A gritos con los mosquitos - Cuento infantil para aprender a hablar y no gritar

Un divertido y curioso cuento para enseñar a los niños por qué es importante tener autocontrol, calma y evitar los gritos

Pedro Pablo Sacristán, Escritor de cuentos infantiles
En este artículo
  1. A gritos con los mosquitos - Cuento infantil sobre la calma y el autocontrol
  2. Preguntas sobre el cuento para los niños - Comprensión lectora
  3. 6 consejos para manejar y controlar los gritos de los niños

Sin duda alguna, los cuentos transmiten valores a los niños. También les ayudan a entender algunas de sus emociones. Por ejemplo, el sentimiento de enfado o de ira. En este caso, el cuento de A gritos con los mosquitos trata el tema de la calma y el autocontrol, virtudes esenciales en la educación de los niños. Les enseña que no siempre el que más grita lleva la razón. Muchas veces practicar bajar en voz baja lleva a una mejor convivencia con los demás.

A gritos con los mosquitos - Cuento infantil sobre la calma y el autocontrol

cuento infantil - A gritos con los mosquitos

La casa de los señores Gri Tonzio era una casa de locos. La mamá, la señora Bocca Gri Tonzio, era incapaz de pedir algo sin alzar la voz. Pero sus gritos parecían susurros al lado de los de su hija, la pequeña Chilla Gri Tonzio: la gente decía que había hecho huir a todas las cucarachas y bichos del pueblo con un único chillido.

No creo que estuvieran exagerando, porque la verdad es que nadie podía descansar hasta que la niña se dormía: todo lo pedía a gritos. Y luego estaba el papá, don Cayo Gri Tonzio, un magnífico inventor chiflado que no había inventado nada en años. Normal; con tanto ruido, no podía concentrarse.

Por eso tuvo que inventar los mosquizampa: unos increíbles mosquitos modificados genéticamente para comerse los gritos. Funcionaban tan bien, que nadie se enteró el día que los inventó: se tragaron todos sus gritos de alegría, y fue como si no hubiera pasado nada. Eso sí, los gritos están hechos de aire y alimentan poco, así que los mosquizampa no tardaron en escaparse en busca de comida.

Sin embargo, no tuvieron que viajar mucho, porque en la planta de abajo encontraron a Bocca y Chilla, y solo con los gritos de la madre y la niña tenían para ponerse gordos como moscas. Se pegaban por comerse sus gritos casi antes de que salieran de sus bocas, así que durante días nadie les oyó decir una sola palabra. La gente solo las veía rodeadas por una nube de mosquitos, y haciendo como que gritaban furiosas.

- Pobrecitas - pensaban - al final se han quedado sin voz.

- Pues es un descanso para todos. No hay quien aguante su forma de decir las cosas.

Pero sus gargantas estaban perfectas. La propia Chilla lo descubrió cuando comenzó a quedarse sin fuerzas después de varios días sin comer. Nadie sabía que tenía hambre, porque pedía la comida con gritos tan brutales que los mosquizampa que los probaban se morían del empacho.

- Tengo hambre - dijo muy bajito, ya casi sin fuerzas.

- Vaya, ¡qué voz tan bonita tienes! - dijo la vecina, mientras le hacía un bocadillo - nunca te había oído hablar.

Aliviada, Chilla descubrió que, cuando hablaba más bajo, las palabras salían perfectas de su boca, la gente admiraba su bella voz y todos la trataban de una forma mucho más amable. Y es que, hasta ese día, la gente solo le hacía caso de mala gana para que se callara.

Cuando se lo contó a su mamá, esta también dejó de gritar, y ambas comprobaron felices que la vida podía ser más alegre y tranquila. Incluso el señor Cayo Gri Tonzio, gracias a aquella nueva calma, pudo comenzar una increíble colección de inventos que llegó a ser famosa en todo el mundo.

¿Y los mosquizampa? Bueno, cuando Chilla y Bocca dejaron sus gritos, adelgazaron hasta hacerse casi invisibles. A punto estuvieron de morir de hambre, pero pronto descubrieron que el mundo está lleno de gente gritona y nunca les faltará comida. Eso sí, espero que vosotros seáis listos y no sean vuestros gritos los que los alimenten…

Preguntas sobre el cuento para los niños - Comprensión lectora

preguntas sobre el cuento A gritos con los mosquitos

1. ¿Cómo hablaban la madre y la hija en la casa de los señores Gri Tonzio?

2. ¿Qué invento hizo el papá Cayo Gri Tonzio?

3. ¿Qué descubrió Chilla con el invento?

4. ¿Cuando ella se lo contó a su madre qué hizo esta?

5. ¿Por qué el invento fue positivo para la familia Gri Tonzio?

6. ¿Qué has aprendido con este cuento?

6 consejos para manejar y controlar los gritos de los niños

Los niños gritan porque no han aprendido a manejar y gestionar sus emociones, es decir, sus frustraciones, sus malestares, ira y rabia, llantos... En casa o en el colegio, hay niños que alzan la voz para llamar la atención o simplemente porque están malacostumbrados a hablar con voz alta o gritando. Ver a un niño o a un adulto gritar genera un sentimiento desagradable a los que estamos a su lado. Pero, ¿cómo enseñar a los niños a NO gritar? ¿Qué hacer cuando el niño grita?

manejar los gritos de los niños

Conseguir que un niño se controle y hable en voz baja no es que sea algo que se consiga de la noche a la mañana pero se puede conseguir con paciencia, persistencia y constancia.

1. Con el ejemplo
Muchos niños gritan porque aprenden con sus padres o con sus profesores. Como todo lo aprenden por imitación, los gritos también son parte de este aprendizaje. Si tienes la costumbre de gritar a sus hijos o alumnos, deje de hacerlo. El grito NO educa, solo paraliza.

2. Con disciplina y límites
Cada vez que el niño grita debes alejarlo del ambiente en que está. Sacarle a su habitación y decirle que no escucharás y no harás caso a nada que él dice mientras lo diga en voz calma y pausada.

3. Con cambios de tonos de voz en la familia
Otra pauta que puedes seguir para que tu hijo deje de gritar es practicar los turnos de palabra, en tono tranquilo.

4. Evitar ruidos altos en la casa
Evitar el volumen muy elevado de la televisión, radio, del aparato musical, del ordenador, etc.

5. Enseña a los niños a valorar el silencio
A través de técnicas de mindfulness, de meditación, de músicas relajadas. Llevar a los niños a un paseo por la naturaleza, o de visita a un museo o biblioteca donde no es permitido barullo.

6. Usar recursos lúdicos
Utilizar recursos para que los niños canalicen sus emociones como el rincón de la calma o el bote o botella de la calma que podrás saber como hacerlo aquí en guiainfantil.com.

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