Los 7 trastornos de la atención más comunes en los niños y qué hacer

¿Por qué mi hijo no presta atención? Conoce los tipos de trastornos de atención infantil

Fabiola Hernández Pérez, Periodista y editora
En este artículo
  1. 7 trastornos de la atención que son más frecuentes en los pequeños
  2. Cómo saber si tu hijo tiene problemas de atención - Síntomas frecuentes
  3. Estrategias efectivas que ayudan a fomentar la atención en los niños
  4. Cuento corto sobre la falta de atención en niños - La linterna de Leo

La falta de atención es muy común entre los niños, sobre todo, entre los más pequeños. Cuando este problema persiste, los padres comienzan a preocuparse, ya que el rendimiento escolar se ve afectado y puede traer como consecuencia un mayor fracaso escolar. Pero la falta de atención puede ser por dos causas muy diferentes: orgánica y psicológica. Dentro de estas dos vertientes, encontramos todos estos trastornos de la atención, descubre si alguno de ellos afecta a tu hijo. Aquí, los 7 trastornos de la atención más comunes en los niños y qué hacer.

7 trastornos de la atención que son más frecuentes en los pequeños

Trastornos de atención para niños

Estos son los problemas o trastornos de atención más frecuentes en la infancia, identifícalos y ayuda a tu hijo de forma adecuada:

1. Inatención

Ante un estímulo externo, lo normal es dirigir hacia él toda la atención. Cuando el niño es incapaz de prestar la atención a este estímulo externo, se habla de inatención. Si el niño está 'ensimismado' o centrado en su mundo interior y no responde ante estímulos externos, hay un problema serio de inatención, cuyo origen puede ser orgánico o por problemas de percepción sensorial.

2. Doble atención

Este trastorno es propio de los niños que 'viven' casi todo el tiempo en su mundo interno, pero salen de vez en cuando al exterior. Ante ciertos estímulos, sí son capaces de prestar atención, aunque la mayor parte del tiempo se dediquen a su mundo interno. Incluso lo prefieren y suelen estar más a gusto en su mundo alterno que en el 'real', lo que significa que los pequeños son más absortos. 

3. Distraibilidad

Es la incapacidad de mantener la atención en un punto fijo durante mucho tiempo. El niño se ve 'tentado' a cambiar el foco de la atención ante estímulos secundarios. Es propio de niños con un pensamiento muy rápido, que no son capaces de frenar. Puede ir acompañado de momentos de euforia o irritabilidad. Si tu hijo es distraído, lo más probable es que además hable mucho.

Los niños que se distraen demasiado

4. Negligencia

En este caso, además de una enorme incapacidad de atención, también se presenta un problema para percibir el mundo externo o extrapersonal. El niño percibe todo lo que tiene alrededor, pero su cerebro es incapaz de procesar toda la información necesaria y transformarla. Se debe básicamente a una lesión en el cerebro, por lo que debe ser tratado médicamente cuanto antes.

5. Apatía

La apatía es falta de interés. Y aunque te parezca increíble, a menudo está relacionada con algún problema físico, como la malnutrición, los problemas de sueño o la fatiga. Por ello hay que descartar primero cualquiera de estos aspectos para saber cómo tratar este aspecto. Una vez detectado, se puede recurrir a tratamientos específicos para contrarrestar dicha apatía.

6. Inatención motivacional

Aunque se parezca a la apatía, no es exactamente lo mismo. Aquí lo que se da es un problema de motivación. El niño no se siente motivado (aunque el adulto piense que el estímulo sí es lo suficientemente atractivo), por lo tanto deja de lado ciertos gustos y hasta aficiones. Al no sentir esa motivación, el pequeño presenta conductas distantes o que pareciera que no le importa.

7. Fatigabilidad

Como su nombre lo indica, es un problema de atención cuya raíz se encuentra en la fatiga o cansancio. Son niños incapaces de retener mucha información, y está relacionada en muchos casos con niños con muy poco sentido del humor. La fatiga crónica o constante usualmente interfiere con las actividades escolares y personales del pequeño, así que hay que detectarla a tiempo.

