El nombre de los niños influye en su personalidad y conducta, ¿sí o no?

5 motivos por los que es importante detenerse a pensar bien cómo llamamos a nuestro hijo o hija

Sara Tarrés, Psicóloga Infantil
En este artículo
  1. ¿Influye el nombre de los niños en su personalidad?
  2. Relación entre nombre, autoestima y conducta infantil

El nombre que elegimos para nuestros hijos es una de las decisiones más importantes que debemos tomar cuando vamos a ser padres. Esta es una elección nada fácil en algunos casos por todas las implicaciones que va a tener en el futuro de nuestra criatura. Y es que son muchos los factores a tener en cuenta antes de decidirse por alguno ya que, nos guste o no, el nombre que acabemos escogiendo va a influirle en muchos aspectos - incluidos algunos que tienen que ver con la personalidad del niño o de la niña.

Sobre cómo influye el nombre en el desarrollo de determinadas características de nuestros hijos se ha hablado mucho y se han llevado a cabo diferentes investigaciones. En esta ocasión, en Guiainfantil.com, hablamos sobre cómo puede influir el nombre en la personalidad de los niños y por qué se cree que es así.

¿Influye el nombre de los niños en su personalidad?

Personalidad y los nombres de los niños

La personalidad de nuestros hijos e hijas se va conformando a lo largo de los años a partir de su herencia genética (temperamento) y la interacción que realiza con el ambiente en el que vive. De modo que, el contexto social, económico, cultural y familiar junto con la predisposición emocional y motivacional con la que nace van a ir desarrollando y conformando la personalidad de los niños.

Teniendo en cuenta los aspectos mencionados, el nombre de pila de un niño es una variable contextual que dice mucho de su origen social, cultural y momento histórico en el que nace. El nombre también dice mucho de quiénes son y de cómo son sus padres así como la persona que lo lleva. Por lo tanto, coincidiendo con otros estudiosos de este tema, entendemos que el nombre de pila es una variable influyente, no determinante, en el desarrollo de la personalidad de cada uno de nosotros.

Profundizando en los motivos por los que el nombre influye en nuestra personalidad podemos decir que son las expectativas que genera, los prejuicios que tenemos ante algunos de ellos o el efecto de la profecía de autocumplimiento los que explicarían por qué algunos estudios concluyen que nuestro nombre puede determinar que tengamos más o menos éxito escolar u oportunidades de éxito laboral.

Bajo mi punto de vista, esto tendría su razón de ser por el impacto que tiene el nombre en el desarrollo de nuestra autoestima y autoconcepto. Aspectos de nuestra personalidad que facilitan o dificultan nuestra adaptación al entorno, constituyendo a la vez factores de riesgo en el desarrollo de algunos trastornos.

Veámoslo con más detalle.

Relación entre nombre, autoestima y conducta infantil

Los nombres de los niños y su conducta

Algunos estudios recientes, y otros no tan recientes, han visto cómo ciertos aspectos del nombre que llevan nuestros hijos influye en su modo de ser.

1. La sonoridad del nombre
Este aspecto tiene que ver con qué tal suena por sí mismo y en compañía de los apellidos familiares. Si se trata de un nombre que suena con rotundidad, fuerte y enérgico o si más bien es suave y delicado.

Si puede generar rimas o redundancias con las que se puedan hacer burlas o chistes podría provocar un impacto negativo en la autoestima de nuestros hijos, del mismo modo que ocurre en el siguiente punto que desarrollo a continuación.

2. Su sencillez o extravagancia
En cuanto a este factor nos referimos a aquellos nombres que resultan más fáciles de pronunciar, de pocas sílabas, cortos y habituales en contraposición a aquellos menos frecuentes, antiguos o de difícil pronunciación.

Por ejemplo, un nombre antiguo, largo, poco frecuente y de difícil pronunciación puede ser motivo de mofa entre los compañeros de clase, algo que puede acabar teniendo consecuencias muy negativas en el niño en cuanto al desarrollo de su autoestima y autoconcepto, inhibiéndole conductualmente y provocándole un profundo malestar emocional.

3. Los prejuicios asociados
Aún en la actualidad los prejuicios dominan nuestra sociedad de tal manera que según algunos estudios realizados, los nombres de chicas con nombres fuertes y masculinos tienen más éxito en carreras como derecho. En cambio, los chicos con nombres más femeninos son más propensos a desarrollar problemas de conducta y obtienen peores calificaciones escolares.

Teniendo en cuenta el impacto que tiene sobre la autoestima y autoconcepto ser objeto de burlas o chistes y la estigmatización que puede suponer todo ello para un niño no es de extrañar que los niños desarrollen los problemas de conducta que se encontraron en este estudio de igual modo que lo es su bajo rendimiento escolar. ('Boys named Sue', estudio realizado por David Figlio, 2005, Universidad de Florida).

Elegir bien los nombres para tu bebé

4. Las expectativas que generan
Este es otro de los que más puede llegar a influir en el desarrollo de la personalidad de los niños. Y lo hace de diferentes maneras:

Por ejemplo, cuando elegimos el nombre de nuestro hijo o hija influidos por la admiración que sentimos hacia un personaje determinado esperamos, inconscientemente, que desarrolle las características positivas que han levantado dicha admiración. En caso de no cumplirse el sentimiento de frustración que genera tanto en padres como en los niños influye negativamente en la autoestima y autoconcepto del menor.

En este mismo sentido, cuando elegimos el nombre porque es el que lleva alguno de los progenitores, antepasado o alguien que falleció provoca otro efecto negativo que en psicogenealogía se ha denominado efecto ventrílocuo. Esto es especialmente negativo cuando se depositan en este nuevo ser expectativas y sueños no realizados. Ya que consciente o inconscientemente los padres empujan a estos hijos a vivir una vida que no les pertenece. El resultado puede ser, con mucha probabilidad, la aparición de un alto malestar psíquico y emocional si el hijo no consigue realizar lo que de él o ella se espera.

5. La profecía de autocumplimiento
La profecía de autocumplimiento o Efecto Pigmalión se trata de una falsa creencia, una predicción que una vez realizada es en sí misma la causa de que se haga realidad.

Dicho de otro modo y en referencia a los nombres, cuando decimos que los Enriques son muy traviesos o las Anas son sensibles, dulces y emotivas esta falsa definición evocará en nosotros como padres y en ellos como hijos nuevos comportamientos que harán que esta falsa concepción se haga verdadera.

Por tanto, un niño del que se espera que se comporte de modo travieso acabará comportándose de este modo porque hemos focalizado la atención especialmente en las pequeñas o grandes travesuras que pueda haber realizado. De igual manera ocurre cuando esperamos que Ana sea sensible, dulce y delicada. El simple hecho de colocar estas etiquetas van a aumentar que sus comportamientos acaben siendo aquellos que se espera de ellos por el efecto Pigmalión.

En resumen, sea como sea, el nombre de los niños acaba influyendo en el desarrollo de sus personalidades no tanto por el nombre en sí, sino por los aspectos que hemos desarrollado en este post y algunos otros, que por razones de espacio no hemos podido desplegar aquí. De manera que, si estás en ese momento tan importante como es el de elegir el nombre de tu bebé ten en cuenta de qué manera está decisión puede acabar influyendo en su futuro.

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