Regañar a los niños por las travesuras inofensivas y graciosas, ¿sí o no?

Convertir las travesuras infantiles en fuente de aprendizaje y creatividad

Adriana Méndez, Escritora y redactora
En este artículo
  1. Cuando las travesuras se vuelven un aprendizaje
  2. Por qué NO regañar a los niños por sus travesuras inofensivas
  3. ¿Cuándo es necesario corregir las travesuras?
  4. Plantear límites y normas a tus hijos

Las travesuras son inherentes a la etapa infantil e incluso durante la adolescencia. Los niños simplemente son una fuente inagotable de imaginación que deben dejar salir al exterior, sin importar de qué forma lo hagan. Y es que, seamos sinceros... ¿Cuántas travesuras hicieron ustedes de pequeños? Seguro que muchas. Sin embargo, estas travesuras inofensivas e, incluso, graciosas de los niños nos plantean un conflicto a los padres, que nos sentimos muy tentados a reírnos. ¿Hay que regañar a los niños por las travesuras? ¿Hay que castigarles? ¿Es mejor ignorarles?

Cuando las travesuras se vuelven un aprendizaje

¿Regañar a los niños por las travesuras inofensivas?
Jade Perry / SWNS.com

Hace poco se hacía viral el caso de esta niña de 5 años, llamada Skyla-Rae Muttram, que decidió pintarse la cara con rotulador morado para parecerse un poco más a su personaje de dibujos favorito. Su madre, Jade Perry, explicó que cuando la vio no sabía si reír o llorar ante tal travesura.

Pero esta no es la única la travesura infantil 'divertida' que se nos ocurren: colorear las paredes, maquillar a sus padres dormidos, jugar con peinados extravagantes, desfilar la ropa de mamá o papá... Cuando yo era niña, me corté el cabello con unas tijeras, porque quería rememorar el instante en que Mulan (mi película favorita de aquel entonces) corta su cabello con una espada. Muchas de estas travesuras infantiles son inofensivas y si causan alguna clase de daño o inconveniente, es para el pequeño que la realiza.

Sin embargo, considero que debe ser importante hablar con los más pequeños sobre las consecuencias que pueden traer sus actos, como tardar días en reparar un desastre o que tu cabello no volverá a crecer en unos cuantos meses. De esta forma los niños aprenden un par de cosas:

- Que los resultados de sus acciones pueden ser negativos o positivos.

- Que no todo sale perfecto aunque se piense que lo será.

Esto no implica que dejarán de inventar juegos y dejar volar su imaginación con creatividad, sino que les enseñará la valiosa lección del ensayo y error hasta lograr el resultado favorable. También los hará conscientes de otras formas de liberar su imaginación y de ser mucho más cuidadoso con lo que realizan. Lo cual es el punto que todo padre debe buscar.

Por qué NO regañar a los niños por sus travesuras inofensivas

Cuando los niños comenten travesuras sin peligro

No es el hecho de regañarlos o no hacerlo, sino la forma en cómo se da el regaño. Por ejemplo, si se hace con una actitud punitiva y se utilizan gritos o castigos físicos, esto solo hará que el niño se retraiga, pues considerará que está mal todo lo que haga, especialmente lo relacionado con su creatividad. Provocando incluso problemas de autoestima y confianza al desarrollar habilidades.

Por el lado contrario, esto puede también despertar la rebeldía de los niños contra la opresión percibida de sus padres y tergiversar el impresionar con sus capacidades creativas por el de anarquía y destrucción. Lo cual eventualmente se transformará en problemas de conducta.

[Leer +: Cuentos para niños que no siguen las normas]

Como mencioné previamente, las travesuras son características de la edad infantil y estas traen muchísimo aprendizaje sobre lo que es correcto o no y las capacidades propias de los niños que puedan llegar a desarrollar. Por eso es necesario dejarlos explorar y divertirse, a pesar de tener unas cuantas caídas en el proceso, lo importante es que guíes a tu pequeño con amor y no con enojo.

¿Cuándo es necesario corregir las travesuras?

Sin embargo, en ciertas ocasiones sí que resulta imprescindible corregir las travesuras de los niños. Estas son algunas de esas situaciones:

- Cuando estas se acerquen a ser un peligro para la salud integral de tu pequeño.

- Cuando el peligro lo sea para una tercera persona e incluso si causa incomodidad a estas.

- Al presentarse una pérdida material importante o el uso de algo que no debería usar.

- Si se lastima o lastima a otros.

- Cuando perturbe la tranquilidad en el salón de clases.

Recordemos que no todas las personas son tan tolerables, en especial los niños y cuando estos se ven involucrados en una travesura ajena (sin su consentimiento), no les va a gustar en lo absoluto y mucho menos a sus padres.

Debemos corregir también cuando esta travesura sea mala y explicarles el porqué, así como el pedirle permiso a otro si se quiere tener un compañero de travesuras. Pero siempre explicando que las razones de esto es para que sigan creando y divirtiéndose sin causar daños, lo cual será mejor y por más tiempo.

Plantear límites y normas a tus hijos

Regañar a los niños desde los límites

Es importante no solo educar, sino también crear límites que dejen claro aquello que sí está permitido hacer y o que no. Por ejemplo, no es lo mismo que tu pequeño saque todo el papel higiénico del rollo a que queme las cortinas con un encendedor. Para ello debes tomar tu tiempo en enseñarle los peligros de utilizar ciertos materiales para sus aventuras y ofrecerse en su lugar otras opciones.

Otro punto importante es no confundir una travesura o una actitud divertida con un comportamiento caprichoso, pues muchos padres dejan que sus hijos realicen berrinches o desastres sin ninguna medida o consecuencia, con la excusa de 'Eso es por la edad' o 'Es que es muy traviesa', cuando en realidad se trata de un problema de conducta que requiere de técnicas de control.

También debes tener en cuenta el regular el gasto de los materiales, de manera que si quiere seguir haciendo travesuras divertidas, debe saber ahorrar y apreciar los elementos que requiere para ello.

¿Y si consiguiéramos fomentar las travesuras seguras de los niños? Estas, además de no poner en peligro a los pequeños y a todo lo que les rodea, son una genial forma de estimular su creatividad y aprendizaje. Aquí van algunas ideas que te podrían ayudar:

- Haz de tu casa su laboratorio mágico, adapta un cuarto, su habitación o tu patio para que se convierta en su lugar de juegos.

- Pon a su disposición bastantes materiales y elementos para crear: juguetes, pinturas, plastidedos, arena para moldear, colores, marcadores no tóxicos, cuadernos de dibujos, etc.

- Pinta una pared a su altura con pintura de pizarra y haz que tenga su propio espacio para dibujar con tizas en el hogar.

- Juega con tu hijo, realicen interpretaciones de cuentos, realicen manualidades o pinten juntos.

- Habilita este espacio de juegos para que tu pequeño pueda traer amigos o se divierta con sus primos.

- Asegúrate que tanto el espacio como los materiales sean seguros y puedas tener un ojo vigilante sobre ellos.

¿Quién dice que las travesuras no pueden ser educadas y educativas?

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