La teoría del iceberg en disciplina positiva sobre la conducta infantil

Descubre por qué un niño NO se porta mal según la teoría del iceberg en disciplina positiva

Diana Jiménez, Psicóloga y Psicoterapeuta Infantil y Juvenil
En este artículo
  1. Un niño NO se porta mal según la teoría del iceberg en disciplina positiva
  2. La conducta infantil que requiere atención por parte de los padres
  3. Las 4 metas erróneas de los niños en la disciplina positiva

Te traemos la teoría del iceberg en disciplina positiva sobre la conducta infantil, ¿has escuchado de ella? ¿Sabes que cuando hay una situación decimos 'eso es solo la punta del iceberg'? Pues justo a eso nos referimos al hacer la comparación con la disciplina a un pequeño. Solemos decir que los niños se comportan terrible ante una situación, pero aquí descubrirás por qué un niño NO se porta mal según la teoría del iceberg en disciplina positiva, sino que se siente mal.

Un niño NO se porta mal según la teoría del iceberg en disciplina positiva

Teoría del iceberg en disciplina positiva

En disciplina positiva usamos mucho el modelo del iceberg de la conducta. ¿Qué significa esto de iceberg de la conducta? Todo el mundo sabe a qué nos referimos, sobre todo porque la mayoría hemos visto la película Titanic, en la cual el iceberg tiene una parte relativamente pequeñita que es la que vemos y sabemos que la parte más grande está oculta y debajo del mar.

Justo cuando nosotros vemos un iceberg nos fijamos en la única parte que se ve: en la parte externa esto si lo usamos como modelo estaría representando la conducta o el comportamiento de nuestro hijo o de cualquier persona, porque se puede aplicar en todos los ámbitos, pero hoy nos vamos a quedar hoy en los niños y su comportamiento ante ciertas situaciones.

Entonces vemos la punta del iceberg y vemos la conducta o el comportamiento, pero ¿qué quiere decir esto? que vemos que el niño muerde o pega a su hermano, eso sería la punta de iceberg, y lo que no estamos viendo es todo lo que hay debajo del mar, es decir, la conducta o lo que sería la solución que busca el niño a un problema. Eso es lo que no vemos: lo que está debajo del iceberg.

Estamos viendo que nuestro hijo ha pegado a su hermana y lo que no estamos viendo es qué creencia errónea o equivocada le ha llevado a tomar esa decisión. Por ponerlo así con el símil del snorkel: cuando nos quedamos en la superficie es como si estuviéramos haciendo snorkel y nos ponemos unas gafas,  Y empezamos a ver poquito abajo del agua. Eso sería el '¿por qué pegas a tu hermana?', pero no vemos más.

La conducta infantil que requiere atención por parte de los padres

Cómo es la conducta infantil

Siguiendo el ejemplo anterior, seguimos nadando, nadando y de vez en cuando nos metemos un poquito, pero no más. Sin embargo, hay que ver por qué lo ha hecho, justo eso nos dice la disciplina positiva: tenemos que convertirnos en buzos y un buzo necesita una botella de oxígeno, una buena bombona para empezar a investigar y ver más allá de esa conducta.

Si yo quiero saber por qué ha pegado a su hermana, necesito bucear en el fondo del problema: qué puede estar ocurriendo. Pueden ser varios factores: siente que no pertenece porque tiene celos de su hermana, es un bebé que él está viendo que le prestó más atención o ya tiene un año que es cuando suelen aparecer muchos celos y los mayorcitos empiezan a llamar mucho más la atención de mamá.

Como el pequeño se siente desplazado y siente que no pertenece, ¿qué ocurre? Pues que va a recurrir a lo que sabe que va a conseguir captar la atención de mamá, que puede ser justamente pegar a su hermana. Entonces, la disciplina positiva nos brinda este modelo de la conducta del iceberg porque nos permite en vez de quedarnos en el comportamiento bucear un poquito más y buscar qué hay debajo.

Hay muchísimas cosas puede haber o influir, lo primero el temperamento que viene determinado genéticamente, luego unas necesidades educativas específicas que se nos están pasando por alto, que pueden ser unas altas capacidades, un TDAH no identificado, una dificultad en la integración sensorial o alguna otra situación que se deben identificar.

Las 4 metas erróneas de los niños en la disciplina positiva

Las metas erróneas de la disciplina positiva

Puede ser también que haya algo que en disciplina positiva llamamos las metas erróneas en las que suelen caer los pequeños:

  1. La búsqueda de atención de manera equivocada. Toda conducta va encaminada a un fin a conseguir algo a una meta y en el caso de los niños podemos decir que necesitan sentir que tienen algo de poder y ese poder es equivocado a través de llamar la atención golpeando o comportándose mal.
  2. La búsqueda de la justicia. Cuando los niños buscan justicia para algo en particular, por ejemplo, el compartir un juguete. Buscan a mamá para que les de la razón y no lo hacen, sino que le otorgan el juguete al hermano pequeño, lo que desata en ellos frustración y se encadena a la siguiente meta errónea.
  3. La visión errónea de la venganza. Está ligada con la anterior, es decir, cuando sienten que mamá, papá o el adulto a cargo no ha sido justo, aparece su deseo de vengarse ¿y qué hacen? Pegan al hermanito aunque les dejen el juguete.
  4. La actitud asumida o la incapacidad. Cuando sienten que no son capaces de hacer algo entonces aparece esta actitud. Simplemente asumen que no pueden hacer algo y aparece la frustración.

Metas de disciplina positiva

Estas 4 metas erróneas de las que nos habla la disciplina positiva, estarían debajo de la conducta principal del niño, debajo de esa punta del iceberg y donde nosotros tendríamos que bucear para llegar a ver qué es lo que puede estar ocurriendo en realidad. Lo primero que hay que hacer es hacer una simple pregunta: en vez de 'por qué', mejor 'para qué'.

'¿Qué me está enseñando a mí la conducta de mi hijo?' '¿Para qué hace mi hijo lo que está haciendo?' '¿Qué es lo que necesita?' '¿Qué necesidad no está cubierta y que está debajo de ese comportamiento que yo estoy viendo?' Este modelo de la conducta nos lleva a poder tomar una gran decisión y poder concluir esto con que los niños no se portan ni bien ni mal, los niños están tomando decisiones.

Como son niños y no tienen su cerebro del todo desarrollado no tienen la experiencia de vida que tiene un adulto y muchas de las decisiones que toman son erróneas. Finalmente lo que nosotros estamos viendo es esa punta de iceberg y esa decisión errónea; cuando un niño se porta mal es porque se siente mal y esta sería una clave importantísima a tener en cuenta para entender por qué los niños hacen lo que hacen.

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