El destete de Carmen. Cuentos cortos para bebés sobre dejar el pecho

Si has tomado la decisión de dejar de amamantar a tu bebé, este cuento corto puede resultarte de ayuda. El destete de Carmen es uno de esos cuentos cortos para bebés y para padres que nos guía, nos hace reflexionar y nos brinda apoyo. Ana decide que ya ha llegado el momento de dejar de dar el pecho a su hija y le pide ayuda a la abuela Carmina que se encargará de entretener a la pequeña cada vez que pida la teta. Es una historia sobre lactancia materna. ¡No te la pierdas!

Cuentos cortos para bebés - El destete de Carmen

Cuando Carmen tenía hambre pedía teta. Cuando Carmen tenía sueño pedía teta. Si lloraba, se aburría o si le apetecía pedía teta; pedía teta a todas horas.

- ¡Mamá, necesito tu ayuda! - dijo Ana.
- ¿Qué te sucede? - contestó la abuela Carmina.
- Carmen ya tiene dos años y medio y creo que es hora de destetarla. He pensado que si me alejo unos días de ella se olvidará. ¿Podría quedarse esta semana con vosotros? - le dijo a su madre suplicante.

A Luis se le cayó el periódico de las manos al escuchar la propuesta de su hija.

- Lo podemos intentar - contestó Carmina.
- Echará de menos a su madre y tendremos que llevarla a Madrid - dijo Luis cuando su hija Ana se había marchado.

Esa misma tarde el abuelo fue a llenar el coche de combustible pensando en el inevitable viaje del día siguiente. Carmen se despidió de sus padres, seguramente pensando que era para un rato, y estuvo jugando con Nora y Puca, las dos perritas de la casa.

Llegó la noche y aunque Carmen no quería ir a la cama, ante los desconcertados abuelos, no llamó a su madre y no lloró. Carmina se acostó a su lado y la niña recostó su cabecita en el cuerpo de su abuela. La pequeña comenzó a darle suaves pellizquitos en el pecho hasta que se quedó dormida.

A las siete de la mañana Carmen se despertó.

- ¡Mamááááá, papáááá! ¿Dónde estáis? - lloriqueó.
- ¡Están trabajando! Más tarde vendrán - dijo la abuela temiéndose que la bebé iba a querer tomar leche del pecho de su madre.

Nora y Puca, aliándose con los abuelos, comenzaron a corretear alrededor de Carmen y la pequeña soltó una carcajada.

- ¡Es hora de desayunar! - dijo Luis alzando en volandas a la niña mientras le hacía cosquillas. Carmen ya no lloraba.

Carmina era maestra, ya jubilada, y echó mano de todos los recursos que había aprendido para entretener a los niños y niñas de su escuela. Preparó un circuito, desde el pasillo al salón, con pruebas muy divertidas para que la pequeña Carmen fuera sorteando. Pasaron una mañana muy entretenida.

Un cuento infantil y para padres sobre dejar el pecho

Fueron al parque, salieron a comprar, luego dieron un paseo y Carmen no había preguntado en ningún momento por su madre.

- ¿Qué tal Carmen? ¿Me echa de menos? - preguntaba Ana a todas horas a su madre a través de los mensajes del móvil.

Pasaron los días. Madre e hija hablaban todas las noches por teléfono, siempre cuando Carmen no las escuchaba.

- No te ha nombrado en todo el día - le contaba Carmina a su hija.
- ¡No me lo puedo creer! - decía Ana a su madre con una mezcla de dolor y satisfacción.

Al pilla pilla, al escondite, a las marionetas, a encontrar un tesoro, a hacer construcciones, a colorear, leer cuentos... Carmina inventaba e inventaba para que la pequeña Carmen estuviera entretenida y no se acordara de la teta. Cuando Luis se preparaba para pasear a las perritas, Carmen se agarraba de su mano rápidamente. Todos los días lo acompañaba feliz. Nora y Puca se convirtieron en unas compañeras de juego inseparables en esos días.

Todas las noches, a la hora de dormir, se repetía la misma escena: Carmen se recostaba en su abuela y le daba suaves pellizquitos en el pecho.

- ¿Quieres zambullirte en el mar? - dijo Carmina a su nieta.

Los abuelos empezaron a mover la sábana bajera de la cama con fuerza simulando las olas, y Carmen se tiraba en plancha soltando grandes carcajadas.

Habían pasado seis largos días cuando los padres de Carmen volvieron.

- ¡Mamá, mamá, mamá! - gritó Carmen al ver a su madre.

La niña se acercó instintivamente al pecho de su madre cuando la tomó en brazos. Ana, apartándola suavemente, le ofreció un poco de agua. Al momento comenzó a jugar con su padre y la pequeña se olvidó de la teta, de su madre y de los abuelos, que desde ese momento pasaron a un segundo plano.

Aunque durante ese fin de semana Carmen pedía a ratos la teta de su madre, entre todos lograron entretenerla para que se olvidara.

- ¡Prueba superada! - dijeron los abuelos chocando las palmas.

- No lo hubiera conseguido sin vuestra ayuda - dijo Ana abrazando a sus padres muy fuerte cuando se marchaban.

El destete de Carmen había sido todo un éxito gracias al amor y a la paciencia de los abuelos, y al increíble ingenio de Carmina para entretenerla.

Lactancia materna - Consejos para destetar a los bebés

En complemento al cuento de El destete de Carmen, a continuación te proponemos algunos consejos por si tú también has decidido dejar el pecho. Para conocer más sobre estos tips, hemos revisado el documento 'La lactancia y el destete' del Departamento de Salud de Arkansas.

- No hay un momento perfecto para iniciar el destete. Es una decisión que siempre debe quedar entre la mamá y el bebé. Si tienes cualquier duda, puedes acudir a tu matrona o asesora de lactancia materna.

- El destete es más exitoso cuando se hace lenta y naturalmente. Es importante escuchar las necesidades de la madre y del bebé. Hablamos de destete dirigido cuando la madre va eliminando poco a poco una o varias sesiones de amamantamiento. El bebé decide cuándo quiere comer pero la mamá decide si le da leche materna o alimentación complementaria (a partir de los seis meses).

- Si la mamá nota que se le congestionan los senos tras el destete, se puede extraer la cantidad de leche que necesite. Cada día, debe extraerse menos leche. Si nota enrojecimiento, debe acudir al médico.

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