Leche de brujas o cuando el recién nacido tiene leche en los pechos

La galactorrea se observa en bebé nacidos a término o que llegan a este mundo después de la semana 40

Carla Estrada, Pediatra
En este artículo
  1. Qué es la leche de brujas 
  2. La relación entre la leche de brujas y la leche materna 
  3. Recomendaciones para bebés que presentan galactorrea

Cuando estoy realizando las consultas del recién nacido, muchas veces los padres llegan un poco preocupados porque han observado que los pechos del bebé están como inflamados, con una masa dura dentro de ellos y detectan la salida por los mismos de una secreción blanquecina parecida a la leche. Les explico que esto no se trata de ninguna enfermedad, que no tienen que preocuparse, ya que no es nada malo ni grave y que esa secreción se le da el nombre coloquial de leche de brujas en los recién nacidos, cuyo nombre científico es galactorrea del recién nacido.

Qué es la leche de brujas 

qué es la leche de brujas o galactorrea

La leche de brujas es un término que se le da a la leche que sale por los pezones del recién nacido, la cual se debe a una elevación temporal de las hormonas maternas (estrógenos) que atraviesan la placenta y producen ese efecto en el feto. Después de nacer, se manifiesta por el aumento de sus pechos y la salida a través de sus pezones de esta secreción blanquecina.

La frecuencia de esta situación es, en realidad, baja. Puede suceder en el 5% de los nacimientos y en dos a tres semanas (a veces un poco más) tiende a desaparecer espontáneamente, cuando las hormonas maternas son eliminadas del cuerpo del bebé. En cuanto al sexo, puede presentarse tanto en hembras como en varones, ya que al nacer las glándulas mamarias se desarrollan por igual en ambos sexos.

Por último, hay que decir que la leche de brujas se observa más en recién nacidos a término y, sobre todo, en los que se tardan más en nacer, o sea, después de las 40 semanas.

La relación entre la leche de brujas y la leche materna 

La galactorrea o leche de brujas no tiene ninguna relación con la leche materna, a pesar de que es por causas hormonales, así que su origen no tiene nada que ver con la leche humana. Inclusive los bebés alimentados con formula artificial, también pueden presentar esta situación de pechos inflamados y salida de leche por los pezones.

Científicos han analizado la composición de esta leche que brota por los pezones del recién nacido y han llegado a la conclusión de que tiene grandes cantidades de grasas, con una amplia gama de ácidos grasos de cadena corta, que comparado con la leche materna, son mucho más elevados en la leche de brujas.

También los científicos observaron que la leche de brujas obtenida de los bebés de bajo peso tiene menor tenor de grasa que la leche de brujas de los bebés de peso adecuado.

Recomendaciones para bebés que presentan galactorrea

galactorrea o leche de brujas en recién nacidos

Cuando llega a mi consulta un bebé con sus pechos inflamados y con salida de leche por sus pezones, sucede que en la mayoría de los casos los padres me preguntan que si es cierto que se debe apretar o vaciar todo el contenido que tienen de leche para evitar que los pechos sigan creciendo.

También hay muchos otros mitos en torno a la creencia de este hecho, que se vinculan con demonios y brujas y se remontan a la Edad Media. Al parecer, se relaciona esta leche y el pezón con la verruga de las brujas, lugar por donde salía leche que era fuente de alimentación de seres malignos (de ahí el nombre de leche de brujas a la salida de leche por los pezones del recién nacido). Cuando las brujas tenían ausencia de leche por sus verrugas, invitaban a los demonios a que mamaran la leche de los pezones de los recién nacidos.

Por esta razón en la antigüedad y, lamentablemente, en muchos casos también en la actualidad, los padres o las abuelas siguen creyendo en este mito y colocan en la cuna de los bebés unas muñecas de trapo o de paja con la finalidad de ahuyentar a los demonios y así evitar que los pechos de los bebés puedan ser succionados. De ahí también que haya personas partidarias de apretarlos, drenarlos o masajearlos para eliminar la leche que contienen y no alimentar a los demonios o seres malignos.

Pero por ningún motivo los pechos de los bebés deben ser apretados, drenados, masajeados u ordeñados para sacar el contenido de leche, ni para evitar que se desarrollen exageradamente en la vida adulta. De hacer esto, puede producirse un proceso infeccioso grave a nivel de las mamas llamado mastitis, por la manipulación de las glándulas mamarias o por mayor producción de leche por estimulación del pezón.

Esta situación, como les informé anteriormente, no es grave y desaparecerá espontáneamente al cabo de unas dos o tres semanas, sin tener que realizar ningún procedimiento.

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