Las principales etapas en la alimentación de un niño. De bebé a adulto

Una buena alimentación tiene que ir acompañada de actividad física

Andrea Cardozo, Pediatra
En este artículo
  1. Cuáles son las principales etapas en la alimentación de un niño
  2. La importancia de la leche materna para el recién nacido
  3. Alimentación del bebé desde los 6 meses al 1 año
  4. Qué come un niño de 2 a 6 años

Los adultos somos los responsables de la alimentación de los niños, ellos comen lo que papá y mamá colocan a su disposición. Aunque reconocemos que todos los niños son diferentes, con necesidades calóricas diversas de acuerdo a su metabolismo y nivel de exigencia física diaria, podemos considerar, en términos generales, que existen requerimientos similares de acuerdo al momento de la vida en que se encuentran. Estas son las principales etapas en la alimentación de un niño. De bebé a adulto

Cuáles son las principales etapas en la alimentación de un niño

alimentación de un niño. De bebé a adulto

La calidad de la alimentación que consume la madre gestante se convierte en la nutrición que reciben los niños en el vientre materno, y esta puede estar asociada a predisposición de enfermedades en la edad adulta por lo que, la alimentación juega un papel fundamental en la vida del ser humano desde que es concebido. Diabetes tipo 2, deficiencias coronarias o cerebrovasculares, osteoporosis e hipertensión arterial son algunas de las enfermedades en edad adulta que se han asociado a la alimentación en las primeras etapas de la vida. 

Especial atención también debemos tener en la infancia, por ser donde se forman los hábitos alimenticios que acompañarán a tu hijo durante toda la vida. Se valora que los padres aprendan a interpretar los signos de hambre y saciedad en su hijo para evitar conductas autoritarias que pueden generar efectos negativos del niño hacia los alimentos. Asimismo, que se ofrezca una amplia variedad de alimentos y que haya coherencia en los patrones de alimentación de todo el núcleo familiar, de manera que se enseñe con el ejemplo.

Haremos un breve paseo por diferentes momentos en que se producen cambios en la alimentación y en los que debemos estar alertas para la conformación y reforzamiento de hábitos saludables, no sin antes dejar claro que el nutriente que debe acompañar al ser humano durante toda su vida es el agua. Este líquido tiene funciones básicas y esenciales en la generación de procesos químicos y transporte de nutrientes en nuestro organismo, así como en la eliminación de desechos y toxinas a través del sudor y la orina, además de funciones lubricantes de todos nuestros órganos.

A excepción de los primeros seis meses de vida cuando es alimentado con leche materna, el ser humano debe ingerir agua a partir de que comienza a consumir alimentos diferentes a la leche materna. Al inicio, algunas onzas al día y a medida que el niño crece, ir incrementando su ingesta de manera progresiva. A partir de la adolescencia, debemos consumir alrededor de 6 a 8 vasos de líquido al día, incluyendo todas las bebidas que consumimos.

La importancia de la leche materna para el recién nacido

Desde el momento que sale del vientre materno y hasta los 6 meses de edad, basta la leche materna como alimento para el niño. Su composición cubre los requerimientos de macronutrientes (grasas, carbohidratos y proteínas) y micronutrientes (vitaminas y minerales) en esta etapa de rápido crecimiento, desarrollo y maduración de sus órganos. Adicional a estas propiedades nutritivas, la leche materna tiene efecto protector y de disminución de riesgo de enfermedades en etapas posteriores. Se recomienda ofrecer lactancia materna a demanda del bebé, sin restricción de horarios ni tiempo de amamantamiento.

Alimentación del bebé desde los 6 meses al 1 año

alimentación bebé hasta un año de edad

Los requerimientos energéticos del bebé comienzan a incrementarse también a medida que aumenta su actividad y ya se encuentra en capacidad de digerir nuevos alimentos. Debe comenzar, entonces, a consumir variedad de frutas, verduras, proteínas, carbohidratos, nuevos alimentos que desarrollarán sus sentidos y le ayudarán al desarrollo y madurez de sus órganos.

Es importante que estos alimentos sean ofrecidos al niño en presentaciones naturales, libres de químicos y conservantes. Esto le permitirá no solo conocer y familiarizarse con los nuevos alimentos, sino también recibir por completo la carga nutritiva que estos proveen. Se recomienda continuar con la lactancia materna hasta tanto mamá y bebé así lo decidan, sin embargo, ésta no debe sustituir ninguna comida principal luego de iniciada la alimentación complementaria.

Aunque se recomienda una dieta variada, algunos alimentos NO deben ser incorporados en esta etapa, tales como sal, azúcar, miel, espinacas, acelga... Es importante seguir al pie de la letra las indicaciones del pediatra de quien te acompañes en este proceso. 

Qué come un niño de 2 a 6 años

En esta etapa se presenta una desaceleración en la velocidad de su crecimiento en comparación a la etapa anterior, por lo que hay una disminución en sus requerimientos energéticos. Conoce la variedad de alimentos que papá y mamá le han ofrecido y va perfilando su preferencia hacia algunos de ellos, por lo que puede tornarse caprichoso a la hora de comer.

Es posible que solo haga una comida fuerte al día y varias pequeñas tomas o piqueos durante el resto de la jornada, ten a disposición frutas y verduras picaditas para saciarlo en esos momentos. A estas edades, su plato debe estar compuesto en un 50 a 60% de carbohidratos y fibra (cereales, arroz, legumbres, frutas), 10 a 15% de proteínas (carne, pescado, huevos, leche y sus derivados, granos) y la restante proporción, de grasas saludables (aceite de oliva, frutos secos, aguacate -palta, avocado, persea-).

