Cuento corto sobre la sabiduría que tienen los niños - El maestro Dositeo

Este cuento infantil narra la historia de un hombre muy, muy culto. Tanto que cada habitante del reino llegaba hasta él para realizarle las preguntas más difíciles. Dositeo, les respondía en forma de poema y les transmitía una gran reflexión sobre la vida. Sin embargo, un buen día llegó un niño con la pregunta más sencilla que nadie puede imaginar y logró que Dositeo, por fin, aprendiera de otra persona.. ¡nada más y nada menos que de un niño! Es un cuento corto sobre la sabiduría que tienen los niños. ¡A leer El maestro Dositeo!

El maestro Dositeo - Cuento corto de la sabiduría que tienen los niños

Dositeo, apodado el maestro, era el hombre más culto y sabio del reino; por eso, todas las personas iban por allí a buscar respuesta y él, con sus sabias palabras, hacía reflexionar a todos sobre sus inquietudes.

Un día se presentó un hombre y preguntó:

- Maestro, ¿luz o sombra?

Y Dositeo contestó:

- La luz es la vida, la sombra es la muerte, no hay sombra sin luz, ni vida sin suerte.

Dositeo se volvió a enfrascar en su lectura como hacía siempre y aquel hombre se marchó de allí reflexionando sobre sus palabras.

Otro día se presentó un joven y le preguntó:

- Maestro, ¿hombre o mujer?

Dositeo dijo:

- Ni mujer, ni hombre, ni débil, ni fuerte. La mujer da vida, esa es su gran suerte.

Dositeo se volvió a enfrascar en su lectura como hacía siempre y el joven se marchó de allí reflexionando sobre aquellas palabras.

Esa misma tarde una mujer se acercó y le preguntó:

- Maestro, ¿cara o cruz?

Y nuevamente Dositeo respondió firme:

- No es mejor la cara, ni peor la cruz, de la oscuridad, nace la luz.

Dositeo se volvió a enfrascar en su lectura como hacía siempre y la mujer se marchó de allí reflexionando en sus palabras.

Así eran los días, hasta que una mañana de cielo azul llegó un pequeño niño y le preguntó:

- Maestro, ¿vienes conmigo a jugar al balón?

Dositeo iba a responder como solía hacerlo, pero al escuchar la infantil vocecilla miró al niño y simplemente no lo pensó: toda su sabiduría la dejó atrás y con el niño jugó. Ahí, entre patadas al balón, el pequeño le dijo:

- Maestro, ¿sabías que eres muy bueno en el fútbol? ¿Jugabas mucho antes?

La realidad es que Dositeo nunca había jugado, aquel niño lo había desafiado sin querer y había descubierto gracias a él que podía aprender cosas nuevas sin importar su edad. Así fue que Dositeo aprendió que con simples acciones, los niños pueden dar grandes lecciones.

Preguntas de comprensión lectora sobre el cuento corto para niños

Para que tu hijo pueda mejorar su comprensión lectora, es decir, que aprenda a leer entendiendo lo que lee, te proponemos realizarle estas preguntas sobre este cuento corto:

1. ¿Por qué las personas del reino acudían a Dositeo?
2. ¿Qué significado tienen las palabras del maestro: 'No hay sombra sin luz, ni vida sin suerte'?
3. ¿Cómo respondió Dositeo cuando le preguntaron si era mejor el hombre o la mujer?
4. ¿Qué quería decir el maestro con la frase 'de la oscuridad nace la luz'?
5. ¿Qué actitud tenía Dositeo después de responder a cada visitante?
6. ¿Por qué crees que Dositeo decidió dejar todo para jugar con el niño?
7. ¿Qué lecciones aprendió Dositeo al jugar con el pequeño?
8. ¿Qué diferencia hay entre las preguntas que hacían los adultos y la del niño?
9. ¿Cuál crees que es el mensaje principal del cuento sobre la sabiduría de los niños?

Cómo explicar a los niños qué es la sabiduría a través del cuento de Dositeo

Gracias al cuento de Dositeo, se nos muestra una forma de entender la sabiduría. No se trata de saber muchas cosas o responder con frases complejas, sino de tener la capacidad de ver más allá y de escuchar con el corazón para enseñar sin imponer. A lo largo del relato breve, personas de todas edades y experiencias acuden al sabio para hacerle preguntas importantes.

Ellos buscaban muchas veces lo material u otra respuesta que les ayudara a discernir entre una opción y otra. Pero Dositeo solo responde con palabras poéticas, las cuales invitan a reflexionar y no a elegir un solo camino. Y ahí está la verdadera lección: la sabiduría no solo se encuentra en los libros o en las palabras complejas, sino que vive en el juego y en la alegría de los niños.

No es de extrañar que los adultos que se acercan al maestro busquen respuestas cerradas, ya que quieren que alguien les diga qué está bien o mal. Dositeo prefiere despertar la reflexión en quien pregunta, haciendo que cada uno encuentre su propia verdad. Este tipo de sabiduría no son soluciones mágicas, sino que trata de ver los dos lados de una situación.

Finalmente, este cuento enseña que los niños, con su forma de ver el mundo, son grandes sabios: no se olvidan de mirar con ojos curiosos, de preguntar todo y disfrutar el momento. Con ellos aprendemos que debemos tener el corazón abierto para aprender de todo y de todos, incluso de quienes parecen no saber nada. Porque, como dice el cuento, los niños dan grandes lecciones.

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