La oveja negra. Fábula corta para niños sobre la honestidad y justicia

Reflexiona con tus hijos sobre la paradójica moraleja de este cuento infantil de Italo Calvino

María Machado, Editora
En este artículo
  1. Fábula corta de La oveja negra de Italo Calvino para niños
  2. Reflexionamos sobre la honestidad y la justicia social
  3. Preguntas de comprensión lectora para reflexionar
  4. Otras fábulas cortas para reflexionar con los niños

Las fábulas cortas nos hacen reflexionar sobre las distintas situaciones y conflictos que se producen en nuestro día a día, para que podamos sacar moralejas y enseñanzas de ellos. ¿Conocéis la fábula de La oveja negra? Es un pequeño relato escrito por el escritor italiano Italo Calvino que nos platea una paradójica reflexión sobre el equilibrio o justicia social y la honestidad. Comparte con los niños mayores de 8 años esta fábula corta y trata de reflexionar sobre los valores que expone.

Este relato lleva al extremo las circunstancias de la historia para que los niños (y nosotros mismos) veamos representados problemas cotidianos de una manera muy gráfica. Es por ello que estos cuentos son un recurso educativo tan necesario para hacer reflexionar a los niños, en este caso sobre la justicia y la honestidad.

Fábula corta de La oveja negra de Italo Calvino para niños

Una fábula corta para niños sobre la honestidad

Érase una vez un pequeño pueblo en el que todos sus habitantes eran ladrones.

Todas y cada una de las familias salían cada noche a hurtadillas de su casa para robar en el hogar de alguno de sus vecinos. Abrían con fuerza una de las ventanas o puertas, entraban con su saco al hombro y se llevaban todo lo que encontraban: tanto comida como objetos que les apetecía tener.

Una vez terminada su labor como ladrones, volvían a sus casas con su botín. Pero, también cada noche, ¡se encontraban que en sus casas también habían entrado a robar! Otro vecino se había colado en su hogar dejándolo completamente vacío.

¡Qué situación tan curiosa la que tenían en este pueblo! A pesar de que todos los vecinos se atracaban los unos a los otros, se habían acostumbrado a vivir así: robándose y dejándose robar. Así cada noche. Vivían en un perfecto equilibrio, con el que todos estaban de acuerdo y todos tenían lo que necesitaban para comer y vivir: lo justo, ni mucho, ni poco. Nadie era rico ni pobre.

Esto ocurrió hasta que un hombre honesto y bondadoso se mudó al pueblo de los ladrones. Él no quería participar de los robos a sus vecinos, por lo que por las noches se quedaba en su casa descansando o practicando alguno de sus hobbies, mientras el resto de sus compañeros salía a hurtar. ¡Sin duda, él era la oveja negra del pueblo!

¡Qué mala suerte y qué injusticia para los habitantes del pueblo! Como el hombre honesto no salía de su casa, no podían entrar a robarle. Y, por lo tanto, cada noche una familia se quedaba sin poder conseguir comida. Esto hizo que los vecinos se enfadaran mucho con él. ¿Quién se creía que era aquel hombre para romper el equilibrio que tan felices les hacía?

Reflexionamos sobre la honestidad y la justicia social

Una fábula corta para niños sobre la justicia y honestidad

A pesar de que el hombre actuaba de buen corazón, su decisión de no robar provocaba que uno de sus vecinos no pudiera comer esa noche. Estaba perjudicando a sus amigos.

El hombre entendió que, aunque él no quisiera robar, debía dejar que sus vecinos entraran en su casa. De esa forma, nadie pasaría hambre. Por eso, a partir de ese día, el hombre bueno salía todas las noches de su hogar para dar un paseo y que así pudieran robarle.

¡Pero surgió otro problema! Como el hombre bueno no quería robar a sus vecinos, cada noche había una familia que se libraba de los robos. Esto hacía que acumularan lo que ya tenían y lo que habían robado. ¡Eso era mucho! Y con el tiempo, estas familias se fueron haciendo cada vez más ricas y avariciosas… hasta que decidieron que ya no querían que otros robaran sus cosas. ¡Vuelta a los problemas!

Pero, además, el hombre honesto se vio en apuros. Como él no quería robar, pero cada noche entraban en su casa, llegó un momento en el que quedó sin pertenencias: no tenía absolutamente nada. Esto no solo provocaba que pasara hambre, sino que también la familia que esa noche le tocaba entrar en su hogar, se iba con las manos vacías y no tenía nada que comer.

¡Menudo lío tenían los vecinos de este pueblo! El equilibrio que antes les hacía felices, al robarse los unos a los otros. Y con él, habían llegado los problemas. Pero, ¿cuál era la situación más justa y apropiada? ¿Seguir robando o ser honestos?

- Moraleja de la fábula: A veces, los problemas surgen de donde menos te lo esperas, incluso cuando actuamos con la mejor intención para resolver una situación que parecía inapropiada.

Preguntas de comprensión lectora para reflexionar

Actividades basadas en este cuento corto infantil

Como ya habrás observado, esta fábula corta propone una historia enrevesada que da para pensar (¡y mucho!). Por eso, a continuación te proponemos algunas actividades educativas que te ayudarán a trabajar más a fondo el texto con tus hijos.

1. Preguntas de comprensión lectora y reflexión
Las siguientes cuestiones que te proponemos te ayudarán a saber si los niños han comprendido bien el relato, pues es una historia compleja para la que hay que prestar mucha atención. Pero también son preguntas que invitan a los niños a reflexionar sobre la moraleja de la fábula.

  • ¿Qué peculiaridad tenían los vecinos de este pueblo?
  • Al robarse los unos a los otros, ¿se producía una situación justa y de igualdad entre todos?
  • ¿Qué fue lo que hizo que los vecinos del pueblo se enfadaran?
  • ¿Por qué si el hombre bueno se portaba bien (y no robaba) perjudicaba a sus vecinos?
  • ¿Qué crees que sería lo más justo y apropiado? ¿Que los vecinos siguieran robando o dejar los robos?
  • ¿Crees que es justo que el hombre, al comportarse con honestidad, se viera perjudicado y sin nada para comer?

2. Buscar todas las palabras en el diccionario
Otro ejercicio que tenéis que hacer es aseguraros de que comprendéis bien todas las palabras que aparecen en el texto. En caso de que los niños duden de alguno de los conceptos, podéis buscar dicha palabra en el diccionario. Incluso, podéis jugar a buscar sinónimos de palabras que salen en la fábula: ladrón, hurto, avariciosos...

3. Escribir vuestra propia fábula
Para explotar toda la creatividad e imaginación de tus hijos, anímales a escribir su propia fábula. Un buen método para ello es empezar pensando en una moraleja que queramos defender. Por ejemplo: 'más vale pájaro en mano que ciento volando' o 'tras mucho esfuerzo, se puede conseguir cualquier cosa'. Una vez que tengamos clara la enseñanza, solo hay que pensar en una trama y unos personajes que la expliquen.

Otras fábulas cortas para reflexionar con los niños

Y para que sigáis pasándolo bien en familia, a continuación te proponemos algunas otras fábulas cortas, pensadas para niños de distintas edades. Todas ellas ofrecen una moraleja sobre la que tenemos pensar, ya que nos puede enseñar mucho.

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