Por qué a los niños no les gustan las verduras y cómo hacer que las coman
Muchas veces la hora de la comida se eterniza cuando ponemos verduras para comer, ¿por qué?
- La razón poco común por la que a los niños NO les gusta la verdura
- 7 tips efectivos para cocinar las verduras de manera atractiva para los niños
- Sugerencias de comidas fáciles con verduras que encantan a los niños
- El valor nutricional y los beneficios de las verduras en la dieta infantil
Solo con ver el color verde de la mayoría de las verduras, los niños suelen decir 'no me gusta', para añadir 'no lo quiero' y, por si no había quedado claro, concluyen con un 'no me lo voy a comer'. La desesperación de las madres con este tema es evidente y, en este momento, comienza la parte más dura de la negociación con el niño. Te contamos por qué a los niños no les gustan las verduras y cómo hacer que las coman.
La razón poco común por la que a los niños NO les gusta la verdura

¿A poco no? Unas veces funciona el truco del postre, otras la actividad atractiva del fin de semana y otras, las menos, las amenazas con un castigo. Pero, en cualquiera de los casos, la comida se eterniza por culpa de las verduras. ¿Qué podemos hacer para que se lleven a la boca el puñado de vitaminas y minerales que contienen los productos de la tierra? ¡No te compliques!
Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada ha dado con la solución: Según las conclusiones de su estudio, un gesto tan simple como permitir a un niño pequeño elegir libremente qué verdura le gustaría comer, ayuda a aumentar el consumo de estos alimentos. Cuando pueden elegir, los menores de seis años comen hasta un 80 por ciento más de verdura.
Además, observaron que aquellos niños a quienes se les permitió elegir los vegetales que deseaban comer ingirieron 20 gramos más, lo que supone una media de 40 gramos más al día entre comida y cena. Pero, ¿por qué a los niños NO les gustan las verduras? Los investigadores apuntan a que el sabor amargo del calcio puede ser un factor sensorial que influye negativamente.
El calcio está presente en verduras como las espinacas y acelgas, la col, la cebolla o el brócoli, las cuales tienen un peculiar sabor, así como una textura fibrosa o 'blanda' que adquieren al cocinarlas. Por otro lado, la falta de exposición temprana a estos sabores en la primera infancia y la preferencia natural por los sabores dulces y las comidas calóricas, hacen difícil aceptar las verduras.
7 tips efectivos para cocinar las verduras de manera atractiva para los niños

Por lo anterior, es fundamental tener un poco de picardía y maña para cocinarlas de forma atractiva y saber combinarlas con salsas, lácteos, tomate y otros ingredientes que enmascaren el sabor amargo que suelen rechazar los niños. A mí en lo personal me encantan, incluso cocidas con un poco de sal simplemente o aliñadas con un poco de aceite de oliva, pero hay personas que no.
Por ejemplo, mi madre dice que no era capaz de comerlas así cuando era pequeña y mis hijos también pasaron por ello, pero para que las acepten, nada mejor que unos cuantos trucos:
- Introduce nuevas verduras poco a poco y en pequeñas cantidades, sin obligar.
- Ocúltalas en platos que les gusten como pasta o hamburguesas caseras.
- Combina sabores suaves y texturas cremosas, evitando que queden fibrosas.
- Usa colores divertidos y presentaciones como brochetas o muffins.
- Deja que mezclen ingredientes o decoren sus propios platos.
- Acompaña las verduras con salsas ligeras o quesos suaves.
- Predica con el ejemplo y deja que te vean disfrutar las verduras.
También funcionan los purés y las cremas suaves con quesito, los macarrones con pisto de verduras, las judías verdes rehogadas con jamón y huevo duro, las espinacas en tortilla, la coliflor con bechamel o rebozada y el brócoli al vapor. El rechazo hacia las verduras cocinadas de esta manera, nunca lo he visto en mis hijos, aunque no formen parte de sus platos favoritos.
Sugerencias de comidas fáciles con verduras que encantan a los niños

Como bien sabes, a los niños les pueden gustar las verduras si se preparan de forma divertida y sabrosa. Aquí, algunas ideas de comidas sencillas y coloridas para que sean los platos favoritos de los niños:
- Croquetas de brócoli o calabaza, fáciles de hacer y con textura crujiente.
- Macarrones con salsa de tomate y verduras trituradas (zanahoria, calabacín).
- Hamburguesas de pollo o carne con espinacas o calabaza rallada en la mezcla.
- Puré de verduras con quesito cremoso y suave, ideal para los pequeños.
- Pizza casera con base integral y toppings de champiñones, maíz o calabacín.
- Tortilla de patatas y calabacín o de espinacas con un poco de queso.
- Fideos chinos con verduras salteadas (zanahoria, guisantes, calabacín).
- Lasaña vegetal con capas de berenjena o calabacín, salsa de tomate y queso.
- Mini muffins salados con zanahoria, calabacín o espinacas en la masa.
- Crema de zanahoria o guisantes, servida con trocitos de pan tostado.
También puedes preparar snacks y cenas rápidas para tus hijos como palitos de zanahoria, pepino y apio con hummus o yogurt griego, tostadas con aguacate y tomate cherry, quesadillas de verduras y queso fundido o mini empanadas o rollitos de hojaldre rellenos. Estas opciones son muy sanas y atractivas para los niños, verás que de esta forma comerán todas las verduras que requieren.
El valor nutricional y los beneficios de las verduras en la dieta infantil

Algunas verduras resultan mucho más fáciles de introducir en la dieta infantil porque poseen sabores suaves o dulces. Entre las más aceptadas están las zanahorias, los guisantes, el maíz, la calabaza, el calabacín y las patatas. Otras, como el tomate o el pepino, se toleran si se sirven crudos en ensaladas o como snacks frescos, acompañados de un cítrico como el limón.
En cambio, las de sabor más amargo (como el brócoli o la col de Bruselas) requieren combinaciones con queso, huevo o incluso salsas naturales para que resulten apetecibles. Las verduras son esenciales para el crecimiento y desarrollo infantil, ya que aportan vitaminas (A, C, K, y del grupo B), minerales como hierro, calcio y potasio, además de fibra para regular el tránsito intestinal.
Las verduras favorecen el sistema inmunológico de los pequeños, previenen el estreñimiento y enseñan al niño a disfrutar de alimentos naturales. Cuanto antes acostumbremos a los niños a comer verduras, más fácil será mantener una alimentación equilibrada en la adolescencia y adultez. Incorporarlas a diario mejora la salud digestiva, fortalece huesos y contribuye al control del peso.
Comer verduras desde la infancia crea una relación positiva con los alimentos saludables a través de la variedad y la creatividad en la cocina. Enseñar a tus hijos a comer verduras no tiene por qué ser aburrido ni una obligación, sino una forma de cuidar su cuerpo: convertirlas en parte cotidiana de las comidas familiares es una inversión en bienestar y salud para toda su vida.
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Bibliografía
- Generalitat de Catalunya. Departamento de Salud. (2016) Recomendaciones para la alimentación en la primera infancia (de 0 a 3 años). Agencia de Salud Pública de Cataluña (ed.), España, pp. 1-17 Disponible en: https://www.observatoriodelainfancia.es/ficherosoia/documentos/5029_d_alimentacion_0_3_es.pdf