La aventura de enseñar a nadar a los niños

Consejos para enseñar a nadar a los niños

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En este artículo
  1. Cómo debe ser la aventura de enseñar a nadar a los niños

Hay quien simplemente aprovecha que se encuentra en un medio acuático, ya sea mar o piscina, tiene a sus niños cerca y dispone de ganas, vacaciones o tiempo y se embarca en la aventura de enseñar a nadar a los niños, a veces con extraordinarios resultados, otras con gravísimas consecuencias para los nervios del adulto y para la integridad moral e incluso física del niño.

Para sumergirse en la aventura de enseñar a nadar a los niños, lo mejor es contar con asesoramiento profesional para que el verano sea tan divertido como útil para niños y padres. 

Cómo debe ser la aventura de enseñar a nadar a los niños

Bebé buceando

- Estar a lo que se está: una vez que te metes en la piscina ¡ya no hay medias tintas!, debes comprometerte. Tienes que estar con los niños de modo que notes si están bien o no, si les apetece lo que estás proponiendo o no, si es adecuado el momento o no, etc.

- Paciencia y comprensión: la actividad acuática no resultará divertida si tiene que hacerse como a ti "te dé la gana" y porque a ti "te de la gana". El niño ve la vida de otro modo, y tú has de plantear tu propuesta desde ese punto de vista, con una alternativa en tu manga. Y si esa falla, otra y otra y otra..., hasta dar con una que vaya bien. La imposición nunca es una buena herramienta para enseñar, pues el juego deja de serlo cuando es obligatorio.

- Disfrutar en el agua: una de las formas de aprender que tiene el niño es la imitación. Usa tus recursos para disfrutar en el agua y tendrás al niño ávido de jugar contigo. Haz con los niños lo que te gusta hacer a ti, pero... ¡adaptándolo a su edad y grado de familiarización al agua! ¡No vayas a poner a tu bebé a hacer saltos mortales!

- Nervios de acero: la capacidad de actividad que tienen los niños es extraordinariamente mayor a la de los adultos. Esta es la razón principal de nuestra dificultad de convivir con ellos: sube, baja, vuelve a subir, baja otra vez, corre para allá, corre para acá, vuelve a subir, salta,....¡imposible! Ahora, pretender que estén quietos sólo nos va a servir para que se sientan atados y necesiten moverse más. Canaliza este afán de movimiento en actividades que puedas controlar y verás cómo va todo mucho mejor.

- Imaginación: imprescindible por numerosas razones. La primera es que no creemos que dispongas de instalaciones y materiales como puede hacerlo una escuela. Primero porque te costaría un "pastón" pero, incluso si pudieras y estuvieras dispuesta a gastarlo, porque sería absurdo. Con imaginación puedes multiplicar el uso de uno o dos materiales concretos según la necesidad, y aprovechar objetos de la vida cotidiana como si fueran el material más selecto. La segunda es que tendrás que adaptar nuestras propuestas, lo cual requiere cierto grado de creatividad y la tercera es que a partir de cierta edad, hacia finales de los dos años, jugar a hacer "como si fuéramos" es una buenísima forma de hacerte entender por los niños y viceversa, un lenguaje que te será imprescindible dominar para poder comprenderles. No intentes que den "patada de crol", conviértelos en torpedos de propulsión a chorro. No pretendas que hagan inmersiones, asígnales peligrosas misiones de exploración del fondo submarino en busca de los más extraordinarios tesoros.

Nerea del Barrio, Baby Swim

Nerea del Barrio
Diplomada en Magisterio por la Universidad Complutense de Madrid
Especialista en Actividad acuática de bebés e infantil
Directora Técnica de Baby Swim

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