollo afectivo de los pequeños. Aquí, más efectos negativos:

  1. Sentimiento de abandono. El niño percibe que el teléfono es más importante.
  2. Baja autoestima. Sienten que no son dignos de atención o afecto.
  3. Dificultad para comunicarse. Les cuesta trabajo expresar lo que sienten.
  4. Déficit de empatía. No aprenden a reconocer a las emociones de otros.
  5. Problemas de conducta. Buscan atención con rebeldía o mal comportamiento.
  6. Aislamiento emocional. Se refugian en sí mismos o en dispositivos digitales.
  7. Imitación de malos hábitos digitales. Repiten el uso excesivo de pantallas.
  8. Riesgo de adicción tecnológica. Crecen sin límites claros frente a las pantallas.
  9. Pérdida de vínculo afectivo. Se debilita la conexión entre padres e hijos.
  10. Dificultades académicas. La distracción digital afecta el rendimiento escolar.
  11. Estrés y ansiedad infantil. La falta de rutinas genera inseguridad y preocupación.

¿Qué pueden hacer los padres para equilibrar el uso de pantallas en casa?

Cómo equilibrar el uso de pantallas en casa

Ser padres en la era digital no es fácil, porque vivimos rodeados de pantallas, notificaciones y distracciones. Sin embargo, debemos aprender a usar la tecnología de forma consciente y equilibrada, sin que interfiera en lo familiar. Los niños no necesitan que sus padres estén disponibles las 24 horas, pero sí requieren momentos de conexión: risas, conversaciones y presencia emocional.

Para recuperar ese equilibrio hay que establecer espacios libres de pantallas y empezar con pequeñas acciones, como no usar el móvil en la comida, al despertar o antes de dormir. Estos momentos son para conversar y compartir anécdotas. ¿Por qué no haces un 'rincón sin tecnología' en casa? Como la mesa del comedor o la habitación para establecer límites visibles y coherentes.

El segundo paso es dar el ejemplo porque los niños aprenden observando, no escuchando discursos. Si tú dices que el móvil debe usarse menos, pero lo consultas constantemente, tu mensaje pierde fuerza. Así que muestra autocontrol, deja el teléfono a un lado cuando tus hijos te hablen o apágalo durante el tiempo de juego: las personas son más importantes que las pantallas.

También es recomendable que fomentes actividades familiares sin tecnología como cocinar o hacer manualidades, establecer rutinas de desconexión diarias y reflexionar sobre tu propio uso de la tecnología. Pregúntate: ¿cuánto tiempo paso viendo la pantalla frente al tiempo que hablo con mis hijos? Dependiendo de tu respuesta, podrás educar desde la presencia y el equilibrio tecnológico.

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