Embarazo, parto y maternidad en el corazón de África

La experiencia de una doula en Senegal

Lupe Barbosa, Doula y Enfermera Materno Ginecológica
En este artículo
  1. La experiencia de una doula en Senegal
  2. Expresar dolor en el parto es una ofensa para la familia

Nunca me habría imaginado que, como, doula mis pasos me llevarían tan lejos. Las doulas somos mujeres, en su mayoría madres, que acompañan a otras mujeres durante en el camino a la maternidad. Su labor fundamental es dar soporte, tanto físico como emocional, durante el parto y el puerperio.

Nuestra formación abarca conocimientos sobre fisiología del embarazo, parto y puerperio, de puericultura, lactancia, educación prenatal, ginecología... además de todos los estudios que nos aportan conocimientos de ayuda a las madres.

La experiencia de una doula en Senegal

Madre africana

Este año comencé mi andadura de cooperante humanitaria. Necesitaba saber de primera mano cómo llevan a cabo la maternidad las mujeres de otras culturas y quería ayudar en la medida de mis posibilidades. Así comenzó la experiencia más enrriquecedora de mi vida, en Senegal, mi aventura había comenzado. Llegué a Dakar en avión, pero mi destino definitivo se adentraba en una ruta, donde la carretera no existe, literalmente desparece. En Touba Merina, las personas viven en un grupo de chozas circulares de paja, con suelo de tierra, sin agua, ni luz, en una tierra yerma.

En el tiempo que he dedicado a las madres, pude enterarme de la forma en que viven la maternidad. El principal objetivo del matrimonio consiste en tener hijos que, entre otras cosas, colaboren con su trabajo al sustento de la familia, y que cuando sean adultos se ocupen del cuidado de los ancianos. No suelen acudir a los controles periódicos del embarazo, ni a los servicios de planificción familiar. Estos poblados están muy alejados de los centros donde existe enfermería, y su medio de transporte es un carro con un burrito, así que no es nada fácil, a parte de una perdida de tiempo dadas las tareas que tienen que realizar en su aldea. Ellas cuidan de los ancianos, hijos, ganado, casa, etc.

Además, todavía existe cierta desconfianza hacia los servicios de planificación familiar occidentales, ya que se sospecha que en sus países de origen, durante la época colonial, estos servicios encubrían campañas de esterilización. Sin embargo, es habitual que las mujeres eviten el embarazo durante los meses posteriores al embarazo, ya que esto supondría cortar el amamantamiento, con el consiguiente riesgo para el recién nacido. En estos casos, el método anticonceptivo más habitual es la abstinencia sexual.

El embarazo es considerado como algo natural y, por lo tanto, sin tanto control. Las visitas continuadas al especialista son síntoma de enfermedad, y ellas no están enfermas. El problema de la anemia y desnutrición tan común en estas mujeres por la mala alimentación juega en su contra, existe una fuerte morbilidad en el parto. En el caso de la anemia, un mínimo sangrado provoca el fallecimiento de la mujer, además de las infecciones por falta de agua y limpieza.

Quitando estos problemas médicos, ellas  tienen algo que nosotras hemos perdido, se reúnen con sus madres, amigas, parientes y viven la gestación juntas, consolándose, arropándose, contando sus miedos... ellas no están solas. Ellas son doulas en la comunidad, ayudándose y apoyándose en cada momento. Trabajan juntas, cantan, bailan, cocinan, cuidan unas de otras y de sus niños, que son fruto de la comunidad. Hombro con hombro, todo es de todos. Eso es lo que antiguamente hacían nuestras abuelas, acompañarse. Crean un círculo de mujeres.

Expresar dolor en el parto es una ofensa para la familia

En el parto, suelen presentar una bajísima expresión del dolor. Tanto a las mujeres como a los niños se les prepara para soportar el dolor y he visto como los niños con profundas heridas, que no hacían el mínimo gesto de dolor en las curas. Si la parturienta expresa dolor en su parto es considerado una ofensa para la familia.

En el seno de la familia extensa, el cuidado de los niños no depende tan directamente de los padres como de la familia nuclear, y es muy habitual que se encarguen de los niños sus tías, sus hermanas, sus primas o sus abuelas. El cuidado compartido de los niños por parte de todos los miembros de la familia incluye el amamantamiento. Se suele considerar que el calostro no es del todo beneficioso para el niño, de manera que hasta que la madre acaba la fase del calostro, suelen dar de mamar al niño otras mujeres de la familia. También después de esta fase es habitual que el amamantamiento sea compartido.

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