Cómo ayudar a nuestros hijos a tolerar la frustración

Estrategias y técnicas para ayudar a los niños a manejar la frustración

Marga Santamaría, Psicopedagoga
En este artículo
  1. Pautas para enseñar a nuestros hijos a tolerar la frustración

Albert Einstein decía que el ejemplo no es la mejor manera de enseñar, sino la única. Y de la forma en que nosotros gestionamos nuestra vida, nuestras emociones, es muy probable que nuestros hijos e hijas lo hagan de forma similar. Ya que aprenden más de lo que ven de nosotros que de lo que les decimos y pedimos que hagan.

La forma en la que nosotros actuamos ante un estímulo, ante una circunstancia, ante una frustración es, muchas veces, la misma forma en la que actuarán nuestros hijos, ya que lo considerarán la mejor forma de hacerlo. No olvidemos que somos sus grandes referentes. Esto es algo que debemos tener presente a la hora de ayudar a nuestros hijos a tolerar la frustración.

Pautas para enseñar a nuestros hijos a tolerar la frustración

Enseñar a los niños a no frustrarse 

Es importante hacer una reflexión personal de cómo actuamos nosotros en las diferentes áreas de nuestra vida, y dado el tema que nos ocupa, revisar las técnicas y estrategias que usamos cuando nos sentimos frustrados.

A continuación, madre, padre, te ofrezco estas técnicas que nos pueden ayudar a enseñar a nuestros hijos a tolerar la frustración. Tómalas como sugerencia, como orientación, no como norma inflexible.

  • No darle todo hecho. Si se le facilita todo al menor y no se le permite alcanzar sus retos por sí mismo, es difícil que pueda equivocarse y aprender de sus errores para saber cómo enfrentarse al fracaso.
  • Dar ejemplo. No olvidemos las palabras de Einstein. El tener una actitud positiva a la hora de afrontar las situaciones adversas es el mejor ejemplo para que los hijos aprendan a solventar sus problemas.
  • Educarle en la cultura del esfuerzo. Ayudarle a tomar conciencia de que muchas veces, con el esfuerzo, podemos resolver algunos fracasos.
  • Marcarle objetivos. Objetivos que sean alcanzables para él. Eso le ayudará a darse cuenta de su logro y con el éxito ver su potencialidad.
  • No ceder ante sus rabietas. Las situaciones frustrantes derivan, en muchos casos, en rabietas. Nuevamente es el momento de acompañarle desde la empatía. Sin tensiones ni castigos. Ahí el adulto tiene que ser coherente.
  • Responsable de su acto (no culpable): el sentimiento de culpa impide, en muchas ocasiones, una baja tolerancia a la frustración. Es importante trabajar con el niño o la niña la responsabilidad y no hacerles sentir culpables.
  • Valorar la oportunidad de aprendizaje. Cuando hay una situación de frustración dolorosa, luego se puede hablar con el menor para ver posibles soluciones. La próxima vez que ocurra algo similar, ya podrá ponerlas en práctica.

Además, podemos enseñarles formas positivas de hacer frente a estos sentimientos adversos. Para ello, podéis utilizar distintas estrategias:

  • Enseñarle técnicas de respiración consciente y relajación.
  • Que sea capaz de identificar en sí mismo cuando se siente frustrado.
  • Reforzar las conductas que han sido adecuadas.
  • Que identifique cuando es el momento de pedir ayuda.

El diálogo con nuestros hijos e hijas, sin caer en el sermón agotador, es fundamental para favorecer un desarrollo emocional adecuado. En el caso de la frustración, la tarea del auto cocimiento, juega un papel esencial, por ello, ayudémosles primero desde nuestro ejemplo, a conocerse y a aceptarse sin juicio.

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