Cuando los niños no quieren irse a la cama a dormir y se levantan sin parar

Acompañar con empatía el sueño infantil cuando los niños tienen miedo por la noche

Amaya de Miguel, Asesora de familias
Revisado por María Machado, Editora
En este artículo
  1. Niños con miedo que no quieren irse a la cama a dormir
  2. Cómo acompañar a los niños para que se acuesten en su cuarto
  3. Mi hijo suele levantarse de la cama por la noche o me llama para que vaya

Que los niños no quieran irse a la cama es un hecho más común del que nos pensamos. ¿Cómo podemos hacer para que puedan dormir solos en su cama? ¿Y para que no se levanten por la noche y salgan de su cuarto? ¿Qué podemos hacer los padres para que esta transición sea mucho más sencilla para todos? Te damos a conocer varias estrategias para ayudar a los niños a que se vayan a la cama sin miedo, siempre acompañándoles desde la empatía y el cariño.

Niños con miedo que no quieren irse a la cama a dormir

Los niños que no quieren irse a la cama

Primero de todo, trata de averiguar la emoción que se esconde detrás de ese 'no me quiero ir a la cama' o 'no quiero dormir solo'. Si es que siente miedo a la oscuridad, si necesita pasar más tiempo contigo, si se siente inseguro por la separación que supone quedarse solo en la habitación. Las emociones hay que validarlas siempre, más aún cuando implican una respuesta como es el caso de negarse a ir a la cama.

Piénsalo de esta forma, tu hijo no elige ponerse nervioso cuando llega la hora de irse a dormir, simplemente lo siente y no sabe cómo, no cuenta ni con recursos ni con herramientas, gestionarlo para sentirse tranquilo. Por eso es que muchas veces se muestran irritables, frustrados e incluso rabiosos.

La dificultad emocional que se esconde tras el hecho de que no quiera dormir solo en su cuarto o irse a la cama muchas veces supone todo un reto para los padres y los hijos: pasan de estar activos, jugando, hablando, a estar en la cama a oscuras sin apenas moverse. Y es que, aunque compartan habitación con otros hermanos, para algunos niños, da igual la edad que tengan, el que llegue la hora de irse a dormir es todo un reto. ¿Qué podemos hacer para que se sientan seguros?

Cómo acompañar a los niños para que se acuesten en su cuarto

Acompañar a los niños para que se acuesten

Los siguientes consejos te ayudarán a lograr que tu hijo se vaya a la cama con una sonrisa en el rostro y que aprenda, poco a poco, a dormir solo en su cama.

1. Acuéstale a una hora temprana acorde a su edad
Muchos padres retrasan el momento de llevar a los niños a dormir porque piensan que al estar más cansados se dormirán antes. Todo lo contrario, si se les pasa la hora de acostarse se activarán y se mostrarán mucho más nerviosos. Adecua la hora a la que tu niño se tiene que ir a dormir según su edad y el número de horas que necesite de descanso.

2. Procura que las actividades de antes de irse a dormir sean tranquilas y lo más relajadas posibles
Pasar de estar saltando y corriendo a quedarse quietos para coger el sueño es algo que a cualquiera le costaría un mundo. Por eso, adoptar rutinas como ducharles a la misma hora, tomar una cena ligera y leerles el cuento de buenas noches (un relato corto y relajante que precisamente puede hablar de cómo afrontan otros niños la hora de irse a la cama) pueden hacerles tanto bien. Bajar la intensidad gradualmente les beneficiará.

3. Habla en positivo de la escuela
Muchos niños y niñas se sienten reacios a irse a la cama porque saben que al día siguiente se tienen que despertar temprano para ir a la escuela. Además de crear una rutina para ellos, habla en positivo de la escuela y comenta algunas de las cosas buenas que van a estar ahí esperando a la mañana siguiente: jugar con los amigos a la hora del recreo, aprender cosas nuevas, la rica comida que tomarán en el comedor escolar.

4. No le metas prisa para que se acuesten
Si tu hijo siente que tú tienes ganas de que se vaya a dormir cuanto antes, experimentara aún más esa sensación de abandono e inseguridad. En su lugar, aprovecha para decirle lo mucho que le quieres, lo orgulloso que te sientes de él y lo agradecida que estás por el mero hecho de que sea tu hijo. Es una de las mejores conversaciones que podéis tener antes de que se acueste.

5. Utiliza palabras acordes a la edad de tu hijo
La explicación y los argumentos que le darás a tu hijo no serán los mismos si tiene 3 años como si ya ha cumplido los 10. Si tu niño tiene una corta edad puedes llamar al 'hada de las buenas noches' que nos invita a relajarnos, dejar las manos de jugar para el día siguiente y a sentir el calor de nuestra acogedora cama.

Para los niños algo más mayores podemos utilizar razonamientos como: 'mañana tenemos muchas cosas que hacer así que ahora toca descansar', 'mamá y papá que te quieren mucho también se van a la cama temprano, ¿necesitas algo?'

6. Organiza la tarde 
Otra cosa que funciona muy bien es aprovechar un momento distendido, la hora de la merienda, por ejemplo, para comentar qué solución podemos buscar para organizar las tareas de la tarde y que cuando llegue la hora de dormir no haya prisas que valgan.

[Leer +: Técnicas de relajación para niños]

Mi hijo suele levantarse de la cama por la noche o me llama para que vaya

Niños que se levantan por la noche de la cama

¿Y qué ocurre si el niño se despierta, se levanta en medio de la noche o te llama muchas veces hasta que vas a su cuarto? También son frecuentes los: 'quiero agua', 'me hago pis', 'ahora quiero más agua' ¿A qué se debe esto? ¿Qué podemos hacer?

La resistencia que tiene el niño a irse a dormir hace que llame a mamá y a papá varias veces con cualquier excusa para evitar quedarse solo. Por ello, negociaremos las rutinas que puede y no puede hacer justo a la hora de irse a dormir, por ejemplo, beber agua, hacer pis y coger su peluche favorito. Una vez hemos llegado al acuerdo hay que cumplirlo, el primer día habrá reticencias, el segundo también, pero poco a poco se acostumbrará a que, una vez hechas estas rutinas, llega la hora de decir buenas noches y apagar la luz.

Nuevamente tendrás que mostrarte paciente y comprensiva, si el niño ve que nuestra tensión aumenta y que también lo hacen las prisas porque se meta de una vez en la cama, solo servirá para que se sienta más nervioso e inquieto. Sí, se vale ceder 'venga, vale, no estaba en el acuerdo que fueras a por un juguete al salón, por esta vez puedes hacerlo, pero ya sabes que mañana tienes que seguir lo que hemos escrito en nuestro folio'.

Pequeñas rutinas y frases afectivas como esta harán que tu hijo se vaya a dormir feliz y contento ¡hasta tú tendrás dulces sueños!

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