5 juegos para ayudar a los niños tímidos a perder la vergüenza

Recursos contra la timidez para ayudar a los niños vergonzosos

María José Padilla, Coach educativa
En este artículo
  1. Cuando los niños sienten vergüenza
  2. No es lo mismo un niño tímido que un niño con vergüenza
  3. Los juegos para enseñar a los niños a perder la vergüenza

Muchos padres están muy preocupados por la timidez de sus hijos. Se esfuerzan por conseguir que saluden a los extraños, les obligan a estar con otros niños... Pero la mejor forma de ayudar a los niños tímidos a vencer o perder la vergüenza es proponiéndoles distintos juegos o recursos muy sencillos como los que te proponemos a continuación.

Cuando los niños sienten vergüenza

Cuando se da la vergüenza en la infancia

- 'Mamá, sal de la habitación que me da vergüenza desnudarme delante de ti...'

- 'Papá, puedes ir tú; a mí me da vergüenza pedirle a la señora el helado...'

- 'Me da vergüenza ir con el hermano porque se tira al suelo cuando se enfada...'

- ¡No quiero ir, me da vergüenza, no conozco a nadie...'

- 'Cierra la puerta, mamá, me da vergüenza que me vea la hermana bañarme...'

- 'Y este niño, ¿es que no habla?', 'Me da vergüenza...'

Es posible que, en más de una ocasión, tu hijo o hija te haya verbalizado alguna de estas expresiones. También es posible que en algunas otras veces, las muestras de vergüenza no hayan sido verbales, sino que haya sido su propio cuerpo, habitualmente indiscreto, el que la haya mostrado sin palabras y sin control.

Ponerse colorado, bajar la mirada, salir corriendo, quedarse sin palabras, etc. son muestras que, en realidad, nos están diciendo: mamá / papá me da vergüenza...

No es lo mismo un niño tímido que un niño con vergüenza

Ayudar a los niños con vergüenza

Recordemos que un niño tímido es el que muestra su timidez ante una situación concreta y un determinado momento. Sin embargo, un niño con vergüenza es aquel que se enfrenta a cualquier situación fuera de su zona de confort y esto le supone un esfuerzo o dificultad para relacionarse con los adultos o con sus iguales.

Recordemos también que la timidez no es ni un problema ni una enfermedad, al contrario es un mecanismo de defensa ante lo desconocido. Si enseñamos a gestionar la timidez estaremos avanzando para que no se produzca la vergüenza.

¿Y qué hacemos los padres ante un niño tímido o con vergüenza? Lejos de ayudarle a superar el momento, se suele salir con alguna de estas expresiones que, la verdad, no le ayudan mucho.

- Y este niño, ¿A quién habrá salido tan vergonzoso?

- Habla o ¿es que te ha comido la lengua el gato?

- No te escondas detrás de mí, la vida te enseñará a no ser vergonzoso...

- Tú sigue así y nos vamos para casa.

- Ya se le pasará.

- Estoy harto o harta de tanta tontería...

Y es que, los padres no siempre sabemos gestionar este tema como bien merece. En primer lugar, vamos a intentar practicar la empatía con nuestro hijo o hija y con su vergüenza (seguro que tú también en algún momento la has sentido) y en segundo lugar, por favor, no fuerces.

Tal y como indica el estudio 'El desarrollo social de los niños, una lista de cotejo' (de McClellan y Katz para ERIC Digest), hay evidencia que demuestra que obligar a los niños tímidos a tener relaciones sociales resulta contraproducente, pues les hace sentir incómodos. Con el tiempo, dejará de disfrutar de cosas tan buenas como una fiesta con amigos o una salida familiar, por lo que es mejor no obligares. Además, cuando forzamos estamos obligando al niño a hacer algo para lo que aún no está preparado y para lo que aún no tiene las estrategias adecuadas para salir airoso.

Los juegos para enseñar a los niños a perder la vergüenza

Juegos para niños tímidos y vergonzosos

A continuación, 5 recursos que te ayudarán a jugar con tu hijo o hija mientras le enseñas a vencer o perder la vergüenza:

1. El animal de la vergüenza
Durante una conversación cómplice, en un lugar adecuado y cuando su ánimo sea el idóneo (eso los padres sabemos cuándo es) vamos a mantener el siguiente diálogo:

- Si tu vergüenza, fuera un animal, ¿cuál sería?

- ¿Qué hace la vergüenza por ti? (puede ser que diga, me protege, me da seguridad...)

- Y si yo quisiera acercarme a ese animal, ¿cómo tendría que hacerlo?

- ¿Qué tendríamos que hacer para que en lugar de que te proteja la vergüenza te pudieras proteger tú?, ¿cómo te puedo ayudar a conseguirlo? (a lo mejor es necesario ayudarlo a convertirlo en otro animal con cualidades más fuertes).

2. Dibujar la vergüenza
Cogemos papel y lápiz, y vamos a dibujar la vergüenza. ¿Qué aspecto tendría? Haz que el niño la pinte según se la imagine. Después, vamos a ir añadiendo objetos como un bigote divertido o una capa de superpoderes o una exclamación con una frase motivadora.

Juegos infantiles para perder la vergüenza

3. Un anclaje contra la vergüenza
Vamos a realizar un anclaje. Haz que el niño se sienta cómodo y con los ojos cerrados para que pueda entrar en situación lo antes posible, incluso tumbado, dile que traiga a su mente una situación en la que se sintió seguro y sin vergüenza. Dale un tiempo para que la piense...

[Leer +: Consejos para iniciar a los niños en la meditación]

Cuando te diga que ya la tiene, dile que te la describa. Puedes preguntarle: ¿Qué ves? ¿Con quién estás? ¿Puedes describir el lugar? ¿De qué estás hablando? Describe la situación y describe cómo te sientes...

Cuando esté en ese estado de tranquilidad, confianza y seguridad, le vamos a pedir que realice un anclaje. Esto es: que cierre su puño con el pulgar dentro y apriete durante unos segundos. Lo que estamos intentando es que el niño ancle ese estado a ese punto de su cuerpo, de manera que cuando sienta vergüenza cerrará el puño con el pulgar dentro, es decir, activará su anclaje y si está bien anclado, el estado de seguridad y sin vergüenza, vendrá a él. Si no está bien anclado, hazle que repita la situación o estado de seguridad, tantas veces como lo necesite, hasta que se quede anclado.

4. Leemos un cuento o una poesía sobre la vergüenza
Cuéntale un cuento, dónde haya un protagonista con vergüenza y muéstrale cómo el protagonista vence su vergüenza. Por ejemplo, 'El oso infeliz' o 'La pesadilla de Teo'.

5. La visualización es una técnica muy efectiva
Sentaros en un lugar tranquilo, y con los ojos cerrados, visualiza y propón al niño una hipotética situación de vergüenza para el pequeño. Hablad y entrenad sobre cómo sería salir de ella airoso. Repite tantas visualizaciones como situaciones te muestre y así, la próxima vez que se presente su vergüenza sabrá como gestionarla.

El camino de las emociones necesita entrenamiento para que nuestros hijos aprendan a gestionarlas. Con estos simples ejercicios, estaremos empoderando a nuestros hijos para hacer frente a su estado de ánimo en ciertas ocasiones y por supuesto, a los obstáculos a los que se pueda enfrentar. Además, de volver a decirles como padres:'¡estoy aquí para lo que necesites!'.

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