Cuando amenazas a los niños les enseñas una terrible lección, ¡evítalo!

La Disciplina Positiva nos invita a educar desde el respeto y la empatía a nuestros hijos

Elisa Molina, Maestra y asesora familiar
En este artículo
  1. Por qué educar con amenazas a los niños NO funciona
  2. La terrible lección que enseñamos a los hijos con las amenazas
  3. Cómo cambiar las amenazas por la Disciplina Positiva

Hay veces que es por la falta de tiempo, otras por el cansancio que nos puede a final del día y otras porque en muchas ocasiones nos cuesta horrores que los niños sean autónomos y responsables. Sea por este motivo o aquella razón, lo cierto es que más veces de lo que nos gustaría admitir sacamos a relucir los gritos al comunicarnos con nuestros hijos. Pero sabemos que cuando amenazamos a los niños les enseñamos una terrible lección. Hablamos desde la Disciplina Positiva sobre las consecuencias de educar a los niños con amenazas y acerca de qué podemos hacer para evitarlas.

Por qué educar con amenazas a los niños NO funciona

Si amenazas a los niños para de hacerlo

'Si no te comes la cena te quedas sin ver la televisión', 'como no hagas los deberes no sales a jugar al parque', 'si te sigues portando así se lo diré a tu profesora'. ¿Tú también utilizas las amenazas en el día a día con tus hijos?

Tan integradas tenemos ciertas cosas en la infancia que hasta este tipo de amenazas nos parecen normales, comunes, para usar cada día. ¿Te imaginas que las dijéramos en la pareja? ¡Sería incluso un motivo de separación! La Disciplina Positiva nos invita a poner el foco en nosotros mismos y en reflexionar sobre cómo queremos relacionarnos con nuestros hijos.

No, no tenemos que ser padres perfectos, todos comentemos errores, pero, coincidirás conmigo, que las amenazas y los gritos no pueden ser la dinámica habitual ya que nuestros hijos, como cualquier otra persona del mundo, merecen respeto. Pero es que además de cometer con ellos esta gran falta les estamos mandando el mensaje erróneo de que es así como se hacen las cosas (porque lo digo yo y punto, porque de lo contrario te quito algo) lo que más te gusta. Según la Disciplina Positiva, debemos reflexionar sobre todos estos asuntos.

La terrible lección que enseñamos a los hijos con las amenazas

Consecuencias de educar con amenazas a los niños

Cuando mamá o papá amenazan a su hijo ('si no te pones ya los zapatos saldrás descalzo'), lo que hacen es precisamente enseñarle a amenazar. Cuando les gritamos, porque nos creemos con derecho a ello, porque no se están 'portando bien' lo que hacemos es enseñarles a gritar, a resolver situaciones con este tipo de métodos, a que vean que es mediante el poder de unos y la obediencia de otros como se consiguen las cosas.

La reflexión es necesaria en nuestra vida, por eso debemos pararnos a pensar que tal vez tengamos un problema y carezcamos de las herramientas necesarias para solucionarlo. Por ello debemos buscar información que nos llene emocionalmente y que nos haga pensar sobre si es así como nosotros queremos guiar a nuestros hijos en su camino, en cada una de las etapas que como niños les corresponde vivir plenamente y en la máxima felicidad.

[Leer +: Educar con más calma a los niños]

Cómo cambiar las amenazas por la Disciplina Positiva

Disciplina positiva para educar a los niños

Para educar desde ya en la Disciplina Positiva a los niños que serán los adultos el día de mañana podemos seguir los siguientes consejos:

1. Trata de superar los automatismos que has heredado de tus padres
La Disciplina Positiva te invita a reflexionar sobre cómo te sientes y cómo te comportas tú mismo. Desecha los pensamientos que en nada te ayudan a construir la relación que quieres con tu hijo, como, por ejemplo, 'es que a mí me educaron así', 'a mí me amenazaron y no he salido tan mal', 'no sé hacerlo de otra forma', 'un cachete a tiempo bien dado...' y trata de establecer una comunicación en casa basada en la confianza y el respeto en lugar de las amenazas.

2. Sé consciente de cuál quieres que sea la tónica en tu vida 
¿Te gustaría que el día de mañana, cuando tus hijos vengan a cenar a casa por Navidad, te recuerden las veces que ibas detrás de ellos con la zapatilla en la mano? Reflexiona sobre la constante que quieres que predomine en tu vida y en la de tus hijos: ¿amenazas y gritos?, ¿alegría, diálogo y buen humor, tal vez?

3. Sé un hogar seguro para tus hijos 
Seguimos mirando desde la perspectiva de la Disciplina Positiva... ¿A que es maravilloso cuando los niños se ponen a jugar al pilla-pilla y se colocan a tu lado diciendo 'casa'? Recuerda siempre que tú para ellos eres el lugar seguro al que acudir en todo momento. No te olvides tampoco que para los niños eres un espejo en el que mirarte, todo lo que digas, más aún lo que hagas, será asimilado por tus niños.

4. Cambia una herramienta por otra 
Pero ¿si no les puedo decir a los niños con amenazas que recojan su cuarto, qué otra cosa puedo usar? Según se trate de un contexto u otro, de si quieres que se laven solos los dientes o de que aprendan que los zapatos se dejan en el zapatero al llegar a casa, emplea estrategias sencillas que ayuden a que tus hijos sean responsables y autónomos.

Poco a poco, aquí, cuando se trata de aprender y mejorar, las prisas no valen de nada. Enseña con paciencia, Disciplina Positiva, cariño, empatía y mucho respeto; como si de una cocción a fuego lento se tratara, como si fueras a plantar las semillas que después te den los mejores frutos.

¿Cuáles son las amenazas que te marcaron a ti en tu infancia?

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