Cuando el niño no se adapta a la guardería o a la escuela infantil
Qué hacer si el niño no se acostumbra a ir al colegio
Todo cambio implica estrés. Si los cambios generan inquietud y estrés a los adultos cómo no van a sentirse los niños estresados cuando su rutina cambia de repente.
Los niños no suelen aceptar con agrado el dejar de estar en casa con mamá o papá para empezar a ir a una escuela en el que todo es desconocido para el niño. ¡Es normal! Pero, ¿qué hacer cuando el niño no se adapta a la guardería o a la escuela infantil?
Adaptación del niño a la guardería
Por este motivo, todas las guarderías o jardines de infancia existe el tan conocido y a la vez temido “periodo de adaptación” con el que se busca minimizar el impacto emocional que supone para el niño la separación familiar y la incorporación a un medio nuevo: la guardería.
Son tres los principales obstáculos que el niño tiene que sortear y aprender a manejar adecuadamente durante el periodo de adaptación:
- Miedo a las personas desconocidas.
- Ansiedad por estar separado de sus padres.
- Dejar de ser el protagonista, en este caso la atención está repartida entre muchos niños, y convertirse en uno más.
Este periodo de adaptación tiene de particular que su duración no siempre es la misma sino que depende de cada niño. Hay niños que tan solo necesitas unas horas para adaptarse a la guardería, otros necesitan días, otros semanas y otros incluso meses.
¿Qué hacer si el niño no se adapta a la guardería?
En algunos casos muy puntuales el niño no logra adaptarse a la guardería o centro infantil y, es necesario averiguar cuál es el motivo que no permite que esto suceda. A continuación, ofrecemos algunas recomendaciones que son adecuadas tener en cuenta si observamos que el niño está tardando demasiado en adaptarse a la escuela:
- Reflexionar sobre la manera en la que los adultos, padres y profesores, han actuado durante este periodo de adaptación: ¿Se ha hecho algo mal? ¿Qué estrategias se han utilizado? ¿Por qué no han funcionado? ¿Qué otras estrategias se podrían utilizar? ¿Los profesores o los técnicos de la guardería conocen al niño (sus gustos, sus miedos, sus necesidades, etc.)? ¿se ha incorporado al niño de manera brusca a la guardería? ¿Es posible que el niño se sienta incómodo por algún conflicto que haya tenido con otros niños del que los adultos no se hayan percatado?
- Reforzar la relación entre los familiares y los responsables de la guardería. Es importante que padres y profesores trabajen en equipo para que el niño se adapte de manera exitosa a la guardería. Las personas del centro y los familiares deben cooperar y fomentar una comunicación fluida para intercambiar información e impresiones sobre la adaptación del niño a la guardería. Si el niño no se logra adaptar, debemos revisar este punto: ¿se está actuando de manera coordinada con los profesores? ¿es posible que se haya actuado de manera contradictoria y que esto haya generado inseguridad al niño?
- Las emociones son contagiosas. Es importante que analicemos cómo nos sentimos cuando dejamos al niño en la guardería. Si estamos con altos niveles de ansiedad, nerviosismo, culpa o tristeza es posible que esto se le contagie al niño e impida que pueda quedarse en la guardería de manera tranquila. Si el niño nos percibe intranquilos se sentirá inseguro y no querrá permanecer lejos de nosotros. Debemos estar tranquilos y no sentirnos culpables por llevar al pequeño a la guardería ya que seguramente es la mejor opción de entre todas las posibles que están a nuestro alcance.
- Observa y escuchar lo que el niño dice. Esto es fundamental para coger pistas que nos ayuden a esclarecer lo que está sucediendo.
- Reflexionar sobre el por qué puede estar sucediendo esto. En ocasiones, los niños tienen algún problema psicológico o psiquiátrico que puede impedir que se adapten con facilidad a los cambios. Lo más recomendable es que comentemos esta situación al pediatra del niño para que pueda valorarlo y derivar al niño al especialista correspondiente si fuera necesario.
No obstante, si revisando todos estos puntos observamos que el niño continúa sin adaptarse a la guardería deberíamos barajar otras opciones tales como contratar en casa a una canguro o probar con otra guardería ya que por algún motivo ésta no se adapta a lo que el niño necesita. Y, ante todo, debemos dar prioridad al bienestar del pequeño.
Pero, estas opciones no deben contemplarse a la primera de cambio sino únicamente cuando observemos que no podemos continuar insistiendo en que el niño se adapte si ha pasado más tiempo de lo considerado normal para su edad. Para ello, debemos dejarnos orientar por los profesores de la guardería, ellos nos harán saber si es o no un buen momento para dejar de intentar la adaptación.
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