Los 3 tipos de violencia psicológica que destruyen a los niños

Cuándo se nota que un niño está sufriendo abuso o maltrato psicológico de parte de sus padres o cuidadores

Estefanía Esteban, Periodista
Revisado por Vilma Medina, Periodista, MA
En este artículo
  1. Actitudes violentas que destruyen a los niños poco a poco
  2. Los 3 maltratos psicológicos que más daño causan a los niños
  3. Consejos para evitar el abuso emocional y psicológico hacia los niños
  4. Claves para prevenir el maltrato verbal y psicológico con los hijos

Cuando un niño es humillado, insultado, ridiculizado, intimidado por sus padres, cuidadores o maestros, a eso se llama violencia psicológica, un maltrato conocido también como abuso emocional que ocurre con más frecuencia que la violencia física. Un cachete es tan dañino como un abuso verbal para los niños, y tanto uno como el otro no resuelve nada, no educa. El maltrato psicológico que llega de forma casi imperceptible, se anida y se expande de forma silenciosa en los niños. Es cruel e causa muchos daños a los pequeños.

Actitudes violentas que destruyen a los niños poco a poco

violencia que destruye a los niños

Estos son los 3 tipos de violencia psicológica que destruyen a los niños, una violencia silenciosa y terriblemente cruel. De entre todos los daños que se pueden causar a una persona, probablemente los más dolorosos y destructivos son aquellos que no se ven. Los que van formándose poco a poco, los que van creciendo como una espiral y se alimentan de detalles, momentos, heridas emocionales que en un principio parecen efímeras y que terminan dejando una cicatriz irreparable.

De entre todas las violencias posibles, la violencia psicológica es tal vez la más dañina. Destruye la autoestima de la persona, su integridad. Destruye a la persona.

Por desgracia, los niños no se libran de este tipo de violencia, que puede llegar desde su propio entorno o desde un entorno externo, como es el caso del bullying, cuando se da en el colegio.

Los 3 maltratos psicológicos que más daño causan a los niños

1. La humillación
Cuando alguien humilla a un niño delante de otros (o en privado), bombardea su autoestima de tal forma, que el niño se siente realmente miserable. La humillación, cuando se hace además de forma reiterada, puede anular por completo la autoestima del niño. Pero, ¿sabes cómo se ejerce la humillación?

Mediante la crítica constante, los insultos, las acusaciones falsas o inventadas, los comentarios despectivos... Es la violencia favorita de los niños que ejercen bullying sobre otro. Basan sus ataques en la humillación, en los comentarios despectivos en público. Buscan aniquilar la autoestima de su víctima.

Las 3 formas de violencia psicológica más agresivas

2. El lavado de cerebro o manipulación
Suena duro. Seguramente te venga a la cabeza el 'modus operandi' de las sectas y los partidos totalitarios. Pero el lavado de cerebro no es exclusivo de grupos políticos o religiosos. Se puede dar entre los niños en su propia casa. Se da en los casos en los que los propios padres del niño (o puede ser otro adulto) pone en duda la salud psicológica del pequeño.

Son los adultos los que piensan que el niño tiene un problema mental o de comportamiento, aunque no sea cierto, y le tratan como tal. Lo que consiguen en este caso es generar ansiedad y confusión en el niño. Padres, por ejemplo, que piensan que su hijo es hiperactivo cuando no lo es, y le tratan como tal, cuando su hijo solo es nervioso. Consiguen que él mismo termine creyendo que tiene ese problema.

3. El aislamiento
La fase más extrema de la sobreprotección pasa por el control absoluto del niño. Son padres que escogen qué puede y no hacer su hijo en todo momento. Cuándo puede ver a sus amigos y cuándo no puede verles, cuándo puede ver a sus familiares.

Son padres que tienden a prohibir a sus hijos el contacto con otros niños e incluso con su familia. De esta forma, el niño depende en exclusiva de sus padres. Con esto, los padres anulan la autonomía y libertad del niño y le 'encierran' en su hogar, creando para él un mundo paralelo al de la realidad.

Estos son sin duda casos extremos de violencia psicológica, pero existen muchos otros. No olvidemos lo destructivo que puede ser un grito, o como una palabra, una simple mirada o una actitud amenazadora pueden hacer mucho más daño que una bofetada. Cuidemos las palabras, nuestros gestos, nuestros momentos de ira. Cuidemos nuestros impulsos porque las heridas curan, pero la cicatriz permanece.

