Cuándo se habla de violencia obstétrica en la mujer durante el parto

Maniobra de Hamilton, maniobra de Kristeller o episiotomía por rutina son prácticas prohibidas en el nacimiento del bebé

Sabina Criado, Matrona
En este artículo
  1. Qué es la violencia obstétrica en la mujer durante el embarazo
  2. Situaciones en las que se habla de violencia obstétrica a la embarazada
  3. Medidas para proteger a la mujer de una situación de violencia obstétrica

Toda mujer sueña con tener a su bebé en las manos y que llegar a ese momento todo sea perfecto o casi perfecto (siempre que las contracciones lo permitan). Lo que una madre ni se imagina es que la experiencia del parto pueda convertirse en un acto de violencia hacia el proceso. Así bien se entiende por violencia obstétrica a la forma específica de violencia ejercida por profesionales de la salud (predominantemente médicos y personal de enfermería) hacia las mujeres embarazadas en labor de parto y el puerperio, caracterizado por la deshumanización del proceso, abuso del empleo de medicamentos y pérdida de la autonomía de la mujer entre otros, pero ¿en qué situaciones concretas se habla de violencia obstétrica en la mujer durante el parto?

Qué es la violencia obstétrica en la mujer durante el embarazo

violencia obstétrica

Podemos afirmar que la violencia obstétrica es la combinación de la violencia de género y la mala praxis médica, es decir, por un lado es la violencia basada en la pertenencia al sexo femenino y, por otro, la mala praxis médica relacionada con el ciclo reproductivo de la mujer, fundamentalmente en el periodo del embarazo, parto y puerperio.

Para ponernos un poco en contexto y entender en qué consiste este tipo de violencia debemos echar una mirada unos años atrás, cuando en el siglo XIX los partos eran atendidos en casa por comadronas, ¿parece extraño verdad? Hoy en día las mujeres que quieren tener a su bebé en casa son consideradas poco menos que inconscientes.

La tónica de parir en casa cambió cuando en el siglo XX los partos pasaron de ser atendidos en los hogares a ser atendidos en los hospitales. Con ello, inevitablemente, también hubo un cambio en el concepto de parto: pasó de considerarse un hecho natural y fisiológico a considerarse algo patológico. Así el parto cuando llegó a los hospitales comenzó a medicalizarse, introduciendo intervenciones rutinarias y protocolarias y muchas veces innecesarias y, algo muy triste, las decisiones de la mujer quedaron en un segundo plano.

Situaciones en las que se habla de violencia obstétrica a la embarazada

evitar la violencia obstétrica

La violencia obstétrica puede ser tanto física (procedimientos innecesarios en el embarazo o el parto como no respetar los tiempos del mismo) como psicológica (no tener en cuenta las preferencias y decisiones de la mujer o infantilización de la gestante). Para que nos entendamos, a continuación vamos a explicar algunas situaciones que, en el caso de no ir acompañadas del consentimiento de la gestante o parturienta, podríamos estar hablando de violencia obstétrica:

Maniobra de Hamilton
Consiste en realizar un tacto vaginal e intentar despegar las membranas amnióticas para que se desencadene antes el parto. Siempre se debe explicar a la mujer en qué consiste y los riesgos de la técnica para que sea ella quien decida en última instancia.

Tactos vaginales innecesarios
Siempre que te vayan a hacer una exploración vaginal, deben informarte, y por supuesto, pedirte permiso. ¡Siempre!

[Leer más: Qué es una ecografía trasvaginal]

Episiotomía por rutina
La episiotomía es procedimiento quirúrgico que comprende el corte del perineo (piel y músculos entre la vagina y el ano) durante el trabajo de parto para agrandar el canal vaginal. Este procedimiento se realiza con tijeras o con un bisturí y requiere sutura después. A la hora de realizarla, se debe individualizar cada caso, pero la tendencia actual es disminuir al mínimo esta técnica en parto eutócicos (o normales).

Maniobra de Kristeller
Es un procedimiento para el parto consistente en la utilización de las manos y brazos del personal médico para ejercer una presión externa sobre el abdomen de la mujer. La maniobra de Kristeller se realiza para acabar antes con el parto, pero no por razones de verdadera emergencia. No está exenta de riesgos (como hematomas, fractura de costillas maternas, dolor en las inserciones musculares) y su eficacia es muy dudosa. Las sociedades científicas la desaconsejan por completo.

Analgesia
En cuanto a la analgesia empleada en el momento del parto se debe respetar siempre la preferencia de la mujer, es decir, forzar a que la mujer se ponga la epidural o retrasar el empleo de la misma son formas de violencia obstétrica.

Medidas para proteger a la mujer de una situación de violencia obstétrica

prevenir violencia obstétrica

Muchas mujeres relatan en consulta que cuando tuvo lugar el parto, había muchas personas en el momento de la salida del bebé, que le hicieron varias exploraciones vaginales sin su consentimiento y lo recuerdan y describen todo como un momento impactante. Para intentar disminuir al máximo la violencia obstétrica se han puesto en marcha las siguientes medidas:

Plan de parto y nacimiento del Ministerio de Sanidad
Es un documento en el que la mujer puede expresar sus preferencias, necesidades, deseos y expectativas sobre el proceso de parto y nacimiento. Disponer de esta información por escrito será de gran ayuda para el equipo profesional que atiende en el momento del parto. Es un documento que, por ejemplo en España, se puede descargar de internet y que se puede rellenar en cualquier momento del embarazo, aunque se recomienda completarlo hasta la semana 28-32 de embarazo. Si tienes alguna duda, tu matrona siempre podrá ayudarte.

Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (más conocida por las siglas IHAN)
Es una acreditación lanzada por la OMS y Unicef. Un hospital IHAN debe ofrecer una asistencia al parto acorde con la Estrategia de Atención al Parto Normal del Sistema Nacional de Salud, es decir, en los partos hay que respetar continuamente el criterio de la parturienta, no realizar maniobras sin su consentimiento, permitirle adoptar las posturas que ella desee, respetar sus ritmos, minimizar el uso de instrumentos y favorecer el contacto piel con piel con el recién nacido desde un primer momento del nacimiento.

Es muy importante tener en cuenta que la mejor herramienta para luchar contra la violencia obstétrica es la prevención. Por un lado, se debe fomentar el respeto a las mujeres por medio de la educación, y por otro, la formación de las gestantes para que afronten el nacimiento de su bebé de la mejor forma posible.

Visibilizar este tipo de violencia es clave para que muchas mujeres no se sientan incomprendidas por haber tenido un parto que no cumplía con sus ideales. Si está embarazada te animo a que leas, hables con otras mamás y acudas a las sesiones de educación maternal para que decidas cómo te gustaría que fuera tu parto.

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