Secuelas del abuso emocional de padres a hijos y cómo actuar a tiempo

Al hablar de abuso de padres a hijos normalmente lo que más rápido viene a nuestra cabeza es la idea de abuso físico, es decir, automáticamente pensamos en aquellos padres que ejercen su superioridad y poder sobre sus hijos mediante conductas agresivas (pegar, gritar, insultar, etc.). Pero, existe otro tipo de abuso mucho más sutil pero no por ello menos doloroso y, por desgracia, ocurre con frecuencia en muchos hogares. Aquí, las secuelas del abuso emocional de padres a hijos y cómo actuar a tiempo.

12 actitudes de los padres que abusan emocionalmente de sus hijos

No ofrecer a nuestros hijos apoyo emocional, seguridad, amor o cuidado, también se considera un tipo de abuso. A los padres que abusan emocionalmente de sus hijos también se les conoce como 'padres tóxicos' y existen 12 actitudes que dan cuenta de ello, las cuales son:

1. Humillan, desprecian o ridiculizan todo aquello que hace el niño. 
2. Resaltan continuamente sus debilidades.
3. Tratan al niño con indiferencia, ignorando o dejando de hablar al niño sin motivo aparente para hacerlo.
4. Le llaman la atención frente a otras personas para que se sienta avergonzado.
5. Invalidan continuamente sus sentimientos.
6. Responsabilizan o culpan al niño de los sentimientos de los padres ('eres el culpable de que tu padre se enfade' o 'estoy triste por tu culpa').
7. Chantajean emocionalmente al niño para conseguir sus objetivos.
8. Hacen uso con frecuencia del victimismo para atrapar al niño en sus redes ('si te vas con tus amigos me vas a dejar sola toda la tarde').
9. Juzgan o critican a las amistades del niño con frecuencia.
10. No apoyan las decisiones que el niño toma.
11. No dan valor ni reconocen los éxitos que el niño va alcanzando.
12. Invaden su privacidad (leen su diario, registran sus cosas, cuentan cosas íntimas del niño a otras personas, etc.).

El abuso emocional también se manifiesta en comportamientos sutiles como el sarcasmo, la sobreprotección que limita la autonomía del niño, la manipulación que se hace a través de la culpa o el miedo, y la comparación con otros hermanos o compañeros. Estas conductas, aunque a veces se justifican como parte de la educación, sí que generan un entorno de tensión.

Perfil de los padres tóxicos y señales que indican abuso psicológico

Los padres que ejercen abuso emocional no siempre son conscientes de su conducta, sin embargo, suelen tener una baja inteligencia emocional, dificultad para manejar la frustración y escasas habilidades de comunicación. También repiten patrones aprendidos en su propia infancia o presentan rasgos de personalidad controladora, perfeccionista o demasiado dependiente.

El 'padre tóxico' puede mostrarse muy autoritario o crítico, o por el contrario, manipulador y emocionalmente inestable. Tiende a invalidar los sentimientos del niño, imponer su criterio y utilizar el amor como una herramienta de control ('si no haces lo que yo quiero, no te quiero'). En algunos casos, se observa un uso del miedo o la culpa para mantener el vínculo de dependencia.

Algunas señales en el niño de que es víctima de esta conducta son:

• Cambios bruscos en el estado de ánimo o comportamiento (tristeza, apatía).
• Miedo excesivo a equivocarse o a desagradar a sus padres.
• Baja autoestima y frases autocríticas ('no sirvo para nada').
• Dificultades para relacionarse o excesiva complacencia con los demás.
• Somatizaciones frecuentes (dolores de cabeza, insomnio).
• Rechazo a hablar de sus emociones o miedo a expresar sus opiniones.
• Retrocesos en el desarrollo (mojar la cama, chuparse el dedo).

Estas señales deben tomarse siempre en serio, sobre todo cuando aparecen de forma constante o acompañadas de ansiedad o retraimiento. El bienestar emocional del niño se ve fuertemente debilitado cuando sus padres, que deben ser la fuente de la cual el niño recibe protección, afecto, cariño, aprobación y reconocimiento, abusan de ellos emocionalmente.

Consecuencias graves del abuso emocional de los padres hacia sus hijos

Detectar el abuso emocional requiere observar los cambios de comportamiento del niño y escuchar sus emociones. Es importante que los padres busquen ayuda profesional si notan dificultades recurrentes en la relación con sus hijos o patrones de comunicación dañinos. Aquí, las consecuencias que los niños sufren cuando sus padres abusan de ellos emocionalmente:

• Baja autoestima.
• Autoconcepto negativo.
• Inseguridad.
• Dificultad para establecer vínculos de intimidad con las personas de su entorno.
• Dificultad para relacionarse con otros niños.
• Comportamiento pasivo.
• Ansiedad.
• Sentimientos de tristeza.
• Problemas de conducta. 

El maltrato emocional anula la personalidad del niño y le lleva a sentirse despreciado, ignorado, vigilado y asfixiado por las continuas exigencias que recibe por parte de sus padres. Y, aunque resulte difícil creer, a menudo los padres que abusan emocionalmente de sus hijos ni siquiera son conscientes de las consecuencias que puede tener su conducta sobre la salud mental de su hijo.

Normalmente justifican su actuación por el mal comportamiento del niño e incluso son ellos los que se ven como maltratados. Es necesario que los padres tomen conciencia de su comportamiento y de la repercusión que tiene sobre el niño, aunque a los padres que abusan emocionalmente de sus hijos les cuesta aceptar que son ellos los que están causando un daño emocional a sus hijos.

Atajar el abuso emocional cambia la vida del niño, evitando secuelas como depresión, ansiedad o dificultades para establecer relaciones sanas. La prevención comienza con el amor, la empatía y la educación emocional dentro del hogar, ya que en situaciones graves, puede ser necesaria la intervención de servicios sociales o psicólogos infantiles especializados en trauma y apego.

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