Qué se esconde tras el mal comportamiento de los niños

Herramientas y consejos para que los padres sepan cómo actuar ante una conducta inadecuada de su hijo

Katia Aránzabal, Psicóloga Infantil  y Juvenil
En este artículo
  1. La relación entre un mal comportamiento y las emociones mal gestionadas de los niños
  2. ¿Cómo debemos actuar los padres ante una conducta inadecuada de nuestros hijos?
  3. Cuentos sobre las emociones y las conductas infantiles

¿Qué esconden las conductas inadecuadas de un niño? ¿Qué se esconde tras el mal comportamiento de nuestro hijo? Son muchas las ocasiones en las que no sabemos cómo actuar o qué hacer ante un mal comportamiento de los niños. ¿Por qué los niños y niñas se portan mal? ¿Qué necesitan? ¿Cómo podemos evitar el mal comportamiento infantil? A continuación te explicamos qué esconden las conductas inadecuadas de un niño y te damos, además, algunos consejos para manejar estos comportamientos.

La relación entre un mal comportamiento y las emociones mal gestionadas de los niños

el mal comportamiento de los niños

¿Cómo puedo saber por qué mi hijo está todo el día enfadado? ¿Qué esconden las conductas inadecuadas de nuestros hijos? Detrás de un mal comportamiento, existe una necesidad que hay que tratar y cubrir. Los niños y adolescentes no saben aún muchas veces cómo gestionar, controlar, identificar, integrar y escuchar sus emociones. Hay una emoción en ese momento que les desborda y no saben manejarla. Por este motivo, pueden surgir los comportamientos que nosotros consideramos poco apropiados.

Para gestionar bien estas situaciones, hay que actuar desde la calma. Tu respuesta ahí como padre es esencial: a través de la paciencia, la escucha y la tranquilidad. Tenemos que acompañarles en el proceso porque si en ese momento les gritamos o nos enfademos, seguramente se cierren en banda, se sientan mal y se distancien de nosotros. ¡Todo lo contrario a lo que necesitamos!

Pero, ¿qué emociones les provoca mayor malestar? Dichas emociones o sensaciones que no saben cómo gestionar y les produce dicho malestar pueden ser enfado, rabia, tristeza, vergüenza, miedo, ansiedad... Por eso, es importante que seamos observadores y no nos quedemos con el resultado. Tenemos que ir al origen para poder averiguar qué es lo que lo está produciendo, qué causa este malestar y así poder ayudarles y darles herramientas en ese proceso.

Si, por ejemplo, no saben cómo afrontar una situación porque les genera ciertas barreras psicológicas y en ese momento se dejan llevar por dicha emoción de enfado, rabia, tristeza, actuando de una manera desadaptativa, ¡nosotros tenemos que ayudarles! 

¿Cómo debemos actuar los padres ante una conducta inadecuada de nuestros hijos?

la conducta inadecuada de un niño

Un mal comportamiento es la conducta visible del malestar que siente en ese momento. Sin embargo, muchas veces se puede comportar mal para llamar la atención; recordemos que todos actuamos de una determinada manera porque nos es útil, porque nos funciona.   

Los niños y adolescentes pueden actuar en ciertos momentos de manera automática e impulsiva, no ven más allá de lo inmediato, por lo tanto, no son conscientes del efecto de su conducta ni de las consecuencias a corto y a largo plazo.

Si ellos se comportan de una determinada manera aunque sea disruptiva y obtienen en ese momento un refuerzo motivacional inmediato, van a seguir haciéndolo. Y si ven que esa conducta no funciona, lo que va a pasar es que van a aumentar la tasa de conductas disruptivas hasta que lo consigan. Porque es a lo que están habituados, por eso es clave hacerles discriminar que esa conducta no funciona y que tiene unos costes reales.

En el momento que nuestros hijos ven que obtienen pérdidas en vez de beneficios, van a dejar de actuar así. Cuando son pequeños, pre-adolescentes y adolescentes, para que discriminen el efecto de su conducta y cambien, tienen que ver los costes reales. De lo contrario, va a ser muy difícil que se realice el cambio, ya que están muy fusionados a sus pensamientos, sensaciones y emociones.

Frente a ese mal comportamiento, los padres debemos hacerles discriminar las consecuencias naturales que eso conlleva y retirar nuestra atención en ese momento. Cuando esté más receptivo, será el momento de hablar con él. Podemos ponerles incluso un ejemplo nuestro de cuando nos ponemos así y lo que pasa y cómo lo manejamos nosotros. Esta es otra manera muy eficaz de acompañarles en ese proceso y de fortalecer a su vez el vínculo.

Cuentos sobre las emociones y las conductas infantiles

Otra herramienta que te puede ayudar en la educación y crianza de tu hijo son los cuentos. La lectura de estas historias cortas le harán reflexionar sobre su actitud en determinadas situaciones y le ayudarán a ir poco a poco cambiando ciertos comportamientos.

 

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