Cómo saber si tu hijo tiene problemas de atención - Síntomas frecuentes

Síntomas de problemas de atención en niños

Aunque pienses que tu hijo es terriblemente despistado y sospechas que pueda tener un problema de atención, también debes tener en cuenta su edad. El tiempo de concentración y de atención es muy diferente en niños de 3 años que en niños de 9, por ejemplo. Pero puedes guiarte por estos 'indicios' de que efectivamente puede haber un trastorno de la atención:

  • Cuando le mandan una tarea a tu hijo, no presta atención a los detalles y además olvida aspectos esenciales de lo que debe hacer. Por ejemplo, si tiene que copiar el enunciado de la tarea y responderlo, siempre olvida escribir el enunciado
  • Incluso en las actividades más divertidas, relacionadas con el juego, le cuesta mantener la atención.
  • No escucha cuando le hablas directamente. Prefiere mirar a otro lugar.
  • Suele olvidar con frecuencia las instrucciones que le das, y no lo hace por desobedecer.
  • No es capaz de organizar sus tareas.
  • Pierde constantemente objetos importantes para hacer sus tareas (un lapicero, la goma de borrar...)
  • Presta más atención a estímulos secundarios que al estímulo importante.

Estrategias efectivas que ayudan a fomentar la atención en los niños

Estrategias para la atención de los niños

Además de reconocer los posibles trastornos, es importante saber qué se puede hacer para mejorar la atención de los niños. Aquí, algunas técnicas prácticas que se pueden aplicar en casa y el aula:

  • Juegos de concentración. Como puzzles, sopas de letras, ajedrez o el 'veo, veo' ayudan a ejercitar la memoria visual y son ideales para trabajar la concentración.
  • Rutinas diarias. Establecer horarios y hábitos da seguridad al niño para favorecer su atención. Saber qué viene reduce las distracciones y mejora el enfoque.
  • Estimulación multisensorial. Usa estímulos visuales y auditivos que no sobrecarguen al niño por ejemplo, leer un cuento corto acompañado de imágenes y sonidos suaves.
  • Técnicas de mindfulness para niños. A través de ejercicios simples de respiración los niños aprenden a enfocar su mente en el presente.

Estrategias para captar la atención de los niños

  • Tiempo limitado de pantallas
    El abuso de pantallas sí deteriora la atención sostenida. Establece límites y fomenta actividades como el juego simbólico y los deportes.
  • Refuerzo positivo
    Reforzar los momentos en los que el niño presta atención de forma adecuada ayuda a fortalecer esa conducta. Elogia de manera concreta y oportuna.
  • División de tareas
    A los niños con dificultades de atención les ayuda mucho que las tareas complejas se dividan en acciones simples para no abrumarse.
  • Ambiente sin distracciones
    Crea un entorno adecuado para el estudio o las tareas escolares, en el que no haya ruidos, tenga buena iluminación y con los materiales necesarios.
  • Ejercicios de atención auditiva
    Leer un cuento y hacer preguntas al terminar o seguir instrucciones de varios pasos fortalece la atención auditiva para el aprendizaje escolar.
  • Apoyo profesional
    Si los síntomas persisten, es mejor consultar con un especialista en desarrollo infantil o neuropsicología infantil, para una evaluación más detallada.

Cuento corto sobre la falta de atención en niños - La linterna de Leo

Cuento sobre la falta de atención en niños

Leo era un niño muy curioso, lleno de ideas, pero con un pequeño problemita: le costaba mucho prestar atención a los demás. En casa, su mamá le pedía que recogiera sus juguetes y él terminaba jugando con el gato. En la escuela, cuando la maestra explicaba las sumas, él ya estaba dibujando animales o plantas en su cuaderno. Todos decían que tenía 'la cabeza en las nubes'.

Así eran los días de Leo hasta que en una ocasión, su abuelo le regaló una linterna especial.

- 'Esta linterna solo funciona cuando estás completamente atento', le dijo el abuelo.

- '¿Y cómo voy a saber si presto atención?', preguntó Leo.

- 'Confía en ella porque te lo mostrará', respondió el abuelo guiñándole un ojo.

Esa noche, Leo apagó todas las luces y encendió la linterna. Al principio, la luz era débil y parpadeante, como si no pudiera decidir hacia dónde ir, como si estuviera pensando detenidamente qué paso seguir. Pero cuando Leo se concentró en observar su peluche favorito, la linterna se volvió brillante y firme. ¡Estaba completamente encendida! ¡La lámpara funcionaba con su atención!

Desde ese día, Leo practicó con aquella linterna mágica para enfocarse en lo importante: en las comidas, intentaba no distraerse con los ruidos de la calle, en clase, se centraba en los ejercicios pero imaginando que la linterna estaba en su mente, haciendo que solo lo que era importante se iluminara. Así, Leo notó poco a poco los cambios porque terminaba sus tareas más rápido.

Leo supo de inmediato lo que sucedía: 'Tengo una linterna mágica dentro de mí: solo tengo que encenderla con mi atención'. De esta manera, cada vez que Leo sentía una distracción encendía su linterna interior. Y así, supo que prestar atención no es solo escuchar con los oídos, sino con el corazón y la mente porque todos tenemos una linterna especial, pero hay que saber encenderla.

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