7 tips para corregir la conducta de los niños chismosos o entrometidos

Es importante educar en valores a tus hijos para que no participen en los chismes de otros

Gabriela Matienzo, Psicóloga infantil
En este artículo
  1. No podemos ignorar este tipo de conducta en los niños
  2. Por qué algunos niños son chismosos o entrometidos
  3. Cómo corregir la conducta de un niño que se mete en chismes

Una de las situaciones más incomodas que nos puede tocar enfrentar como padres es que nos llamen del colegio de nuestro hijo o en el peor de los casos que nos intercepte algún otro padre de familia porque nuestro hijo se ha metido en problemas contando historias (no importa si son ciertas o falsas) sobre otro niño. Por ello, a continuación hablamos sobre cómo podemos enseñar a los niños a no ser chismosos o entrometidos y a corregir una conducta que les podría buscar problemas en el futuro.

No podemos ignorar este tipo de conducta en los niños

Corregir a los niños que son chismosos

Estos comportamientos pueden ir desde los más simples que no buscan afectar como tal a otro, y que son más bien producto de la imprudencia o de la necesidad de quedar bien con la maestra o con el grupo (como aquel que acusa a su compañero por estar comiendo en clase); hasta otros más graves que sí buscan generar una incomodidad o daño en el otro (como levantarle un falso o ponerlo en evidencia con algo que sabe que le causará vergüenza o que generará rechazo en los demás).

Cualquiera que sea el caso, la situación requiere ser tomada en serio, ya que de lo contrario puede convertirse en algo que defina un patrón en tu hijo y que eventualmente jugará en su contra toda su vida.

Por qué algunos niños son chismosos o entrometidos

Si los niños cuentan chismes o acusan a otros

Obviamente cada situación debe juzgarse por separado tomando en cuenta la edad de los niños, por ejemplo, los preescolares tienden a acusar a los otros con mucha frecuencia, ya sea como forma de llamar la atención o para hacer notar a los adultos que conocen las reglas y así obtener seguridad y reconocimiento.

Si bien no tienen intención de dañar o hacer sentir mal al otro, están pasando por alto cómo puede sentirse y es ahí donde es importante platicar con ellos y dejarles claro que es misión de los adultos corregir y que no está bien acusar a los otros ya que si ellos estuvieran en su lugar se sentirían mal.

Es difícil para ellos aún entender la línea entre lo que está bien decir y lo que no, entre un comportamiento peligroso en el cual avisar que está sucediendo es necesario y cuándo es algo que no es peligroso y a ellos no les afecta. Por ello debemos estar continuamente haciéndoles notar de qué se trata cada vez.

A medida que crecen, los niños se van dando cuenta de las posibles consecuencias de lanzar una acusación o un chisme sobre alguien y aunque su motivación pueda ser llamar la atención, tienen mucho más claro que el otro sufrirá las consecuencias. En este caso debemos hacerlos conscientes de ello y además hacerles ver que ellos están dando la imagen de 'acusones', 'molestosos' y 'chismosos' y aunque al principio los demás se rían, seguramente en un futuro no desearan ser sus amigos.

Cómo corregir la conducta de un niño que se mete en chismes

Los niños chismosos y entrometidos

Entonces, ¿qué podemos hacer si hemos detectado que se está presentando una situación de estas características con nuestros hijo?

1. Si nuestro hijo cometió alguna indiscreción o mal comentario, es importante saber exactamente qué pasó, cómo se siente él acerca de lo que hizo, cuál fue su motivación y si está arrepentido o no. De sus respuestas podremos saber mejor cuál fue su intención, cómo se siente al respecto y orientarlo así de la mejor manera.

2. Debemos tener claro que siempre debemos ser ejemplo y modelar a nuestros hijos a través de nuestras conductas todo aquello que esperamos ver en ellos. Si nos escuchan hablar pestes del vecino o criticar a las espaldas a alguien, no podemos esperar que les quede claro que ese comportamiento no es aceptable.

3. Debemos explicarle a nuestro hijo, desde muy pequeño, que la vida personal de los demás les pertenece solo a ellos y enseñarles a través de la empatía a entender que no deben entrometerse en ningún asunto a menos que se trate de un comportamiento peligroso (que ponga en peligro a la persona o a alguien más) o que les afecte directamente a ellos.

4. Si tienen alguna duda sobre si hablar de algo o no, pídanle que lo platique primero con ustedes.

5. Es importante descubrir si detrás del comportamiento chismoso o imprudente de nuestro hijo, está una necesidad continua de llamar la atención; de ser así debemos reforzar su seguridad y hacerle ver que esa es una forma equivocada de lograr que lo vean los demás, y que lejos de ello puede generar que después se alejen de él.

6. Uno de los objetivos es que tu hijo desarrolle su propia habilidad para resolver problemas. Si llegas a escuchar su queja, de un amigo o de su hermano y evaluado que no hay peligro, sugiérele que solucione la situación él mismo.

7. Educar en valores. Si hacemos una buena labor enseñando a nuestro hijo a desarrollar valores tales como el respeto, la generosidad, la integridad, etc.; será mucho más fácil que evite exponer a alguien sino es necesario y se vea involucrado en chismes y situaciones desagradables.

Platicar con ellos, plantearles situaciones hipotéticas, preguntarles qué harían, comentar películas y cuentos desde distintas perspectivas, es también una gran forma de trabajar en este y muchos otros temas de forma divertida.

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