Lara aprende a obedecer - Cuento corto para niños que no hacen caso

Lee este cuento infantil a tus hijos, con el ejemplo de Lara ellos también pueden aprender a considerar lo que les enseñas

En este artículo
  1. Cuento corto para los niños que no hacen caso - Lara aprende a obedecer
  2. Preguntas de comprensión lectora sobre este cuento infantil
  3. Cómo conseguir que los niños hagan caso gracias a la disciplina positiva

La lectura Lara aprende a obedecer, un cuento corto para niños que no hacen caso les brinda a los padres un panorama sobre cómo hacer para que los niños obedezcan desde un enfoque positivo. Olvidando los castigos e incluso los premios, es que este cuento corto nos dice cómo Lara por sí misma reflexiona y aprende que la obediencia hacia las reglas y normas establecidas por sus padres es por su bien.

Muchos niños creen lo contrario, que papá y mamá son autoritarios y las reglas son absurdas. ¿Cómo es posible que pidan que recojan los juguetes? ¿Por qué quieren que los niños coman todas sus verduras? ¿Por qué los niños deben obedecer de no soltar la mano de mamá al cruzar la calle? Lo que ellos no dimensionan son las consecuencias de hacer lo contrario y es ahí donde entra la disciplina positiva.

Cuento corto para los niños que no hacen caso - Lara aprende a obedecer

Lara aprende a obedecer, cuento corto para niños

- Por favor, Lara, recoge los juguetes - le dijo su padre.

Pero la niña no los recogió. A los pocos minutos su padre volvió a entrar en la habitación.

- ¿Cómo te lo tengo que decir? Recoge tus juguetes - repitió el padre en un tono más serio.

Todos los días era igual, Lara se negaba a obedecer a sus padres, era como si no los escuchara.

Un día fueron a merendar a casa de unos amigos. Lara estuvo en la habitación jugando con su amigo Marco y la tarde transcurrió muy tranquila.

La madre de Marco entró en la habitación y dijo: - ¡Niños, vamos a merendar!

Marco se levantó enseguida y fue a lavarse las manos, y Lara lo imitó. A la hora de marcharse Marco empezó a meter los juguetes en un cajón. Lara lo miró y ayudó a recoger también.

Los padres de la niña observando desde la puerta de la habitación no podían creer lo que estaban viendo.

Al otro día sus padres compraron un gran arcón.

- Mira, Lara - le dijeron poniéndose a la altura de su hija para que los viera y escuchara bien - hemos comprado este bonito arcón para que guardes tus juguetes. Los que no recojas al final del día los guardaremos en un armario y no podrás jugar con ellos en un tiempo.

- Por favor, Lara, recoge los juguetes - le dijo su madre a la hora de la cena.

Cuando volvió los juguetes permanecían tirados por el suelo. Su madre, sin decir nada a la niña, recogió todos los juguetes que estaban por el suelo y luego los metió en un alto del armario. Lara la observaba muy callada.

A mediodía Lara fue a buscar a su muñeca Lulú, pero no estaba. Entonces pidió a su padre que se la trajera.

- Lulú estaba ayer tirada en el suelo, ¿recuerdas? - le dijo con firmeza. Por eso está guardada en el armario. La niña hizo ademán de protestar pero no dijo nada.

Esa tarde Marco y sus padres fueron los que se acercaron a merendar a su casa. Los niños estuvieron jugando muy entretenidos. La madre de Lara entró en la habitación y dijo:

- ¡Niños, vamos a merendar!

Y los dos fueron enseguida a lavarse las manos.

A la hora de marcharse los dos empezaron a meter los juguetes en el arcón. Esta vez Lara tuvo mucho cuidado para que no quedara ninguno tirado por el suelo de la habitación.

- ¡Lara, la cena está lista! - le dijo su padre entrando en la habitación a la noche siguiente. Cuando vio todos los juguetes recogidos la abrazó muy fuerte con una gran sonrisa.

Lara salió corriendo a lavarse las manos. Esa noche Lulú la esperaba en la cama.

Preguntas de comprensión lectora sobre este cuento infantil

Cuento corto para niños que no hacen caso

Ahora que han leído este cuento corto, puedes hacerle estas preguntas a tu hijo:

  1. ¿Qué le pedía a Lara su papá?
  2. ¿Cómo actuaba Lara cada que le pedían hacer algo?
  3. ¿Qué hacía Lara cuando Marco recogía los juguetes?
  4. ¿Cuál fue el castigo que dieron sus padres a Lara?
  5. ¿Por qué la muñeca Lulú no estaba entre los juguetes de Lara?
  6. ¿Qué hizo Lara después de aprender la lección de no tener a su muñeca Lulú?

Lean este cuento corto las veces que quieran para poder responder correctamente las preguntas, pídele a tu hijo que en cada una de ellas reflexione sobre lo que ha leído y lo aplique en su día a día.

Cómo conseguir que los niños hagan caso gracias a la disciplina positiva

Cómo conseguir que los niños obedezcan

Los padres constantemente nos preguntamos cómo conseguir que los niños hagan caso y casi siempre caemos en el chantaje: 'Si no recoges tu habitación, no saldremos al parque' o 'Si sigues así, te castigaré por una semana sin ver la televisión'. Estas amenazas lejos de funcionar tienen el efecto contrario: el niño se pone más rebelde y al pasar el castigo lo hace de nuevo, lo que convierte esto en un ciclo sin fin.

Desde la disciplina positiva los niños entienden las normas que les aportan seguridad, pero no debe ser como una imposición de estas normas, sino como un medio con el que los niños se desarrollen sana y felizmente. Este es el camino para poder ser responsables de sus actos, sobre la base de que para toda acción hay una consecuencia. De esta manera se eliminan los castigos y se opta por la responsabilidad.

La diferencia en la disciplina positiva es dar soluciones y tener un enfoque de anticipación, pero sin caer en un regaño o un chantaje, por ejemplo, una consecuencia a un comportamiento sería: si tocas el enchufe, te puedes hacer daño o si la ropa sucia no está en el cesto, no podré lavarla y no podrás ponértela mañana. La idea es dar el enfoque sobre qué consecuencia implica uno u otro panorama.

Tampoco hay que creer que los premios son disciplina positiva, ya que sucede lo mismo que con los castigos: tienen un efecto inmediato. Aunque aparentemente los premios son una herramienta más positiva, no lo son porque el niño tiene una 'buena conducta' de manera inmediata pero no a largo plazo, que es lo que en realidad buscamos. Por eso los padres deben buscar un balance y la disciplina positiva es la respuesta.

Después de leer Lara aprende a obedecer, este cuento corto para niños que no hacen caso se convertirá en el favorito de las lecturas de tus hijos. ¡Es la hora de leer!

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