El volcán se calma - Canción infantil sobre el manejo de las emociones

Cuando los niños se enfadan, sienten por dentro algo parecido a un volcán que está a punto de explotar como mejillas calientes y ganas de gritar y de patear, tal como cuenta El volcán se calma, una canción infantil sobre el manejo de las emociones. Esta canción está pensada como una guía musical para ayudarles a reconocer la rabia en su cuerpo, ponerle nombre y aprender qué hacer con ella, de esta forma, los peques descubren que enfadarse es normal, pero también que tienen herramientas para calmarse, desarrollando autocontrol y empatía.

El volcán se calma - Letra completa de la melodía sobre las emociones

Las emociones infantiles pueden trabajarse a través de la música, porque las canciones expresan eso que a veces cuesta tanto explicar. Esta melodía habla de reconocer cómo se sienten, poner nombre a la rabia y aprender poco a poco a expresarla para calmarla de una manera más sana.

El volcán se calma

Siento fuego en mis mejillas, mi volcán va a estallar,
quiero gritar muy fuerte, quiero todo patear.
La rabia dice 'alto, algo no salió bien',
me ayuda a poner límites y a decir '¡escúchenme!'.

Antes de explotar, me paro a respirar:
nariz… barriguita… y vuelvo a contar.
Volcán, volcán, te voy a calmar,
cuento hasta cinco y te ayudo a bajar.

Uno, dos, tres, respiro otra vez,
cuatro y cinco, ¡ya lo logré!
Puedo apretar un cojín, dibujar mi emoción,
pedir turno para hablar y explicar la situación.

'Estoy enojado ahora, necesito descansar',
cuando digo lo que siento, me empiezo a tranquilizar.
Manos a los hombros, abrazo de koala,
muevo el cuerpo suave y la lava se va.

Volcán, volcán, te voy a calmar,
cuento hasta cinco y te ayudo a bajar.
Uno, dos, tres, respiro otra vez,
cuatro y cinco, ¡ya lo logré!

Recursos para enseñar a los niños a gestionar correctamente sus emociones

Enseñar a los niños a gestionar su rabia no es 'prohibir enfadarse', sino darles recursos para saber qué hacer con todo eso que sienten por dentro, ya que toda emoción es válida: lo que hay que enseñar es a saber expresarla sin pegar, gritar ni romper. Aquí, algunos recursos para ayudar a los niños a gestionar la rabia:

• Rincón de la calma. Un espacio pequeño y acogedor con cuentos, hojas para dibujar y botellas de la calma, es un lugar donde ir a tranquilizarse cuando se sienten desbordados.
• La botella de la calma. Justamente puedes hacer un frasco con agua, pegamento y brillantina. Al agitarla se mueve y mientras la purpurina baja, el niño debe respirar profundo. Es un apoyo visual para entender que la emoción también se disipa.
• Cuentos cortos sobre emociones. Auxíliate de libros que hablen del enojo, celos o frustración, ya que al leerlos juntos ayuda a poner nombre a lo que sienten y aprender a manejarlo.
• Ejercicios de respiración. Pídele que sople una vela imaginaria, infle la 'panza-globo' contando hasta 4 y que respire como un dragón que echa aire por la boca. La respiración es la herramienta más sencilla para poder tranquilizarse.
• Juego y movimiento. A veces la rabia es energía acumulada, así que amortiguar golpes con un cojín, correr, saltar o apretar plastilina son formas seguras de descargar sin dañar a los demás.
• Diario o dibujo de las emociones. Para niños más grandes, escribir o dibujar lo que pasó ayuda a ordenar la experiencia y pensar alternativas para cuando vuelva a suceder.
• Frases y acuerdos de calma. Crea junto a tu hijo frases tipo 'Cuando me enojo: paro–respiro–hablo' y péguenlas en la pared. Repetirlas cuando el pequeño está tranquilo hace que las recuerde en el momento difícil.

7 lecciones que enseña a los niños la canción corta El volcán se calma

Esta canción está llena de educación emocional, muy favorable para tu pequeño. Aunque es una melodía breve, estas son las lecciones que transmite:

1. La rabia es una señal, no algo 'malo'. Manifiesta que el enojo avisa que 'algo no salió bien', a la vez que ayuda a poner límites y a pedir que los escuchen.
2. Reconocer lo que pasa en el cuerpo. Cuando habla del 'fuego en las mejillas' y del 'volcán' a punto de estallar, ayuda a identificar las señales físicas de la ira.
3. Parar antes de explotar. La canción invita a hacer una pausa: 'Antes de explotar, me paro a respirar', lo que muestra que siempre se puede parar antes de perder el control.
4. Usar técnicas de calma. Contar hasta cinco, respirar o moverse suave son algunos recursos de autorregulación que los niños pueden imitar.
5. Buscar formas seguras de descargar la emoción. Pueden apretar un cojín, dibujar la emoción o mover el cuerpo para sacar la rabia. Es una forma sana de hacerlo sin lastimar a nadie.
6. Expresar con palabras lo que sienten. Frases como 'Estoy enojado, necesito descansar' muestran cómo pedir espacio y explicar su emoción.
7. Comprobar que la rabia pasa y se puede manejar. El estribillo '¡ya lo logré!' refuerza la idea central de que ellos tienen poder sobre su 'volcán' interior y pueden calmarlo de a poco.

¿Qué es la infalible técnica del volcán para niños con falta de autocontrol?

La técnica del volcán es una herramienta sencilla para ayudar a los niños que 'estallan' con facilidad a controlar su rabia. Parte de una idea simple: cuando se enojan, sienten por dentro como si un volcán estuviera a punto de hacer erupción. En lugar de regañarlos por el berrinche, esta estrategia les enseña a darse cuenta de lo que les pasa para bajar la intensidad poco a poco.

Primero se trabaja la conciencia emocional, es decir, con el niño se habla de cómo se siente su cuerpo cuando se enfada (cara caliente, puños apretados, ganas de gritar), para después, en una hoja, dibujar un volcán y colorear tres zonas: la parte baja (tranquilo), la zona media (molesto) y la parte alta (a punto de explotar). Así el niño puede señalar en qué nivel está su 'volcán interior'.

Luego se le enseñan acciones para enfriar al volcán antes de llegar a la explosión. Unas ideas pueden ser respirar profundo varias veces, contar despacio hasta 10, alejarse al 'rincón de la calma' o decir con palabras 'estoy muy enojado, necesito un momento a solas'. La idea es que el pequeño entienda que la rabia no es mala por sí misma, sino que es importante elegir qué hacer con ella.

También se trabaja el lenguaje emocional en vez de pegar, gritar o tirar cosas, se trata de explicar qué le molestó para que ponga nombre a sus emociones. Para que la técnica funcione, los padres deben ser modelos de autocontrol y reforzar mucho cada pequeño avance, ya que no se trata de que el niño 'nunca más se enfade', sino de que tenga los recursos para manejar ese enojo.

Técnicas y herramientas para enseñar a los niños a gestionar sus emociones

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