Cómo está el bebé en la barriga de mamá en su semana 4

Su tamaño es como el de una judía o una lenteja y empieza a desarrollar sus órganos internos

Carla Estrada, Pediatra
En este artículo
  1. Semana 4 del bebé en la tripa de la madre: como una lenteja 
  2. Cambios que puedes experimentar durante la semana 4
  3. Recomendaciones para la semana 4 de gestación 

Llegamos a una semana importante, donde podrás certificar que pronto serás madre, ya que coincide con la primera falta del período y puedes confirmarlo a través de alguna prueba o test de embarazo. Tu cuerpo está cambiando, pero ¿qué ocurre con la vida que tienes dentro? ¿cómo está el bebé en tu barriga en su semana 4 de existencia? Te explicaré los cambios que se producen en ti, cómo se encuentra tu bebé, cómo es su desarrollo y crecimiento y cómo cuidar de ti misma y de tu amado hijo. 

Semana 4 del bebé en la tripa de la madre: como una lenteja 

Cómo está el bebé en la barriga de mamá en su semana 4

En la semana 4 el embrión o feto, que así se le llama mientras está en la tripa, es parecido a un grano de lenteja o judía. ¡Imagínate, que cosita tan pequeñita! Tiene un tamaño aproximado de 0,36 a 1mm de longitud y comenzará a desarrollar sus órganos internos.

Y sucederá un evento muy importante, como es la implantación del embrión en la pared del útero. En este momento podrías ver una pequeña mancha de sangre en tu ropa interior, producto de la misma implantación, que a veces nos preocupa o nos confunde creyendo que volvió el período; pero no, esto es un anuncio de tu propio bebé, confirmando que está dentro de tu tripa.

En este instante comienza a tener forma cilíndrica tridimensional posterior al llamado plegamiento del disco embrionario, que forma las tres capas o láminas de células de donde posteriormente se desarrollarán sus órganos. Estas capas son:

- Ectodermo: de donde se desarrollará el sistema nervioso.

- Endodermo: para el sistema gastrointestinal, páncreas, hígado y tiroides.

- Mesodermo: formará huesos, músculos y sistema sanguíneo.

Esto seria el comienzo de un largo camino que llevará a la formación de tu hermoso bebé. La implantación también permitirá que se vaya secretando hormonas que mantendrán el embarazo y se desarrollará la cavidad amniótica y la placenta, pero mientras se termina de desarrollar ésta, el saco gestacional será el encargado de alimentar al embrión.

Al final de la semana 4 aparece una estructura llamada placa precordal, que formará la boca del bebé.

Cambios que puedes experimentar durante la semana 4

Previo a la confirmación de que el inquilino está en su cuevita, podrías sentirte como cansada, fatigada, con mucho sueño y nauseas o vómitos de vez en cuando, lo cual te parecerá extraño si aún no has confirmado que ya estás embarazada. Y esto pasará, sobre todo, en horas de la mañana mientras el cuerpo se va adaptando a la llegada de tu hermoso bebé.

- Puedes sentir cierta molestia a nivel del vientre que te hará pensar que te llegará el período y, como te referí anteriormente, puedes tener la presencia de un sangrado genital (color rosáceo, rojo brillante o marrón rojizo) que te mancha la ropa interior y que coincide con el momento de la implantación del bebé a la pared del útero.   

- También puedes tener un flujo vaginal más fluido y transparente.

- A nivel de los senos también puede haber mayor sensibilidad.

- Mayor ganas de orinar.

- Te pueden incomodar algunos olores.

- Y cambios en tu estado emocional: más sensible, más llorona, más irritable, de mal humor y todo debido a los cambios hormonales.

Recomendaciones para la semana 4 de gestación 

recomendaciones para la semana 4 de gestación

Si aún no estás segura o estás dudosa de que en unos meses serás madre, te recomiendo que te hagas el test de embarazo en orina o la prueba en sangre de la hormona gonadotrofina coriónica. Si resulta negativo y lo estabas buscando, sigue intentándolo, ¡pronto llegará! Si resulta positivo, te sugiero que tomes una cita con un ginecólogo o gineco-obstetra de tu confianza para que inicies el control del embarazo y chequeo del inquilino en su cuevita.

Y, mientras todo sigue su curso normal, hay que cuidarse, por eso estos son los consejos que te ofrezco para estas primeras semanas. 

1. Comienza a cuidar tus hábitos alimenticios. Come sano, equilibrado y frecuente (tres comidas y dos meriendas), con abundantes legumbres, vegetales y frutas, sobretodo las que contengan hierro y ácido fólico, para tu buena salud y la del nuevo inquilino. 

2. Controla tu peso. Importante tomar proteínas de calidad y carbohidratos en porciones adecuadas. Esto evitará el sobrepeso durante el embarazo que puede llevar a alteraciones o patologías tanto para ti como para tu bebé: diabetes gestacional, hipertensión, pre-eclampsia o eclampsia o desnutrición del bebé in útero.

3. Evita el consumo de drogas, alcohol o cigarrillo. Si tu pareja fuma, es preferible que también deje este hábito. Seguir con él, puede tener consecuencias no deseadas: abortos espontáneos, partos prematuros, muerte fetal, síndrome de muerte súbita en el recién nacido y otras patologías.

4. El cafecito, preferiblemente 2 tacitas en la mañana, y baja el consumo también de té, refrescos o chocolate, debido al contenido de cafeína que altera el sistema nervioso, tanto tuyo como del pequeño. 

5. Mantente activa, ejercicios, caminatas, siempre y cuando sean recomendadas por tu ginecólogo.

6. Antes de ingerir algún medicamento o hacer cualquier cosa que ponga en duda la salud o bienestar de tu bebé, consulta con tu médico.

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