En esta etapa es importante el aporte de calcio, hierro y vitamina D, que contribuye a la adecuada conformación de su masa ósea. Se trata, además, de una fase donde se incorpora a la mesa familiar, por lo que los hábitos y costumbres de alimentación en la familia será el patrón de alimentación que aprenderá. 

También es importante considerar que comienza su socialización al ingresar al preescolar, donde compartirá gustos y preferencias alimenticias con otros niños y, posiblemente entre en contacto con snacks poco saludables, así que coloca en su lonchera comidas y frutas de su grupo de preferencia.

La alimentación en la pre adolescencia. De 7 a 12 años

alimentación en la preadolescencia

Al inicio de esta etapa vemos un crecimiento lento y estable, que se va acelerando con la llegada de la pubertad, cuando también aumenta su apetito y su actividad física. Generalmente, su horario de comidas se vuelve irregular y se incrementa el consumo de snacks poco saludables, bebidas y productos manufacturados, con alto contenido de azúcares refinados y grasas.

Se dificulta tener un control rígido o cumplimiento estricto de la dieta familiar, no obstante, sigue siendo una etapa importante para el crecimiento y desarrollo de su organismo y es necesario reforzar en casa los buenos hábitos de alimentación. En las comidas principales, se recomienda que el plato esté conformado en un 50% por verduras y hortalizas, 25% por carnes, pescado, huevos, legumbres y frutos secos, y 25% por cereales integrales y/o tubérculos.

Necesidades alimenticias en la adolescencia. De 13 a 19 años

alimentación en la adolescencia

Es una etapa de transición entre la niñez y la adultez, que conlleva un acelerado crecimiento y desarrollo del organismo, lo que incrementa los requerimientos calóricos. Hay mayor independencia y socialización que en etapas anteriores y se aumenta el consumo de comida rápida y bebidas azucaradas. También de dietas por cuenta propia, sin supervisión de los nutrientes que contienen, guiados por moda o publicidad, que pueden tener serias repercusiones sobre su salud.

En tal sentido, los cambios biológicos, psicológicos, emocionales y sociales que se producen en esta etapa constituyen un gran desafío para mantener un estado nutricional óptimo. Se producen cambios en los requerimientos nutricionales que van a depender de múltiples factores como el sexo, la edad puberal, la altura, el índice de masa corporal y, muy importante, el nivel de exigencia física de sus actividades, por lo que difícilmente se puede estandarizar la recomendación de la alimentación en esta etapa.

No obstante, sigue siendo válida la composición del plato nutricional indicado en la etapa anterior, por lo menos en una o dos comidas principales. Una alimentación variada asegurará el aporte de hierro, calcio, zinc, vitaminas A, C, D, complejo B y ácido fólico necesarios para su adecuado crecimiento y desarrollo, por lo que no deben faltar en su alimentación las carnes, pescados, mariscos, frutos secos, leche, queso, yogurt y huevos.

Los hábitos de alimentación en jóvenes de 20 a 29 años

Pudiéramos pensar que los hábitos de alimentación están formados, sin embargo, está sigue siendo una etapa importante para la formación de estos. En este grupo de edad, los jóvenes generalmente cambian de casa o de ciudad, bien sea por estudios o por trabajo. Deciden qué, cómo, cuándo y cuánto comer. Hay una fuerte influencia del grupo social en su alimentación. El gasto de energía es alto y también se incrementa el consumo de calorías, por lo que se debe estar vigilantes de que el incremento en calorías esté acompañado de la realización de ejercicios físicos, de lo contrario, se estarían creando las bases para presentar sobrepeso en los años siguientes.

Dietas y menús en mujeres y hombres de 30 a 49 años

comer en familia

El gran desafío en esta etapa es mantener el peso adecuado según la contextura de cada persona. El metabolismo se hace un poco más lento y no solo las calorías cuentan, sino también el mantener una actividad física de, por lo menos, media hora con una frecuencia mínima de tres veces a la semana. Además, ser vigilantes en el consumo de grasas buenas proveniente de diversas fuentes, frutos secos, aceitunas, coco, lino, así como aumentar el consumo de vegetales y frutas.

Salud y alimentación a partir de los 50 años

Si se ha mantenido una dieta sana y saludable, junto a un nivel adecuado de actividad física, llegar a esta edad no debe representar grandes cambios en la alimentación. Sin embargo, la alimentación será un factor importante en términos del cuidado de la salud y se recomienda mantener una dieta lo más fresca posible, reduciendo al mínimo los productos procesados, con alto contenido de sodio y ahumados.

Es importante reducir las porciones, realizando comidas menos copiosas y consumir alimentos cinco veces al día, incorporando dos meriendas a las tres comidas principales, una merienda a media mañana y otra a media tarde. De preferencia, estas meriendas deben estar compuestas por frutas frescas, de temporada. Continuar la actividad física, es necesario para la prevención de enfermedades.

Toma hoy la decisión y has los cambios necesarios para que tu familia tenga una alimentación balanceada y ajustada a los requerimientos de cada uno de sus miembros. Una alimentación sana y variada desde edades tempranas hará de tus hijos adultos saludables.

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