¿Los gritos ayudan a los niños a mejorar su concentración y atención?

Puede parecer contradictorio, pero a veces gritar a los hijos sí que es bueno. Descubre porqué

Manuel Antonio Fernández, Neuropediatra
En este artículo
  1. Gritos: solo para llamar la atención y ayudar a concentrar al niño
  2. Atención selectiva: la puerta por donde entra la concentración de los niños
  3. ¿En qué consiste el procesamiento de la información en los niños?
  4. Cómo mantener la atención de los niños de manera efectiva

Los gritos, por norma general, no son buenos y nunca deberían ser la base de ningún método de crianza: dañan el apego afectivo con los padres, destruyen la autoestima de los niños y crean un mal ambiente familiar. Sin embargo, hay momentos en los que los gritos sí pueden ser buenos, siempre que estos no tengan una base despectiva, no haya insultos y no minimicen a nuestros hijos. ¿Quieres saber si los gritos ayudan a los niños a mejorar su concentración y atención? Te lo contamos a continuación.

Gritos: solo para llamar la atención y ayudar a concentrar al niño

Tiene beneficio gritar a los niños

Los gritos son buenos puntualmente cuando se necesita llamar la atención de los niños. Así, si tu hijo sufre de TDAH o tiene otros problemas de aprendizaje y falta de atención, un tono de voz elevado puede ser tu mejor aliado si sabes cuándo y cómo usarlo. Esto no quiere decir que todo el tiempo debas hablar con gritos, sino utilizar un tono de voz firme.

Para empezar, es necesario comprender las tres etapas por los que debe pasar la información que recibe tu hijo para que haya una respuesta por su parte. Estas partes son: atención selectiva, procesamiento de la información y mantener la atención. De este modo, podrás entender mejor la utilidad de los gritos en un momento determinado y cómo debes hacerlo para que estos sean efectivos.

Antes que nada debes saber que siempre:

  • Hay que hablar con respeto a tu hijo
  • Elevar la voz NO significa que debas usar palabras despectivas
  • No se trata de siempre gritar para que te hagan caso, sino de mostrarte firme
  • Ayudar a tu hijo en ese aprendizaje
  • Mostrar la diferencia de gritar y hablar firme para mejorar la atención de tu pequeño

Atención selectiva: la puerta por donde entra la concentración de los niños

Atención selectiva de los niños

Para que te hagas a la idea, esta es la primera puerta por la que pasa toda la información que recibe tu hijo y cuando decimos toda, es realmente toda aquella que puede procesar. Cuando la puerta es muy ancha, entonces el niño responderá adecuadamente a todos los estímulos que le lleguen.

Sin embargo, cuando esta es un tanto más pequeña, tu hijo presentará ciertas dificultades a la hora de atender a los estímulos y darles respuesta a todos ellos de manera adecuada. Por eso, solo reaccionará ante algunos de ellos y perderá de vista los restantes.

En este caso, alzar la voz a tu hijo será de gran ayuda para captar su atención de inmediato. Con un pequeño grito, tu hijo desviará la atención hacia ti y con ello lograrás que se centre en lo que tú consideras necesario en ese momento en específico.

Por ejemplo, si le pides a tu hijo que ponga la mesa y está inmerso haciendo otra tarea, es posible que se le pase por alto lo que le pides. Sin embargo, si le llamas con un tono de voz más elevado, captarás su atención y luego podrás pedirle que ponga la mesa en un tono más suave y conciliador.

¿En qué consiste el procesamiento de la información en los niños?

Procesamiento de la información en los niños

Hemos llegado al procesamiento de la información, que hace referencia a cómo el cerebro del niño decodifica los estímulos que le llegan. Siguiendo el ejemplo anterior, cuando le pides tu hijo que ponga la mesa, su cerebro deberá procesar esta petición y pasar a la acción.

En este caso, debes evitar el uso de los gritos, ya que bloquearías a tu hijo. Como hemos dicho, los gritos deben servir para que te preste atención en un momento dado y no para dar varias órdenes a la vez. Un niño con problemas de atención necesita más tiempo para procesar la información.

Por ello, debes ser paciente y no gritar en todo momento. Por mucho que lo hagas, entonces no vas a obtener una respuesta más rápida. Todo lo contrario: estarás bloqueando a tu hijo y, lo peor de todo, afectando negativamente a su autoestima.

Aquí es importante reforzar que no se trata de gritar por gritar, sino de hablar en un tono elevado y firme, que sea un tono que tus hijos detecten de inmediato y que sepan que estás hablando seriamente. Esta diferenciación del tono de voz poco a poco la registrarán y sabrán concentrarse.

Cómo mantener la atención de los niños de manera efectiva

Mantener la atención de los niños

Mantener la atención es algo que cuesta muchísimo a los niños, sobre todo aquellos que presentan trastornos como el TDAH o problemas de aprendizaje. En este punto, un grito en un momento determinado también te ayudará a captar la atención de tu hijo y ayudarle a que la mantenga.

A diferencia de lo que sucede en la primera etapa, donde un grito puede ser la única opción, en este caso puedes sustituirlo por el contacto físico. Por ejemplo, puedes tocar el brazo de tu hijo para que se centre de nuevo en lo que estaba haciendo.

Pese a que los gritos pueden ser buenos en determinadas ocasiones, estos deben ser muy puntuales para lograr su cometido. Sabemos que, en ocasiones, puede ser difícil no elevar el tono de voz a tus hijos, pero también que esto no va a ayudarte en nada.

Es esencial manejar las emociones de los niños, ya que es algo que debes hacer con paciencia, mucho amor y siempre desde el respeto. Usa los gritos simplemente para aquellos casos especiales y puntuales donde llamar la atención de tu hijo sea sumamente necesario.

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