Me han diagnosticado reserva ovárica baja - ¿Cómo afrontar la noticia?

Muchas mujeres se desaniman antes esta noticia, lo cual implica infertilidad. Aquí las causas y qué hacer ante la reserva ovárica baja

Laura Ruiz, Psicóloga
En este artículo
  1. ¿Cómo debo afrontar la noticia de mi diagnóstico de reserva ovárica baja?
  2. ¿De qué se trata la reserva ovárica baja? Definición y pruebas para detectarla
  3. La relación entre baja reserva ovárica y la fertilidad femenina
  4. La opción de la congelación de óvulos y otros tratamientos de fertilidad

Si te han diagnosticado reserva ovárica baja, ¿cómo debes afrontar la noticia? Esta noticia tal vez reciente puede que te haya impactado y te haya generado una emoción de tristeza, agobio o malestar. La reserva ovárica es uno de los indicadores de la fertilidad, pero no el único. ¿Qué debes tener en cuenta ahora y qué puede ayudarte a llevar mejor la noticia?

¿Cómo debo afrontar la noticia de mi diagnóstico de reserva ovárica baja?

¿Cómo afrontar la noticia de reserva ovárica baja?

No es fácil afrontar este diagnóstico, aunque hemos de pensar que no es algo irremediable. Por otro lado, hay algunos factores que mediarán el impacto de esta noticia: nuestros recursos personales, el apoyo percibido, las opciones de las que dispongamos en caso de querer ser madres, los recursos económicos...

Y hay otra variable a tener en cuenta cuando recibamos esta noticia: la edad. No es lo mismo que nos detecten baja reserva ovárica a los 28 años (momento en el que, por edad, no es 'esperable' o natural esa baja reserva) que con 45 años (cuando es natural tener una baja reserva ovárica). 

Con esto no queremos decir que, a mayor edad, menos impacto de esta noticia; tan solo queremos reflejar que, el hecho de tener baja reserva a los 30 años, puede ser indicativo de otras afecciones, como por ejemplo una menopausia precoz. En cambio, lo esperable con 45 años es tener una baja reserva ovárica.

Sea como sea, es una noticia que impacta, y que puede trastocar nuestros planes vitales. Esto nos obliga a replantearnos ciertos planes o decisiones, por ejemplo, el cuándo ser madres y cómo, si es que queremos serlo.

El sentimiento de culpa que invade a la mujer

Ante un diagnóstico de este tipo también puede aparecer un fuerte sentimiento de culpa, que nos lleva a hacernos algunas preguntas. ¿Por qué demoré tanto mi maternidad? ¿He hecho algo mal? ¿Por qué no pensé antes en todo esto? ¿Por qué no acudí antes a un especialista? ¿Qué hubiera pasado si hubiera mirado antes mi reserva ovárica?

Son, en realidad, preguntas sin respuesta que nos hacen daño. Por eso es tan importante ser compasivas con nosotras mismas en estos momentos y no juzgarnos, pues aquí no hay culpables de nada. De nada sirve fustigarnos, y tampoco nos lo merecemos. Escuchemos ese sentimiento, démosle espacio pero no dejemos que nos domine por haber retrasado un embarazo.

La reserva ovárica baja en la mujer

Cambio de planes vitales por la reserva ovárica baja

Por otro lado, el diagnóstico de una baja reserva ovárica nos obliga a plantearnos ciertas preguntas y a tomar ciertas decisiones. Por ejemplo, tal vez nos imaginábamos siendo madres pasados los 35, y ahora, con este diagnóstico, nos planteemos adelantar la maternidad.

Y es que, es una realidad, el reloj biológico va a su ritmo, y las probabilidades de ser madre de forma natural disminuyen con la edad y con una reserva ovárica baja. Eso no lo podemos parar. Y esto choca con nuestra realidad social, económica, personal y laboral, que quizás no van al mismo ritmo. Quizás no nos sentimos preparadas para ser madres, o no tenemos la estabilidad económica y laboral para serlo, pero nuestro reloj biológico sigue avanzando.

La presión social por ser madre y la infertilidad

Además, la presión social por ser madres siempre está presente (y muchas veces también, la presión familiar), algo que nos puede agobiar aún más cuando sabemos que tenemos baja reserva ovárica. Vivimos en una sociedad donde existe un fuerte mandato social pronatalista, que nos dice que 'debemos ser madres sí o sí'. 

Y para hacer frente a esta presión social es importante cuestionarnos muchas ideas con las que hemos ido creciendo y que hemos asumido como ciertas. A esto se suma la presión que puedes hacerte a ti misma a la hora de querer hacer lo que se espera de ti. Es normal que todo esto te afecte, pero cuando sea así, intenta conectar con lo que tú realmente quieres y sientes, con lo que te dice tu cuerpo y tus emociones. ¿Realmente quieres ser madre? ¿De qué forma te influye esta presión social a la hora de hacerlo?

