Cómo la alimentación influye en el desarrollo del habla de los niños

Por qué no debes darle a tu hijo solo licuados, purés o papillas y sí ofrecerle otras texturas

Andrea Cardozo, Pediatra
En este artículo
  1. La relación entre la alimentación y el desarrollo del habla de los niños
  2. Qué alimentos promueven la función masticatoria del bebé

¿Sabías que la alimentación influye en el desarrollo del habla del niño? Sí, aunque a primera vista pareciera no tener relación, ¡tienen mucho que ver! Y es que una alimentación variada en texturas, durezas, tamaños y sabores ayudarán a nuestros niños de tener un adecuado desarrollo del habla.

La relación entre la alimentación y el desarrollo del habla de los niños

alimentación y desarrollo del habla del niño

Para conocer cómo se produce esta relación alimentación–desarrollo del habla, empecemos por revisar cómo ocurre la deglución, ese proceso que llamamos coloquialmente como tragar o comer.

Partimos de un reconocimiento del alimento que tenemos enfrente. Ese reconocimiento lo hacemos mediante la visión y el olfato, que envían información a los centros corticales. Entonces, en ese momento se comienza a producir la saliva y se activan los patrones de masticación y control del bolo alimenticio.

Luego entramos en la fase del reflejo voluntario de masticación, donde se muelen los alimentos y los mezclamos con saliva para producir el bolo alimenticio. Éste irá a la parte posterior de la lengua y desencadenará el reflejo deglutorio para, finalmente, pasar a transportar ese bolo alimenticio desde el esfínter esofágico superior hacia el estómago.

En este proceso, descrito a grandes rasgos, interviene todo nuestro sistema orofacial, compuesto por las estructuras y musculaturas que se encargan de la respiración, la succión, la deglución, el habla y la fonación. Entre ellos podemos distinguir:

- Músculos faciales (maseteros, pterigoideos, temporal, digástrico, estilohiodeo, milohioideo, geniohiodeo).

- Músculos orbicular y bucinador de los labios, responsables del sellado de los labios y participantes activos en la masticación.

- Lengua.

- Paladar (duro y blando).

- Mandíbula.

- Hueso hioides.

- Nervios craneales (trigémino, facial, glosofaríngeo, vago, hipogloso y espinal – cervical).

Estas estructuras también intervienen en los procesos de fonación, puesto que el desarrollo del habla no se trata solo de aprender palabras sino también requiere de la fuerza y coordinación de diversos órganos para articular correctamente los sonidos que se transformarán en palabras.

[Leer más: Cantidad y número de palabras que aprenden los niños a cada edad]

Y es que, como explican en el informe 'Alimentación y deglución. Aspectos relacionados con el desarrollo normal', elaborado por Francisco Aguilar Rebolledo, del Centro Integral de Medicina Avanzada, la alimentación es un gran proceso biopsicosocial, ya que comprende a la función sensorio-motora, maduración neurológica, cognición, emoción e interacción humana. El desarrollo de las habilidades de alimentación está muy influido por otros aspectos del desarrollo, como habilidades motoras, cognitivas y sociales.

Qué alimentos promueven la función masticatoria del bebé

alimentos que favorecen la masticación de los bebés

Cuando iniciamos la alimentación complementaria de nuestro bebé es el momento oportuno para comenzar a fortalecer estas estructuras. Si las mismas no se encuentran a tono, pueden presentarse alteraciones tanto en la función deglutoria como en el habla.

Por ejemplo, en ambos se requiere de un buen sellado labial. En la función deglutoria, para que los alimentos no se escapen de la boca; y, en el habla, para la correcta articulación de los sonidos con componente bilabial o labiodental (ejemplo, la pronunciación de la letra m).

Así mismo, los movimientos linguales, necesarios en la formación del bolo alimenticio y su traslado hacia la faringe, también se requieren para la correcta articulación de sonidos con componentes alveolar, gutural, fricativo, vibrante, entre otros (ejemplo, la pronunciación de la letra r).

La masticación se realiza en un movimiento de rotación que fortalece los músculos de su mandíbula, la boca, la lengua y toda su cara. Si se alimenta solo de licuados y papillas, no se desarrolla la masticación o se desarrolla muy poco, ya que solo requerirá utilizar movimientos de apertura y cierre. Esto producirá un menor desarrollo de su sistema orofacial, presentando maloclusiones y haciendo más tardía o lenta su correcta comunicación verbal.

Por ello, a la hora de alimentar al bebé, no solo debemos hacer énfasis en que el bebé reciba una alimentación sana y balanceada que, obviamente, es muy importante, también debemos ofrecer estos alimentos en diferentes texturas (zanahorias, manzanas, pan de barra...). Éstas promoverán la función masticatoria y evitará deficiencias en el desarrollo de los órganos fonadores. En casos extremos de estas deficiencias, puede llegarse a necesitar rehabilitación para el desarrollo de tal musculatura.

También es importante que te olvides de las prisas a la hora de comer, deja que tu bebé se tome su tiempo para masticar sus alimentos. De esta manera lo ayudas a desarrollar una buena masticación y una correcta coordinación de la estructura ósea y muscular que él /ella requiere para el desarrollo del habla.

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