Consejos para evitar el abuso emocional y psicológico hacia los niños

evitar violencia emocional hacia los hijos

Aquí te dejamos algunos consejos prácticos para evitar el maltrato psicológico y emocional hacia los niños. Aprende a controlarte y para no utilizarla nunca con tus hijos:

1. Aprende a controlar sus emociones
Primero tienes que saber qué estás sintiendo y luego cómo puedes gestionar lo que sientes para evitar actitudes impulsivas que puedan hacer daño a tu hijo. Pregúntate a ti mismo:

  • Por qué me siento frustrado (a)
  • Por qué estoy enfadado (a)
  • Por qué me siento abrumado (a)

2. Aprende a respirar y dar un tiempo
La técnica de 'tiempo fuera' funciona. Cuando te enojes o te enfades con tus hijos, respira profundamente y date un tiempo para calmarte, para que no pierdas el control y pueda hacer daño a ellos.

3. Aprende a poner límites y disciplina a tus hijos
Enseña a tus hijos que en todo hay límites. Límites para ver la tv, para jugar, para comer, dormir, etc., desde la más temprana edad. Así les estará educando para que sepan que esperas de ellos. La disciplina es un recurso que reduce conflictos en el hogar.

4. Practica valores en la comunicación con tus hijos
Valores como la empatía, la paciencia y el respeto son esenciales para entender mejor la conducta de los hijos. Habla con tus hijos sobre lo que sientes y escúchales. La escucha activa ayuda mucho a mejorar el diálogo entre padres e hijos.

Claves para prevenir el maltrato verbal y psicológico con los hijos

el control de las emociones de los padres

5. Busca todo tipo de ayuda
Si ves que no consigues controlar tus impulsos y sigues con los gritos e insultos a tus hijos, te aconsejamos que busques ayuda psicológica, de grupos de apoyo, en libros sobre crianza positiva, en talleres, en otros padres, etc. Eso te puede hacer reflexionar y pensar en tus acciones y errores, a reconocerlos y a buscar formas de mejorar.

6. Reserva un tiempo para el autocuidado
Para hacer feliz a los hijos lo primero es buscar la felicidad en si mismo, tanto física como mentalmente. Una madre o un padre estresado estará más propenso a actuar de forma violenta con los hijos. Aprende a cuidar a ti mismo, a tener un tiempo para meditar, para hacer ejercicio físico, para ir a la peluquería, etc.

7. Aprende a pedir perdón
El perdón es uno de los valores más nobles y que más buenos resultados genera. Si te equivocas y haces daño a tu hijo, pídele perdón. En una forma de enseñarles a ser humildes y responsables por sus actos.

8. Aprende a evitar actitudes que humillan
La humillación es una emoción propia de padres o cuidadores que se sienten abrumados. Si este es tu caso, deberías:

  • Piensa muy bien antes de acusarle de algo, asegúrate de que eres justo en tu acusación
  • No hagas comentarios despectivos sobre él
  • No le compares con otros
  • No le critiques constantemente por algo que no hace bien.

4 ejemplos de violencia emocional cotidiana que se ejerce de padres a hijos

formas de maltrato emocional hacia los hijos

En muchas familias, los padres o cuidadores de los niños suelen emplear, para corregir o controlar una mala conducta de los niños, con actitudes y palabras agresivas que vulneran los derechos de los niños, ya que son contraproducentes y además, causan un efecto destructor en los pequeños. Acaban generando consecuencias emocionales nocivas a los niños.

Muchas veces, la violencia psicológica se ejerce por los padres de forma sutil, casi imperceptible. Ellos no son conscientes del daño que están provocando en sus hijos. Aquí tienes algunos ejemplos muy comunes de violencia psicológica de los padres hacia los hijos:

1. Cuando un padre o una madre prefiere seguir viendo la televisión o jugando con su movil antes de asistir o atender al bebé que llora.

2. No dar ninguna importancia al problema de su hijo. Utilizar frases recurrentes como: 'No me distraigas con tonterías, eso no tiene ninguna importancia'.

3. Comparaciones constantes con hermanos y familiares. 'A ver si sacas buenas notas, como tu hermano'... '¿Por qué no puedes portarte bien, como tu primo?'.

4. Cuando un padre o una madre acusa constantemente a un hijo de algo (aunque no lo haya hecho), porque 'suele ser él'...

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