¿De qué se trata la reserva ovárica baja? Definición y pruebas para detectarla

Definición y pruebas de la reserva ovárica baja

La reserva ovárica es la cantidad de ovocitos (que son óvulos en su fase más temprana) que tiene una mujer en los ovarios en un momento determinado. Cuando nacemos, se estima que tenemos una reserva ovárica de entre 1 y 2 millones de ovocitos. Cuando iniciamos la pubertad y nos llega la primera menstruación, esta reserva ya se ha reducido a los 500.000 de ovocitos.

Existen diversas pruebas para medir esta reserva ovárica, entre ellas:

  • Una ecografía vaginal para poder hacer un recuento de los folículos antrales.
  • Un estudio hormonal basal.
  • El análisis de la hormona antimulleriana (AMH).

Una baja reserva ovárica se detecta cuando en los ovarios de la mujer, por cada ciclo se genera un menor número de los óvulos esperados por su edad. Sin embargo, también hablamos de baja reserva ovárica cuando, por edad, es normal que tengamos menor número de óvulos.

Según el Dr. Nikolas Polyzos, de la Clínica Dexeus, en general se considera baja reserva ovárica un recuento de folículos igual o inferior a 4 ovocitos por ovario, o 7 en total (sumando los de ambos ovarios). También es indicativo de baja reserva ovárica niveles bajos de la hormona AMH (inferior a 1ng/ml). 

Por su parte, el portal Reproducción Asistida ORG establece los siguientes valores de la AMH para considerarse baja reserva ovárica:

  • Normal baja 0.7-0.9 ng/ml
  • Baja 0.3-0.6 ng/ml
  • Muy baja - inferior a 0.3 ng/ml

De manera general y basándonos en lo anterior, se dice que un recuento igual o inferior a 4 ovocitos por ovario o 7 en total (si se suman ambos ovarios), así como los niveles bajos de la hormona AMH (por debajo a a 1 ng/ml) son indicadores inequívocos de muy baja reserva ovárica.

La relación entre baja reserva ovárica y la fertilidad femenina

Reserva ovárica baja e infertilidad

La baja reserva ovárica afecta a la fertilidad, disminuyendo las probabilidades de embarazo utilizando los propios óvulos. Sin embargo, hay otro factor que influye mucho más en la fertilidad, y que es la edad. Por ejemplo, tenemos más probabilidad de ser madres con nuestros propios óvulos y baja reserva ovárica con 35 años que con 40.

Por otro lado, a medida que nos hacemos mayores, no solo tenemos menos óvulos, sino que estos son de peor calidad. Sin embargo, es importante que sepamos que una baja reserva ovárica no necesariamente es indicativo de una peor calidad ovocitaria, y que, aún y teniendo óvulos de peor calidad, sigue siendo posible ser madres. 

Es muy importante disponer de información de calidad en estos momentos, y acudir a un profesional que nos pueda resolver las dudas, en este caso nuestro ginecólogo. Alguien que evalúe nuestro caso en concreto y que nos realice las pruebas pertinentes de fertilidad en caso de necesitarlas.

Por otro lado, debemos saber que disponemos de algunas opciones si queremos postergar la decisión de ser madres, como congelar óvulos (aunque ello no nos garantice un embarazo más adelante). Sin embargo, es importante informarse bien y conocer todas las opciones disponibles, incluida esta.

La opción de la congelación de óvulos y otros tratamientos de fertilidad

La congelación de óvulos y la fertilidad

Congelar óvulos tampoco es una garantía de poder tener un hijo biológico, pero sí es una opción que podemos plantearnos ya que nos da cierto margen de tiempo. Esto implica congelar los óvulos a una edad más fértil para poder posponer la decisión de ser madre, y que, cuando llegue el momento poder tener hijos con unos óvulos de mayor calidad (puesto que son más jóvenes). 

Hay muchas clínicas que se encargan de este proceso, aunque hemos de tener en cuenta que no es una opción económica y que debemos pagar un mantenimiento anual. Todo esto puede tener un coste de entre 2.000 y 4.000 euros en España, dependiendo del tiempo de mantenimiento escogido. Otra opción que tenemos es la de recurrir a un tratamiento de fertilidad natural o a un tratamiento de reproducción asistida para mejorar nuestras probabilidades de ser madres.

Afrontar esta noticia no siempre es fácil, por ello es importante validar todas las emociones que sintamos y, cuando estemos preparadas, informarnos y valorar las opciones que tenemos si realmente queremos ser madres. Y sobre todo, buscar apoyo en nuestra pareja, familia y amigos. Recuerda que no tienes porqué avergonzarte de esta noticia y tampoco debes afrontarla sola.

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