¿Cómo desacostumbrar a un bebé a los brazos? Las claves para lograrlo

Los brazos son ese refugio cálido y amoroso que las mamás tanto amamos ofrecer a nuestros bebés. Sabemos que el contacto físico con nuestros hijos es fundamental: les da seguridad, confort, y es una manera de decirles 'aquí estoy, todo está bien'. Pero, ¿qué sucede cuando el bebé decide que ese maravilloso lugar (es decir, nuestros brazos) es el único sitio en el mundo en el que quieren estar? Te diremos ¿cómo desacostumbrar a un bebé a los brazos? Las claves para lograrlo.

¿Por qué mi bebé siempre quiere estar en brazos?

La respuesta es porque ama estar contigo. Aunque lo que empieza como un acto de amor puede convertirse en una dependencia de nuestro bebé de la que, en algún momento, todas las madres necesitamos liberarnos. Y aquí es cuando aparece la gran pregunta: ¿cómo desacostumbrar a un bebé a los brazos sin que sientas que lo estás traicionando o que vas a enloquecer?

Cuando tenemos a nuestros bebés en brazos, es como si tuviéramos el superpoder de calmar el caos. Ellos se sienten seguros, y nosotras sentimos que somos las mejores mamás del mundo. Pero, seamos sinceras, llega un punto en que ese superpoder se vuelve agotador. Los primeros meses son de pura conexión, y cargar al bebé es parte de esa cercanía, pero, ¿qué pasa cuando ya no puedes ni ducharte en paz?

Si eres mamá, seguro te ha pasado: intentar comer con una mano mientras el bebé descansa en la otra, o hacer malabares para limpiar la casa, hacer la compra o, ya sabes, ¡ir al baño! Porque si lo dejas en la cuna o en la sillita, empieza el llanto interminable. Y entonces te preguntas: ¿cómo puedo desacostumbrarlo a los brazos? La fórmula es mucha paciencia, porque la vas a necesitar.

Haz que tu bebé se desacostumbre a los brazos poco a poco

Nadie está diciendo que dejes de cargar a tu bebé. No es un 'todo o nada'. Lo importante es saber cuándo y cómo ofrecer esos abrazos que tanto necesitan, sin que tú termines con una tendinitis por cargarlo todo el día. Como madres, tenemos el instinto de proteger y consolar, pero también necesitamos espacio para hacer, cosas básicas como comer, dormir o descansar un poco.

Lo primero es entender que no todos los bebés son iguales. Algunos son más demandantes que otros, y eso está bien. El truco está en encontrar un equilibrio entre darles el amor y seguridad que necesitan y fomentar su autonomía. Ellos son expertos en hacernos sentir que somos su única salvación. ¡Y claro que lo somos! Pero eso no significa que debamos tenerlos pegados todo el día.

Aquí, algunas estrategias que pueden ayudarte a desacostumbrarlo a los brazos de a poco:

• La hamaquita es tu mejor amiga. Si tu bebé se convierte en una sirena de ambulancia nada más al sentir que lo dejas en su cuna, lo mejor es una hamaquita portátil. La puedes llevar a donde estés para que el bebé te vea, pero sin estar en tus brazos. Verá que sigues ahí, y poco a poco, aprenderá que no necesita estar pegado a ti todo el tiempo.
• El arte de la distracción. No subestimes el poder de un buen juguete. Un mordedor, una sonaja o un muñeco puede mantenerlo entretenido mientras tú haces otras cosas. La clave es la distracción. Los bebés, por mucho que parezca lo contrario, no tienen un tiempo de atención muy largo. Si los logras distraer, habrás ganado valiosos minutos de paz.
• Practica la paciencia (y respira). Sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero parte del proceso de desacostumbrar al bebé a los brazos es, efectivamente, tener paciencia. Al principio, va a llorar, va a protestar, y probablemente te sientas culpable. Pero el punto es que NO lo cargues cuando haga el primer puchero. Ármate de valor y entreténlo de otra manera antes de cargarlo de nuevo.

Ojo, que eso de desacostumbrar a tu bebé de los brazos no significa que dejes de abrazarlo. Los abrazos son fundamentales para su bienestar emocional y su desarrollo. La idea es darle esos abrazos en los momentos en que realmente los necesita, como cuando está asustado, enfermo, o buscando consuelo. Pero también es crucial que aprenda a explorar el mundo por sí mismo.

La curiosidad de tu hijo te puede ayudar a que deje los brazos

Alrededor de los seis meses, los bebés comienzan a ser más curiosos. Empiezan a querer moverse, a tocar cosas, a explorar lo que los rodea. ¡Aprovecha! Coloca juguetes en el suelo, crea espacios seguros donde pueda moverse y descubrir por su cuenta. Poco a poco, se irá dando cuenta de que puede hacer cosas sin necesidad de estar pegado a ti.

Y si pensabas que tu bebé no era capaz de montar una escena de drama, estás equivocada. Los bebés lloran, gritan, y hacen lo posible para llamar nuestra atención. Y claro, cuando lo único que parece calmarlo es estar en tus brazos, es fácil caer en la trampa. Pero aquí es donde tienes que mantenerte firme (y respirar hondo) para que puedas lograr tu objetivo.

No se trata de ignorar sus necesidades, pero sí de enseñarle que no siempre puede obtener lo que quiere de inmediato. Desacostumbrar a un bebé a los brazos no se trata solo de darle independencia, sino también de crear un ambiente donde se sienta seguro. Asegúrate de que tiene un lugar cómodo donde estar, juguetes que le gusten, y la certeza de que siempre estás cerca.

Si tu bebé se siente seguro en su entorno, es más probable que esté dispuesto a pasar tiempo fuera de tus brazos. Solo recuerda que cada bebé es un mundo, por lo que si algo funciona para uno, puede no funcionar para otro. Lo más importante es que observes las señales de tu bebé y vayas ajustando las estrategias, tal vez tienes un bebé que se desacostumbra rápido, o quizá te toque uno que te lo ponga un poco más difícil.

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