Qué es la escuela democrática

Modelo de escuela alternativa que busca el aprendizaje respetando al niño

Borja Quicios, Psicólogo educativo
En este artículo
  1. El origen de la escuela democrática
  2. Características de la escuela democrática

La corriente de la escuela democrática mantiene que las escuelas deben dejar de ser jerárquicas y aplicar los principios democráticos en su estructura y su forma de trabajo.

Para ello, se fomenta que la participación, tanto de los alumnos, como de los profesores será libre e igualitaria en la toma de decisiones en lo relativo a la organización y el aprendizaje. Con este tipo de educción se fomenta el aprendizaje libre y auto-motivado que estimulará la curiosidad y los intereses de los niños.

El origen de la escuela democrática

Cómo es el modelo de escuela democrática

Las primeras escuelas democráticas surgieron en el siglo XVII pero no empezaron a desarrollarse y a proliferar hasta el siglo XIX. Durante muchos años ha habido continuos debates sobre su efectividad en cuanto a contenidos y al desarrollo personal y profesional de los alumnos.

Hoy en día la escuela democrática es una más de entre todas las opciones de “escuela alternativa” que podemos encontrar. El objetivo de este tipo de escuelas es compartido, y será el de llevar a cabo una educación diferente a la convencional donde:

- Se busca el aprendizaje mediante las emoción.

- Se aprende a partir de la experiencia, y no memorizando.

- Se enseña a colaborar y no a competir.

- Se respetan los ritmos de cada niño.

- Lo errores se ven como una parte más del aprendizaje.

- La creatividad ni se coarta, ni se estimula precozmente. Se la deja estar.

- Se busca la implicación de las familias.

- La naturaleza es parte importante, como un espacio fundamental dentro de la educación.

Características de la escuela democrática

La escuela democrática sigue siendo una opción minoritaria (y no, por ello, peor) respecto a la mayoría. Las características que la definen y la hacen diferente de las demás son las siguientes:

- El juego como parte importante en el aprendizaje. En la educación democrática se fomentan espacios en los que se pueda dar el juego libre y sin ser dirigido. Es el niño el que elegirá a lo que juega y cuánto juega. No existirá ninguna restricción. Se diferencia de otras alternativas más mayoritarias en que estas últimas ven este tipo de juego libre como una pérdida de tiempo y defienden que el juego debe tener un carácter “explícitamente” educativo.

- Un currículum diferente. No se aplica el currículum educativo prefijado. El aprendizaje es voluntario y por ello, cada uno es responsable de su propia educación. Es decir, cada niño es quien decide qué, cuándo, cómo y con quién aprende. Así, según esta corriente educativa, se estimula el intercambio de ideas y la conversación entre los estudiantes, siendo los “mayores” los tutores de los más pequeños, para que encuentren los propios intereses.

- No se califica. Al no haber currículum, no hay evaluación calificativa. Será muy complicado calificar al niño en función de los logros que adquiere ya que solo realizan los exámenes que el estado exige.

- En cuanto a los castigos. En este tipo de escuela existen los castigos y las sanciones. Es la figura del mediador la que aparece para escuchar a ambas partes para intentar que lleguen a una solución consensuada. Si esto no fuera posible, se creará una asamblea que concluye quién ha actuado de forma incorrecta e impone el castigo.

- La figura del profesor. Se deja atrás la imagen del profesor autoritario que sabe lo que es bueno y malo para los alumnos. El profesor debe tratar al niño como a un igual. Acompañar al pequeño dejando el máximo de libertad dándole la seguridad necesaria para que el niño pueda gestionar esa libertad.

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